miércoles, 31 de octubre de 2012

III Encuentro Nacional de Patrimonio


Del 31 de octubre al 2 de noviembre en Barichara, Santander, el tema central será “Patrimonio mundial y desarrollo sostenible: El rol de las comunidades locales”, con el apoyo de la Gobernación de Santander y la Escuela de artes y oficios de Barichara.


Los desafíos que afrontarán Colombia y los otros 20 Estados con voz y voto de la Convención de Patrimonio Mundial de la Unesco en los próximos años, están relacionados con fenómenos globales como la explosión demográfica, la falta de recursos financieros, los conflictos armados y el cambio climático.

Éstos son responsables de una serie de presiones medioambientales y socioeconómicas que ponen en serio riesgo las propiedades del Patrimonio Mundial. Resolver las potenciales tensiones entre las necesidades de conservación del patrimonio y las aspiraciones de las comunidades locales implicadas, es otro de los importantes desafíos de las próximas décadas y podría ayudar a reforzar la Convención y su éxito.

Por este motivo, los Estados Parte de la Convención han elegido “Patrimonio Mundial y Desarrollo Sostenible: el papel de las comunidades locales” como lema de la celebración de este aniversario.

En esta ocasión, la Dirección de Patrimonio de Colombia se une a la celebración del Cuadragésimo aniversario de la Convención. En este sentido, el encuentro para esta versión lleva como título el lema antes mencionado.

El objetivo principal del encuentro es que, en el marco de los temas señalados por la Unesco, se desarrollen estrategias de participación que permitan a las comunidades locales formar parte activa en la planificación del patrimonio cultural, así como avanzar en su articulación con el desarrollo sostenible.

Asistirán aquellas instituciones pertenecientes al Sistema Nacional de Patrimonio (SNPC) que están relacionado con los sitios que están inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, así como aquellos que están vinculados con los sitios de la lista tentativa.

El SNPC está conformado por: investigadores, comunidades, entidades y, en general, personas relacionadas con los vigías del patrimonio cultural, con los centros históricos declarados Bien de Interés Cultural de ámbito nacional, con la Red de Pueblos Patrimoniales de Colombia, con bienes muebles de interés cultural, con museos, con el patrimonio cultural inmaterial, con las Escuelas Taller de Colombia, los parques nacionales, etc.

Los sitios colombianos que están inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial son:

1. Puerto, las fortificaciones y conjunto monumental de Cartagena.
2. Centro histórico de Santa Cruz de Mompox . 
3. El Parque Nacional los Katíos. 
4. Santuario de fauna y flora de Malpelo.
5. Parque Arqueológico de San Agustín.
6. Parque Arqueológico de Tierradentro.
7. Paisaje Cultural Cafetero.

Los Encuentros Nacionales de Patrimonio Cultural se caracterizan por ser un evento académico y participativo en el que se comparten, socializan y analizan las experiencias sobre la gestión, conservación, protección, salvaguardia y divulgación del patrimonio cultural. Gracias a estos, identificamos rupturas, aciertos y tendencias con el afán de esbozar el camino que se debe seguir en la generalidad y la particularidad temática”, afirma Gabriel Omar Prieto, coordinador del grupo de investigación del Ministerio de Cultura. 

El Seminario contará con la participación de expertos nacionales y de países como Brasil, España, Estados Unidos, Francia, México, Perú y Portugal, entre otros, y en él se desarrollará un intercambio de experiencias y una agenda académica y cultural en la que participarán los actores del Sistema Nacional de Patrimonio Cultural, que están relacionados con los siete sitios colombianos incluidos en la Lista de patrimonio mundial y los quince bienes que Colombia propone para la Lista tentativa.

Dentro de los conferencistas extranjeros se encuentran  Francisco Javier López Morales, Director de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México; Luiz Fernando de Almeida, Presidente del IPHAN Brasil; Maria Luisa Cerrillos Morales, experta en patrimonio y comunidad en España;  Monika Therrien, Directora de la Maestría en Patrimonio Cultural y Territorio de la Pontificia Universidad Javeriana, Colombia;  Norma Barbacci Directora de programas para América Latina, España y Portugal de la World Monument Fond, EEUU; Fabián Sanabria, Director del ICANH, Colombia; Nuno Grancho de la Universidad de Coimbra, Portugal; María Cristina Veraza Lodi Superintendente del IPHAN en Río de Janeiro, Brasil;  Ignacio Gómez Arriola, responsable del proyecto Paisaje Agavero y las Antiguas Instalaciones Industriales de Tequila, Patrimonio Mundial UNESCO, Centro INAH Jalisco,  México;  Luis  Fernando Samper Gartner de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y Ana Oramas González – Moro, de España. 

Programa

 

martes, 30 de octubre de 2012

Emiten controles de advertencia por proyecto para Barichara


El Tiempo
24 de octubre de 2012

Disputas por agua con el municipio de Galán están paralizados 9.500 millones de pesos. 

El contralor de Santander, Argemiro Castro Granados, emitió controles de advertencia para el Gobernador, Richard Aguilar Villa, y el alcalde de Galán, Jorge Martínez Galvis, por los contratiempos que han llevado a que aún no inicien las obras de construcción de la alternativa de abastecimiento para el acueducto municipal de Barichara.

El contrato para adelantar esta obra fue firmado el 29 de diciembre de 2011, por un costo de $ 9.540 millones de pesos y un plazo de ejecución de 14 meses.

El acta de inicio se firmó el 13 de abril pasado pero hasta el momento, la obra no ha podido iniciarse por la oposición de la comunidad de Galán, los concejales, la Personera y el Alcalde de esa localidad, en donde se encuentra la fuente de captación de agua.

La Contraloría de Santander enuncia que "pudo establecer que la comunidad de Galán, liderada por el señor  cura párroco, el alcalde doctor Jorge Martínez Galvis y otros funcionarios del municipio de Galán, utilizando las vías de hecho, no han permitido al contratista el ingreso a la bocatoma de la Quebrada Chitiriví, para dar inicio a las obras contempladas en el contrato de Obra Pública No. 2470 de 2011".

Además del valor del contrato, en esta obra también se firmó la interventoría por 704,9 millones de pesos, inversión que también está en riesgo por lo que el inminente riesgo de daño fiscal al patrimonio público por esta situación asciende a 10.245 millones de pesos.

Por esto, la Contraloría de Santander advierte al Gobernador Aguilar Villa que "al no ejercer las acciones y seguimientos pertinentes para proteger la inversión, dado que el proyecto presenta un atraso en el cumplimiento del plazo inicial pactado y un riesgo de imposibilidad de ejecución del proyecto".

Y le solicita al señor Gobernador a que "se tomen las medidas administrativas que sean necesarias para que, de una manera eficaz, oportuna y atendiendo los principios de la función pública, contrarrestar el riesgo de ocasionar un daño fiscal al patrimonio público".

Por su parte, el Contralor de Santander advierte al Alcalde de Galán y a todos los funcionarios públicos del nivel municipal para que "eviten cualquier acto dirigido a obstaculizar la ejecución del plurimencionado proyecto y por el contrario, se adopten las medidas administrativas que sean de su competencia, tendiente a permitir adelantar ejecutar el proyecto".

La Contraloría de Santander otorgó un plazo de 10 días hábiles al Gobernador Aguilar Villa y 5 días hábiles al Alcalde Martínez Galvis, para que informen de manera clara, precisa, con cronogramas y responsables, las medias adoptadas.  


REDACCIÓN BUCARAMANGA

lunes, 29 de octubre de 2012

El desastre de Eldorado


El Espectador
Salomón Kalmanovitz
28 de octubre de 2012

Estaba expectante por conocer y experimentar las maravillas del nuevo terminal internacional de Eldorado (según Vladdo) que se anunciaron en términos superlativos: aeropuerto de talla mundial, espectacular, hermoso.

En palabras del director de la Aerocivil, Santiago Castro, frente a acusaciones del senador Juan Manuel Galán: “Reconocer las buenas obras no es favoritismo y el nuevo terminal internacional de Eldorado salta a la vista”.

El costo fue de $1,8 billones para 104.000 metros cuadrados de construcción, que arroja $17,3 millones por metro, algo que de por sí es excesivo. Los techos elevados desperdician un enorme volumen de construcción, inflando el costo sin necesidad y proyectando una estética de lo pretencioso y vacuo. Los aeropuertos de Lima y Panamá, en contraste, son mucho más funcionales, bellos en su simplicidad, y costaron menos de la mitad por metro que nuestra faraónica terminal.

El contrato entre la Nación y la firma Odinsa-Opain ha sido modificado al menos en cuatro oportunidades, algo común en la administración Uribe, que licitaba para que los contratistas hicieran su agosto a costa de la calidad, funcionalidad y aún terminación de las obras públicas. En la práctica, no había contrato alguno sino que el escogido a dedo aumentaba su ingreso sin que se defendiera el interés público. El terminal no debió costar más de US$400 millones, cifra que se cuadriplicará hasta que se entreguen las obras, incluyendo una torre de control que pasó de un costo contratado de US$15 millones a US$180 millones en la actualidad, algo que fuera denunciado por Galán.

Opain es la misma empresa que hizo un esperpento sobre el Parque de la Independencia, incluyendo un grueso puente en concreto armado que salió a $16.000 millones, en vez de costar $200 millones. El diseño le fue contratado a un famoso arquitecto que no se preocupó por la estética y que canibaliza una parte importante del parque.

Lo que salta a la vista es que la nueva estructura de Eldorado tiene sólo 13 muelles de parqueo, menos que los de la antigua estructura que cuenta con 14, construida hace 60 años y que va a ser derruida. La nueva terminal quedó empotrada en un espacio donde no puede expandirse hacia el futuro.

Con tan poco espacio de parqueo para los aviones, la mayoría se sitúa a distancias considerables de la terminal. El descenso entre el tercer piso del edificio y la puerta de embarque de los buses hay que hacerlo por una tortuosa escalera. En mi vuelo había dos ancianas que tuvieron que ser casi cargadas por los porteros de las sillas de ruedas para llegar a los buses. Pregunté si había ascensor y me dijeron que no.

A la llegada, el viacrucis fue peor: el avión encontró su sitio de parqueo ocupado y le tocó esperar 20 minutos hasta que decidió hacerse a 50 metros de la terminal. Nos vino a recoger el bus, pasados otros 20 minutos. Su recorrido estuvo interrumpido por camiones de combustible y los trenes con el equipaje de los vuelos que llegaban y salían para otros 10 minutos. El salón de entrega del equipaje es muy amplio, pero la logística absurda hizo que las maletas se demoraran otros 20 minutos. Llegados a inmigración, los encargados nos hicieron cambiar de cola cuando nos aproximábamos a ser atendidos. Contabilizando los tiempos, tomó una hora y 20 minutos desde que el avión llegó a la terminal hasta que salí con mi equipaje.

Ya se entiende por qué el progreso se nos hace esquivo.

viernes, 26 de octubre de 2012

secadora de café



Por fin la secadora en funcionamiento... Tardó un poco la instalición y el ensamblaje pero es una verdadera maravilla... 22 horas de proceso no son nada en comporación a estar sacando y entrando café a las espaldas casi todo los días.. y eso esperando que salga sol... Lo dicho, las secadoras, al igual que las becolsub o módulos de beneficio ecológicos, facilitan en trabajo en el café... Y todo gracias a la maquinaria de Promain Ingeniería LTDA, INGESEC.


lunes, 22 de octubre de 2012

Cómo ve José Dolores el problema cafetero


El novelista como periodista de El Espectador

Por Gabriel García Márquez
El Espectador
21 de octubre de 2012

Gabriel García Márquez también escribía reportajes de economía. Aquí, su mirada al café desde el campo, la Federación de Cafeteros y el mercado en Nueva York. Segunda de siete entregas.

El artículo de Gabo se basa en un encuentro en el restaurante bogotano Gran Vatel. / Fotos Archivo - El Espectador

A una hora de Bogotá, bajo el tibio clima de Santandercito, vive Arístides Gutiérrez, un agricultor que en parte sostiene a su madre y a sus dos hermanas, y las necesidades de su rancho, con lo que le produce la siembra y la recolección de café. En la mañana de ayer, mientras en Bogotá cundía el pánico, Arístides Gutiérrez no había oído hablar de la baja sufrida por el café en Nueva York, y se dedicaba precisamente a inspeccionar el sombrío de sus treinta cafetos que rendirán su cosecha de abril.

A esa misma hora, el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, don Manuel Mejía, y el ministro de Hacienda, doctor Carlos Villaveces, conversaban sobre la situación del café en el restaurante Gran Vatel, donde ocuparon puestos inmediatos, por una delicada previsión diplomática de la embajada de Bélgica, que ofreció el almuerzo. El gerente del café, y el ministro que al menos por estos días puede llamarse el “ministro del café”, debieron de analizar todos los aspectos del grave problema que tan duramente afectaba a todos los sectores de la economía nacional, incluso —y de manera muy especial— a ese humilde y desconocido Arístides Gutiérrez, que en la cosecha pasada vendió tres arrobas de café en Santandercito, libra por libra, a cuarenta y ocho centavos la libra.

En la mañana de ayer, el presidente de la Federación de Cafeteros declaró al redactor financiero de El Espectador: “Tengo la impresión, absolutamente personal, de que la crisis cafetera está buscando piso y que el panorama general puede despejarse de un momento a otro”. El redactor de El Espectador que ayer tarde viajó a Santandercito, a entrevistarse con el pequeño cafetero en su propia parcela, le hizo leer la transcrita declaración a Arístides Gutiérrez, y Arístides Gutiérrez confesó no entender una sola de las veinticinco palabras de la declaración de don Manuel Mejía, pero entendió perfectamente que si el café había bajado en Nueva York, no podría pagar este año todas las cuotas de la parcela que compró a principios del año pasado, a tres kilómetros de Santandercito.

Por diferentes motivos, la preocupación de Arístides Gutiérrez y la de don Manuel Mejía, eran exactamente la misma y con los mismos orígenes. Arístides Gutiérrez, que nunca fue a la escuela y aprendió a leer porque le enseñó su padre, muerto hace siete años, manifestó:

—Lo que hay que hacer es guardar el café hasta que se componga el precio.

—¿Y el café no se daña si se guarda? —le preguntó el redactor.

—Si no se moja, no se daña nunca —respondió Arístides Gutiérrez.

Don Manuel Mejía consulta sus precisos y complicados horóscopos financieros. “El mercado de ayer en Nueva York sufrió una seria embestida de los sectores especulativos y bajistas, pero resistió a ella sin sufrir mayor depresión”, declaró en la mañana de ayer. Arístides Gutiérrez consulta a su ruda experiencia. Sin preocuparse gravemente por los cambios de cotización, manifiesta: “Mientras tenga guardado el café, esperando que se componga el precio, venderé los plátanos y las alverjas que tengo allá abajo, en la cañada”.

E inmediatamente explicó su régimen económico: Arístides Gutiérrez no siembra solamente café, “porque no alcanza”. Su parcela está dividida en dos: hacia el lado de la carretera, bajo una espesa fronda de plátanos, tiene treinta cafetos que no le merecen mucho crédito. El año pasado los treinta cafetos se desgajaron, cuajados de racimos rojos. En el presente año no ofrecen buenas perspectivas a causa del excesivo invierno. Como nunca sabe cómo vendrá la cosecha, Arístides Gutiérrez siembra plátanos y alverjas del otro lado de su parcela, en la cañada.

—Según eso, ¿usted no confía en el monocultivo? —se le preguntó.


Arístides Gutiérrez no entendió. Pero cuando se le explicó el significado de la pregunta, manifestó:

—Si me atengo al café me lleva el diablo.

Treinta cafetos no es la única relación de Arístides Gutiérrez con el café. Durante la cosecha se emplea como recolector pocos kilómetros más adelante, en la amplia y umbrosa plantación de don Víctor Burgos, un cultivador de café que allí mismo tiene sus instalaciones para desmontar y fermentar el grano, y que vende anualmente 1.200 bultos a la Federación Nacional de Cafeteros. Don Víctor Burgos, que llega hasta su plantación descendiendo por una laberíntica carretera de piedra sobre las cuatro ruedas de su camioneta azul celeste, está perfectamente enterado de la crisis del café, desde el instante mismo de su origen. Sabe que el año pasado el café se vendió a buen precio en Nueva York porque el Brasil perdió sus cosechas. “La situación es grave, pero no tanto como hace dos años”, explicó, y expuso con extraordinaria precisión sus puntos de vista sobre la crisis.

“A cualquier precio, hay que recolectar —dijo don Víctor Burgos—. No se puede perder ni un grano”. Pero sabe que si la situación no se modifica antes de sesenta días, cuando empiece la recolección encontrará dificultades para enrolar recolectores en la región. El año pasado, cuando el café se cotizaba en Nueva York a 95 centavos, don Víctor Burgos pagó a cada recolector $4,50 por “palito” recolectado. Un “palito” es una medida convencional, una caja de madera construida al margen de la ley de la oferta y la demanda, que se desborda de granos cárdenos durante los primeros días de la cosecha, y se colma con mucha dificultad en los últimos.

En la plantación de don Víctor Burgos, el año pasado, Arístides Gutiérrez recolectó hasta cinco “palitos” diarios en el primer mes de la cosecha. Durante tres meses hizo algunas reparaciones en su casa, perfeccionó el cercado de su parcela y atendió a otros compromisos, con los jornales de la recolección. Ayer, cuando supo que el café había bajado en Nueva York, sin tener la más rudimentaria noción de economía académica, Arístides Gutiérrez declaró que este año no podría enrolarse como recolector, porque seguramente pagarán “el palito” a mitad del precio del año pasado. Don Víctor Burgos confirmó posteriormente esa apreciación: si el café sigue a cincuenta y dos centavos, no pagará más de dos pesos a cada recolector.

Mientras en su parcela de Santandercito Arístides Gutiérrez sacaba cuentas con los dedos y llegaba a la conclusión de que en el presente año tendrá que defenderse con el plátano y las arvejas, un colombiano pensaba en Nueva York, sin haber oído hablar nunca de Arístides Gutiérrez, en novedosos sistemas publicitarios para que Arístides Gutiérrez no pierda la esperanza en su café. Ese colombiano —tan colombiano como Arístides Gutiérrez— es el robusto, calvo y dinámico don Andrés Uribe, una especie de ministro plenipotenciario sin credenciales, que ha escrito un libro —Brow11 Cold, Random House, NY— para que los Estados Unidos sigan tomando café. En ese libro, que es la apoteosis literaria, histórica y científica del café, se incluyen además cincuenta recetas para hacer pasteles, salsas y caramelos, con los granos que cultiva Arístides Gutiérrez en Santandercito, y Arístides Gutiérrez no lo sabe.

A través de la radio y la televisión, don Andrés Uribe está convenciendo a los Estados Unidos de la necesidad de seguir tomando café, en tazas o en cualquier forma, pero consumiéndolo, de todos modos, que es lo importante.

Don Andrés Uribe es el agente en Nueva York de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, y no sólo los membretes de sus cartas sino hasta la cinta de su máquina de escribir, son de color café. Es un apasionado, un desesperado del monocultivo, que no ha perdido las esperanzas de que las amas de casa norteamericanas les sirvan a sus esposos y a sus niños sopa de café, torta de café, postre de café y una taza de café al terminar. Aunque sea café de a cincuenta y dos centavos para que no se derrumbe la economía colombiana.

Don Manuel Mejía, don Andrés Uribe y unos cuantos millares de colombianos más saben exactamente qué está pasando y qué puede pasar como consecuencia de la baja del café. Arístides Gutiérrez y nueve millones de colombianos no saben qué está pasando en realidad, pero saben confusamente que algo ocurre. Algo que tiene que ver de alguna manera con el costo de la vida.

En Bogotá no se habló ayer de otra cosa diferente a la situación cafetera. No existe otra forma de decirlo: había pánico. En las colas de los buses, en los cafés, en las oficinas públicas, se veían muchas caras tristes, muchas caras sombrías, muchas caras alarmadas. Sin embargo, un redactor de El Espectador se dedicó, durante toda la tarde y parte de la noche de ayer, a pedir una explicación del problema a todo el que sorprendió hablando con mucha propiedad sobre el colapso del café. No sólo ninguna de las personas consultadas al azar pudo dar una respuesta segura, sino que muy pocas lograron explicar la razón de sus preocupaciones ni el mecanismo del mercado cafetero.

Tal vez sospechando la existencia de este estado de cosas, el ministro de Hacienda hizo anoche una exposición documentada, sencilla y completa, de la situación real. La explicación fue transmitida por radio y en algunos sectores cedió la tensión, menos en la casa de Arístides Gutiérrez, sencillamente porque Arístides Gutiérrez no tiene luz eléctrica ni receptor de batería en su parcela. Pero tal vez haya escuchado la didáctica exposición ministerial José Antonio Alvarado, el lustrabotas que ayer a las cuatro de la tarde, en un café central, manifestó explosivamente su complacencia por la baja del café. “Como todo está subiendo, siquiera que baje el café”, dijo José Antonio Alvarado. Y concluyó: “Así volverán a vender tinto a cinco centavos”.

domingo, 21 de octubre de 2012

Páramo Santurbán en el limbo


Revista Semana
20 de octubre de 2012

Colombia no sabe dónde empiezan ni dónde terminan sus páramos. Por eso, nadie sabe qué va a pasar con el proyecto de sacar oro de la fábrica de agua de los santandereanos.


El debate alrededor del páramo de Santurbán en Santander parece un capítulo de una historia sin fin.  El año pasado no hubo una controversia  ambiental que se llevara más titulares que la intención de la compañía canadiense Greystar de extraer oro a gran escala en la zona en la que nace gran parte del agua de Bucaramanga. Por la presión mediática, las marchas de los santandereanos y las quejas de los ambientalistas, la empresa retiró la solicitud de licencia ambiental. Pero el debate no se solucionó. Un año después, la compañía sigue en la zona, el gobierno no dice qué parte de la exploración minera es páramo y la suerte del proyecto parece más enredada que antes.  Hoy nadie sabe qué va a pasar con Santurbán.

El escándalo del año pasado hizo que la Greystar reformulara su propuesta. Cuando la empresa llegó a la región, hace más de una década, pensaba hacer uno de los proyectos extractivos más grandes del continente, en una mina a cielo abierto, que extraería 7,1 millones de onzas de oro, haciendo a punta de dinamita un hueco en la montaña de dos kilómetros de largo por uno de ancho. La idea de esa mega explotación sucumbió ante el debate de su impacto ambiental. Por cuenta de este, la empresa decidió cambiarse el nombre a Eco-Oro y plantear un modelo subterráneo que podría producir 2,1 millones de onzas del metal precioso. Aunque esa fórmula impactaría menos el ambiente que la inicial, los ambientalistas y los santandereanos la siguen viendo con recelo.

Pocos entienden por qué se sigue debatiendo sobre Santurbán cuando la ley prohíbe taxativamente la minería en los páramos. El problema es simple: el país no sabe dónde empiezan ni dónde terminan esos ecosistemas. El Instituto Alexander Von Humboldt hizo un estudio en 2007, pero la escala es muy amplia y no permite precisar los linderos. Para explicar la situación la directora de la Agencia Nacional Minera, María Constanza García, dice que hoy se evalúan los proyectos mineros a una escala que sería como "mirar la tierra desde la luna". Esa indefinición en los límites de los páramos tiene a todo el mundo con los pelos de punta.

Los primeros preocupados son los mismos mineros. "Para una compañía que ha invertido en Colombia más de 200 millones de dólares, la indecisión en definir los páramos deja a los inversionistas con cuestionamientos muy profundos", afirma Joao Carrello, presidente de Eco-Oro. Por cuenta de que no se sabe qué parte de su exploración es páramo, la Agencia Nacional Minera emitió una resolución en la que le prohibía a Eco-Oro seguir explorando en más de la mitad del área del proyecto. La compañía apeló y la entidad tuvo que emitir una nueva resolución en la que dice que hay que esperar que el ministerio de Ambiente defina el asunto.

En el Ministerio de Ambiente dicen que no se ha podido delimitar el páramo porque la Corporación Autónoma Regional para la Meseta de Bucaramanga, la CAR local, no ha entregado la información.  Agregan que si el asunto no se define pronto, el Ministerio podría asumir la competencia de Santurbán. A la situación del páramo se suma la propuesta de la anterior administración de la CAR de consolidar la zona como parque regional natural, con lo cual la minería quedaría prohibida. Cuando esta empezó a plantearse se hablaba de proteger más de 60.000 hectáreas y hoy se habla solo de 11.000.

Mientras tanto, en Santurbán reina la discordia. La Contraloría asegura que las mineras no dejan entrar a sus técnicos. La Sociedad de Ingenieros dice que el agua ya está contaminada. Eco -Oro anuncia un plan de retiro voluntario de sus trabajadores. Y los pobladores se quejan porque su único trabajo viene de la minería.

Para muchos, todo ese caos se solucionaría con la delimitación que tiene que hacer MinAmbiente. Para otros eso solo es el comienzo de una nueva disputa. "El problema de Santurbán no se resuelve poniendo un lindero. Hay que blindar todo el páramo. Ellos podrán algún día lograr la licencia ambiental, pero la licencia social nunca la van a tener'', sostiene Erwing Rodríguez, director de Bucaramanga Cómo Vamos.


viernes, 19 de octubre de 2012

III Asamblea de Acueductos Rurales de Barichara



Participamos hoy de esta convocatoria realizada por el equipo movil de SEPAS cuyo motivo central era la creación de la "Red Local de Acueductos Comunitarios de Barichara".

A nivel regional ya somos 162 asociaciones de familias suscriptoras, 6878 familias integradas, más de 1700 filtros potabilizadores deagua y todo esto en 13 parroquias de la Diócesis de Socorro y San Gil.

La finalidad última es crear una Red regional de acueductos comunitaris de las provicias Guanentá y Comunera "Agua para la Vida".

Seguimos trabando por el agua de nuestras comunidades.

jueves, 18 de octubre de 2012

Medellín en positivo



Por: Jaled Abdelrahim
Blog: Kilómetro Sur
17 de octubre de 2012
EL País

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“Medellín no es hoy lo que era ayer, ni mañana será lo de hoy, parcero. En esta ciudad nunca se sabe lo que va a pasar. Aunque ahora es verdad que estamos más bien tranquilos y que se hacen cosas como buenas para la gente, así que a ver si dura esta vaina”, me ofrece su implacable análisis un taxista que desde hace 18 años recorre a diario las anchas y ruidosas avenidas de esta urbe de dos millones y medio de habitantes, la segunda más importante de Colombia.

Efectivamente, datos y hechos me reconfirman que me encuentro en un lugar en plena transición social. Medallo, como dicen en su característico acento prolongado los oriundos paisas de esta región, avanza en positivo tratando de dejar atrás la deshonrosa y violenta fama mundial que hasta hace dos décadas grabó en su epidermis el difunto Pablo Escobar, aún hoy el narcotraficante y jefe de cártel más famoso del planeta. Hoy la arena que echan sobre esos rescoldos los que quieren apagarlos de una vez por todas está nutrida de “creación, educación, bibliotecas, centros sociales, ferias, renovación del espacio público…”, enumera Gina Catalina Loaiza, docente y tallerista de la Red de Escritores Ciudad de Medellín, un programa desarrollado por la Alcaldía de la ciudad y la Universidad de Antioquia que desde hace diez años fomenta a través de proyectos en las escuelas las habilidades comunicativas de niños, jóvenes y padres.


Al otro lado de la cuerda, aún tiran los que quieren mantener encendida esa llama negra con soplos de paramilitarismo, narcotráfico, sicariato, combos (bandas amadas que controlan las comunas) y fronteras invisibles que dividen a los grupos violentos y cuyo traspaso a menudo vale vidas. Un cáncer que sitúa a este centro económico, industrial y comercial colombiano en la decimocuarta posición del ranking de ciudades con más homicidios del mundo, pero un puesto honroso -según la teoría del vaso medio lleno- para una urbe que hace pocos años encabezaba ese macabro inventario. En ese doloroso tira y afloja vive esta ciudad en pleno desarrollo cultural y pacífico. “Vamos p’alante, parce”, sintetiza el taxista.
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“¿Cuál de las ciudades le impactó más por su desarrollo social, arquitectura, estructura…?”, me pregunta una niña durante una charla a la que me invitaron. Lástima que llevase tan pocos días en su ciudad antes de aquella cuestión. De haber conocido más entonces, hubiese podido decirle que Medellín me sorprendió por su inclusivo y modernizador avance respecto a los otros grandes núcleos urbanos que conozco en este continente. El perfilado sistema de Metro, Metroplús y Metrocable (un transporte público masivo y eficaz en forma de teleférico), están derrumbando los muros sociales que hasta hace poco provocaba el difícil acceso de unas áreas a otras en esta ciudad que empieza en el valle de Aburrá, a ambos márgenes del río Medellín, y escala hacia las laderas de sus cordilleras por dificultosas vías.
Le hubiese contado también que la proliferación de universidades y la construcción de nueve macrobibliotecas con fines educativos, sociales y culturales repartidas estratégicamente por todas las zonas de la región me parecen un hito que demuestra una apuesta clara por la inclusión de las áreas más deprimidas y una oportunidad para muchas personas que carecían de infraestructuras donde poder reunirse, comunicarse, formar equipos de trabajo, leer, asistir a actos culturales o simplemente acceder a internet.


Le hubiese hablado de la positividad que le sugiere a un turista nuevos envites  urbanísticos como poder dar un paseo zen por el Parque de los Pies Descalzos, divertirse en el Parque Explora o el Parque Norte, visitar el planetario del Parque de Los Deseos o las obras del parque Lleras, recorrer las decenas de zonas verdes de las que dispone la localidad o disfrutar del Jardín Botánico en  una urbe a la que denominan la ciudad de la eterna primavera.


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No se me habría escapado mi profunda admiración por el barrio de Moravia de haberlo conocido entonces, un área junto al río que antes de convertirse en un enclave destacado por su centro cultural, sus actividades artísticas, sus parques y su posición de referencia en iniciativas educativas, fue el defenestrado Basurero de Medellín hasta que sus vecinos consiguieron lavarle la cara, el uso y el estigma.
Me pregunta Geraldín, otra niña del público, que por qué creo que es tan importante el arte en una ciudad. De haber respondido unos días más tarde,  le hubiese dicho al respecto que pienso que ella vive en una región privilegiada por la gran cantidad de iniciativas artísticas y de ocio que pude encontrar. Por ejemplo el teatro a precio libre que ofrece la sociedad teatral Pequeño Teatro, entre otras, una forma indiscutible de salvaguardar el buen y alto gusto por la cultura. También le hubiera comentado que yo me consideraría afortunado de ver a diario mis calles custodiadas por las redondas esculturas del maestro medellinense Fernando Botero, o por tener aceras llenas de flores y de cuadros pintados por los numerosos artistas urbanos que exponen a pie de asfalto, o porque no creo que haya nada que hable mejor de este lugar que la cantidad de niños que dan uso a las nuevas canchas deportivas.


Le hubiera comentado también que yo considero el arte tan importante como lo hace un joven profesor de break dance llamado David Alcalá con el que tuve la oportunidad de charlar. Él imparte sus clases gratuitas en nuevos centros culturales creados en zonas deprimidas de Medellín. Cuenta que ha visto cómo en comunas donde “los chicos venían bravos y con mentalidad violenta, la interactuación con los compañeros, el trabajo en equipo y el aprendizaje les ha acabado por convertir en buenos chicos. Chicos felices”, apostilla. Todas esas razones le hubiera dado a Geraldín de haberme preguntado unos días después.


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“¿El lugar más divertido?”, pegunta Susana, otra oyente. No conocía yo aún que Medellín tiene la marcha y las posibilidades de entretenimiento que vi días después. De haberlo sabido, seguro que en mi respuesta hubiese mencionado momentos como una mañana sobrevolando la inmensidad de los bosques del parque ecoturístico Arví subido al Metrocable, o una tarde de hinchadas futboleras por la avenida 70 en los aledaños del Estadio Atanasio Girardot, o una velada sentado entre la juventud que invade a diario la Plaza del Periodista, o quizás una noche de rumba en los incontables bares, pubs y discotecas que lucen por toda la ciudad. Como bizarro fin de fiesta, siempre queda la que propone un bar nocturno llamado Frenos Pala que por el día funciona como taller de coches habitual.
Qué rabia que aún no hubiera experimentado en mis carnes las diversiones y bondades que me ofreció la cara amable de Medellín para poder compartir impresiones con todos aquellos chicos. Lo del constante clima cálido, lo de los puestos de comida en cada esquina, lo de que la ciudad iluminada de noche parezca el cielo puesto boca abajo... 


También me tocó ver la cara negra, por desgracia, esa que Medellín está consiguiendo enterrar. La desagradable (des)ventaja que un periodista viajero tiene sobre un turista normal. Suponiendo que yo ya habría visto de todo por ahí fuera, una chica del público de unos 13 o 14 años se interesa por saber qué es lo que me “ha dado más duro” en esos viajes que hago. De haber sido otro día el encuentro, le hubiese podido contar que fue precisamente en su ciudad, la que ella ya narra desde la escuela, donde por motivos de trabajo encontré las historias reales que me han dado más duro, -como ella diría-, en mi vida profesional. Entrevisté cara a cara a cuatro asesinos con decenas de víctimas a sus espaldas. Sicarios de esos que, junto a otros violentos, han pasado años manchado ante el mundo la imagen de su bonita ciudad, esa que ella ahora tiene derecho (y deber) de limpiar.


Le hubiese explicado que duro, para mal, da pasar una mañana con el jefe de un combo que se ríe mientras me muestra las fotos del increíble arsenal de armas que posee, que se jacta de controlar una comuna entera y de sobornar a policías y que me demuestra que solo con chascar los dedos: “¡chas!”, un adolescente de 15 años viene fugaz a mostrar al periodista que está con el man de la comuna la cocaína que se vende en su barrio. Duro, para mal, da también ver a un segundo asesino, de los de encargo y recompensa, contar que siente “poder” cuando mata, que no entiende “un mundo sin violencia”  y que asume, “sin miedo”, que antes o después le van a “detonar”. (Hay que decir que ese sentimiento duro se convierte más bien en penosa compasión cuando el mismo joven asegura que “desde peladito” no ha aprendido a hacer “otra cosa en la vida”). Cuestión de creerle, justificarle… o no.


Claro, que también le hubiese dicho a esa cría que a pesar de esos ejemplos, existen otros, y que hay motivos para ser optimista con el cambio. Porque duro, pero esperanzador, también da ver a otro de esos sicarios penar por haber sembrado el miedo en Medellín durante años, pedir en voz alta a dios (y a viejos colegas de armas) que gente como él no vuelva a hacer cosas así  y escucharle leer una carta propia en la que cita las palabras “perdón”, “cambio” y “arrepentimiento”.


Le hubiese contado a esta chica también que duro, en positivo, da ver al cuarto de esos sanguinarios hombres, un tipo “criado en la guerra de Pablo” y dedicado durante 25 años al sicariato, hablando de su honrada nueva forma de ganarse la vida, observarle deshacerse en lágrimas al relatar las atrocidades que ha vivido y cometido, y querer creer en un “Medallo” diferente. Él, en contra de la opinión de la mayoría y de las estadísticas, aún es negativo al evaluar la actual situación de violencia en la ciudad, pero en su propia disertación acaba por reconocer - y agradecer- los avances sociales en los que trabaja mucha gente: “Se matan muchas personas aún, parce”, sopesa su baremo, “pero es cierto que ahorita existen alternativas que pueden mejorar eso. Vas a las nuevas canchas y ves a 150 niños jugando en vez de a 80 marihuaneros, o a los que tomaban chorrito o a los que fumaban bazuca que había antes. Les han desplazado a los otros”, afirma. “Eso sí ha cambiado”, se convence al fin.


-    Entonces, ¿la ciudad que tú viviste de niño es, o no es distinta a la de ahora?, le pregunto.


-    Supongo que sí. Hay menos peladitos dedicados a la violencia. Todo tiene su final. Yo creo que en cuestión de 10 o 15 años, hermano, el cambio será total. Pero este no es mi tiempo, hay que dárselo a otra gente, el aire le pertenece a los pelaos de ahora. Yo quiero que mi hija viva en ese Medellín sin violencia, yo la voy a ayudar a sembrar cositas bien bonitas, no lo que me sembraron a mí. Mi historia es como la de esta ciudad, por eso es posible el cambio: Cuando uno tiene un sueño por construir, es fácil dejar de ser lo que se ha sido.


Un chico de la charla me pregunta sobre qué he “tomado positivamente” de cada uno de los viajes que he hecho. Respecto al que hice a su tierra, hoy sí, le hubiera podido decir que en Medellín he oído el bullicio de una urbe viva, he olfateado su aroma a ferias de flores, he degustado sus enormes bandejas de carne mimada, he visto correr las lágrimas de un hombre que fue asesino, y he sentido, la energía de los niños en cuyos hombros caerá el futuro de la localidad. Esa que ya trabaja por derrotar las dolorosas lacras del presente. La que sueña con enterrar el aciago estigma del pasado. Le dicen la ciudad de la eterna primavera. Esa gran ciudad. Espero haber aclarado su duda.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Si es con mesura, el café no hace daños


El Tiempo
Por Redacción Vida de Hoy
16 de octubre de 2012


Estudio dice que no siempre está relacionado con enfermedades y que tiene beneficios para la salud.

 


El café es la bebida más popular del mundo occidental, después del agua embotellada. Colombia no es ajena a esta tendencia; es más, el 90 por ciento de los hogares lo consumen y el 83 por ciento de las personas mayores de 18 años lo toman.

Esta popular bebida, sin embargo, ha sido relacionada con el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares y derrames cerebrales, con el aumento en la presión arterial y hasta con el cáncer.

No obstante, muchos estudios demuestran que, al menos en personas sanas, no tiene una relación directa con estos males. Aunque hay que tener cuidado con estos trabajos y la extrapolación de sus resultados, pues en cada país las personas tienen diferentes estilos de vida, hábitos de consumo y toman el café de formas distintas.

Es así como un grupo de investigadores decidió hacer el primer estudio con población y café colombianos. “Quisimos darle respuesta a la inquietud de si el café tenía un impacto positivo o negativo sobre dos efectos para la enfermedad cardiovascular, como la presión arterial alta y los niveles de homocisteína (desecho de la síntesis de las proteínas que cuando se eleva se relaciona con riesgo de alteraciones cardiacas)”, explica Gloria Agudelo, magistra en ciencias de la nutrición y una de las autoras de la investigación.

La muestra final de este estudio quedó constituida por 116 sujetos divididos de la siguiente manera: 30 en un grupo que no consumió café, 29 en uno que tomó 200 ml, 29 en otro que ingirió 400 ml, y 28 en el que se bebieron 600 ml. Todos consumieron café filtrado.

Los resultados, luego de seis semanas y diferentes pruebas de laboratorio durante las que se tomó la presión arterial y se midió la concentración de homocisteína, mostraron grupos sin diferencias significativas.

“Era muy importante comparar los resultados con el grupo control, es decir, los que no lo consumieron. Eso nos permite decir que las personas sanas no tienen dificultad para tomar un café bien preparado y como parte una alimentación balanceada”, concluye Agudelo.

Por supuesto, investigadores insisten en que el hecho de que el café no se asocie con las enfermedades, tampoco quiere decir que proteja contra ellas.

De acuerdo con Esther López García, doctora en salud pública de la Universidad Autónoma de Madrid, “pacientes hipertensos, con la presión arterial no controlada o con problemas de salud como el insomnio, la ansiedad, el reflujo gastroesofágico o arritmias cardiacas, pueden empeorar con su consumo”.



lunes, 15 de octubre de 2012

la de los tintos


Cualquier método es bueno para vender café




domingo, 14 de octubre de 2012

carrozas y comparsas



Imagenes de las carrozas y comparsas de las Ferias de Barichara 2012


sábado, 13 de octubre de 2012

café y sombra


Cartas de los lectores
El Espectador
3 de octubre de 2012

Hay comentarios equivocados que hacen carrera. Quienes los divulgan lo hacen con una ligereza tal, que la falta de análisis sorprende. Uno de ellos es el de que la Federación Nacional de Cafeteros ordenó tumbar el sombrío en los cafetales.

Alrededor de 430.000 hectáreas de café en Colombia están bajo algún tipo de sombrío, es decir, el 46% de la caficultura está en sombra o semisombra. Y lo está fundamentalmente porque en esas zonas se presentan unos períodos secos que marcan una deficiencia hídrica para el café, pues ésta es de 150 milímetros de agua en tres meses seguidos, lo que hace que el establecimiento del sombrío sea absolutamente necesario. Se requiere del sombrío para conservar la humedad del suelo en épocas secas, para evitar el marchitamiento y para reducir la pérdida de hojas. Y para ello hay acciones investigativas de Cenicafé y una transferencia a los productores.

Por el contrario, cuando uno se encuentra zonas cafeteras donde hay buena distribución de lluvias, adecuadas horas de brillo solar, apropiada temperatura y suelos con capacidad de almacenamiento de agua, uno deja que el sol, que no cobra por su trabajo, realice su labor. He visto suelos en estas circunstancias produciendo café de manera sostenible y sin deterioro de los ecosistemas, porque sus propietarios siembran el café Castillo a través de la pendiente, establecen barreras vivas y, entre otras cosas, logran que en sus suelos se forme un tapete verde con las arvenses seleccionadas, cuya función es moderar el golpeteo de las gotas de lluvia.

No fue la Federación la que dijo que sembraran café hasta el pie de las quebradas o hasta que las plantas de café se humedecieran con las aguas donde se toma el líquido para los acueductos. Quizás los altos precios en ciertas épocas o la decisión propia del dueño los llevó a tomar ciertas decisiones. Por el contrario, no presionar el bosque nativo ha sido una frase repetitiva expresada con convicción. Todos seguimos cantando: “Allá arriba en aquel alto donde nace la quebrada...”.


Lo que con honestidad sí hemos dicho es que un sombrío exagerado y con características de penumbra debe regularse, porque más de un 45% de sombra convierte al cultivo del café en un negocio improductivo e ineficiente. Lo expresado anteriormente también valida el sombrío, si el objetivo de producción es matricularse en un programa de cafés especiales, como los aliados de los bosques o los amigables con las aves.


El cultivo del café también reforesta, produce oxígeno, es verde, alberga especies... y también produce paz.

Carlos Armando Uribe F.,
Profesor Yarumo’.


viernes, 12 de octubre de 2012

jueves, 11 de octubre de 2012

moliendo café a la japonesa




 



"Moliendo café" es una canción del músico venezolano Hugo Blanco. La compuso en 1958, cuando tenía 18 años. La primera versión grabada del tema fue la de Mario Suárez. Una versión posterior del propio Hugo Blanco alcanzó el número 1 en Argentina en 1961.

Se cuenta que Blanco, al componer la canción siendo menor de edad no pudo registrarla, por lo cual su tío, el también compositor José Manzo Perroni, accedió a hacerlo. Sin embargo, en los años posteriores, Manzo afirmaría ser quien creó la melodía y hasta el momento se mantiene la polémica por la autoría del tema que, en la actualidad, tiene más de 800 versiones. Algunas de las más conocidas con las de la cantante italiana Mina en 1962, la de la cubana Xiomara Alfaro, las de los portorriqueños Ismael Rivera y José Feliciano, la de los españoles Sergio y Estíbaliz y Julio Iglesias o la del venezolano Ricardo Montaner. La canción ha conocido versiones en muchas lenguas diferentes, y ha sido un éxito incluso en países como Japón o Indonesia.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Catalunya - Bogotá



Fotografías tomada en el centro de Bogotá  -Barrio la Candelaria-


martes, 9 de octubre de 2012

Caficultores protestan por crisis en el sector


EFE          
9 de octubre de 2012


Se concentraron en vías de diez regiones del país para protestar contra la respuesta del Gobierno, que consideran deficiente, a la crisis que atraviesa su sector por la caída de precios y la revaluación del dólar.

las protestas se desarrollaron en los departamentos del Cauca, Valle del Cauca, Caldas, Quindío, Risaralda, Antioquia, Santander, Cesar, Huila y Tolima, donde hay cultivos de café.
El coordinador del Movimiento por la Defensa y la Dignidad de los Cafeteros, Óscar Gutiérrez, dijo a Efe por teléfono desde uno de los puntos de concentración en El Palo, un punto en la vía que va de la ciudad de Manizales a la de Medellín, que la protesta es de "tintes pacíficos en todo el país".

Según precisó, las protestas se desarrollaron en los departamentos del Cauca, Valle del Cauca, Caldas, Quindío, Risaralda, Antioquia, Santander, Cesar, Huila y Tolima, donde hay cultivos de café, considerado el más suave del mundo. Sin embargo, lamentó que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos "no logra entender que hay una respuesta social en el sector del café" y advirtió de que los caficultores no van a abandonar la lucha "hasta que se atiendan las reivindicaciones".

El pasado 13 de agosto, unos 10.000 cafeteros se movilizaron en la ciudad de Manizales para pedir que no se apliquen varios tratados de libre comercio (TLC) firmados por Colombia con los que consideran que salen perdiendo. También solicitaron una rebaja en los precios de los abonos y un significativo incremento en los subsidios para el control de plagas, como la roya, así como que se controle la revaluación del peso frente al dólar estadounidense.

Al considerar que el Ejecutivo "no ha respondido positivamente a estos reclamos", Gutiérrez argumentó que la decisión del gremio fue la de "seguir denunciando los pésimos ingresos de los caficultores", que en el país andino sostienen a unas 563.000 familias. "Llevamos unos seis meses en el que el precio interno para la venta del saco de café de 125 kilos tipo exportación no pasa de 620.000 pesos (unos 345 dólares), mientras que el costo de producción de una carga está entre los 640.000 (unos 356 dólares) y los 650.000 pesos (unos 362 dólares)", explicó.

El caficultor desestimó sin embargo que pueda haber próximamente alguna modificación en los precios.

La Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) anunció ayer precisamente un Contrato de Protección de Precio para proteger los ingresos y disminuir los riesgos al cubrir hasta 50 cargas con el precio promedio del día o por un valor que rodee el 10 por ciento.

Luego, pueden reclamar la diferencia ante el Comité de Cafeteros correspondiente.

Por su parte, el senador del partido izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) Jorge Enrique Robledo instó a través de un comunicado que el Gobierno fije a través de un decreto un "justo precio de sustentación y dé apoyo real a la caficultura, inyectándole no menos de un billón de pesos" (unos 556 millones de dólares).

                                                      

lunes, 8 de octubre de 2012

Cafés que bien matan


Por: GONZALO CASTELLANOS
5 de octubre de 2012
El Tiempo


Es muy valiosa la presencia aséptica de los cafés Valdez y de otras empresas cafeteras imponentes, pero para darle de beber a la nostalgia conveniente sería que no desaparecieran El Automático, el San Moritz, el Pasaje y otros tantos.
 
Se sentían pasos de otros tiempos en Las Flores, hasta hace poco un sobreviviente café del centro bogotano. No era bonito; simplemente decorado por sugestivas decadencias, periodistas y oficinistas de mil vidas, incluso por el retrato de una mujer que bien parece la mía.

Cerró un lugar lleno de novedades sentimentales y hasta sementales, tutelado por una cabeza de toro de aspecto canino, deshilachada en tocatas de borracho. Infaltables los seres de la noche, los tragos con pavesas del tabaco de su propietario, un español bien colonizado por este nuevo mundo, o una afligida Serenata de Schubert, interpretada por Abdulah, el "libio" de vida jeroglífica; a veces se veía a Franco, creador del genial Copetín, esa caricatura del gamín que no llegó a imaginar cuánta indigencia poblaría este país. 

Decadente, es cierto, aunque hechicero por el simple hecho de que en muchos de nosotros el espíritu se sobrepone a la dictadura de la razón. Aunque cada día se abra otro y pese a la certeza de que los "muertos viejos deben dejar espacio a los muertos nuevos", es difícil resignarse a que desaparezcan esos cafés que le ponen colores al alma.

No fue mi tiempo el del esplendor de los cafés Windsor o Asturias, en los que se armó la ruleta rusa de la política nacional y se cocinaron ideas vanguardistas y otras extremadamente godas, que todavía echan chispas. Sin embargo, en forma que hoy el ICBF tildaría de inapropiada por los caudales de bohemia y palabras que allí corrían, muy chiquito anduve en El Automático, entre soñadores, poetas y periodistas enormes. A uno de ellos debo el ADN. 

Se vive de presente y anhelos, pero también de memoria. Es muy valiosa la presencia aséptica de los cafés Valdez y de otras empresas cafeteras imponentes, pero para darle de beber a la nostalgia conveniente sería que no desaparecieran El Automático, el San Moritz, el Pasaje y otros tantos, que resisten horas de exterminio en los centros de las ciudades, en las que el tono impersonal y atemporal tiene ímpetu difícil de detener. 

Un interesante proyecto que concrete el rescate de expresiones de la cultura popular y del patrimonio inmaterial que nos habita podría hallarse en la revitalización de la memoria y de los espacios de los viejos cafés. Cuánto, incluso, podrían apoyar y aprovechar en un propósito como ese las grandes nuevas marcas.

domingo, 7 de octubre de 2012

San Gil, de vertedero a la capital colombiana del turismo de aventura


El Espectador
6 de octubre de 2012

Esta población santandereana ha convertido el deporte extremo en uno de sus motores económicos y de desarrollo. 

El río Fonce fue hace años un vertedero en el que los habitantes de la localidad de San Gil arrojaban basura y trastos viejos, pocos imaginaban entonces que se convertiría hoy en la capital colombiana del turismo de aventura.

La visión del impresionante cañón de Chicamocha, en la enredada ruta entre Bucaramanga y Bogotá, anuncia la proximidad de este pueblo situado al sur del departamento de Santander, y al que llegan jóvenes de todo el mundo en busca de sensaciones fuertes.

En 2004, San Gil fue declarada Capital Turística del Departamento de Santander y es difícil encontrar a alguien en Colombia que no asocie el nombre de esta población al deporte extremo.

"De Bucaramanga a San Gil pasas por el cañón del Chicamocha, por una carretera llena de curvas y giros, y eso ya es una aventura en sí misma, en la que solo te preocupa lo que te espera en San Gil", aseguró el estadounidense Christopher García, guía experto de canotaje (deporte acuático que se practica sobre una embarcación ligera).

García, que ha recorrido Estados Unidos y América Latina a bordo de su kayak y en busca de ríos difíciles, descubrió San Gil hace unos años, cuando asistió a un campeonato de rafting.

Y es que este deporte se ha convertido en el más popular del pequeño pueblo colombiano, con dos tramos fluviales navegables: uno por el río Fonce y, para los más expertos, otro en el río Suárez.

"El río Fonce está bien para principiantes", explica García sobre las aguas que bañan el pueblo de San Gil y que en los rangos de dificultad del canotaje está clasificado como un clase dos o tres, en una escala de cinco.

A unos kilómetros de San Gil, el Fonce se encuentra con el río Suárez, cuyo tramo navegable recibe la máxima calificación de entre clase cuatro o cinco y donde los rápidos y las rocas hacen las delicias de quienes osan a subirse a los botes.

Desde hace casi dos décadas San Gil ha convertido el deporte extremo en uno de sus motores económicos y de desarrollo, que completó así las actividades tradicionales: la agricultura y la ganadería, de las que han vivido durante siglos sus habitantes.

"Hace unos quince años que se está explotando esto de forma turística, antes el río era un vertedero donde se botaba de todo", explicó Jaime, uno de los guías que conducen las embarcaciones río abajo.

Agencias de turismo, tiendas de equipamiento deportivo, mucha publicidad y guías turísticos. Esta oferta se multiplica desde entonces a orillas del Fonce, hoy un polo del turismo de aventura y de toda la industria que ha proliferado a su alrededor.

Pese a que el rafting es la actividad estrella, la naturaleza ha dotado a San Gil de una orografía privilegiada para otros deportes extremos.

Más allá de desafiar al río sobre una embarcación también se pueden realizar en este lugar espectaculares descensos en rappel o torrentismo (rappel en catarata), así como parapente y espeleología.

Y cuando anochece y la aventura cesa hasta el alba, San Gil se convierte en un hervidero de turistas dispuestos a pasar un buen rato.

Su plaza principal congrega bancos y bares, donde los visitantes, muchos sentados sobre el suelo, intercambian sus hazañas y experiencias vividas, y fantasean con lo que les espera al día siguiente.

sábado, 6 de octubre de 2012

Colombia, lejos de los 12 millones de sacos


Redacción negocios
El Espectador
5 de octubre de 2012

La volatilidad en los precios del café tiene expectantes a los productores. Esta semana la libra llegó a un máximo de US$1,83.

Una semana volátil vivió el precio internacional del café, que el lunes se ubicaba en US$1,78 la libra, el miércoles llegó a los US$1,83 y ayer cerró en US$1,68 (con una caída del 4% frente al precio del jueves).

En diálogo con DATAiFX, Carlos Ignacio Gaitán, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport), manifestó que las implicaciones de la inestabilidad en el mercado europeo, la falta de decisión por parte de autoridades monetarias y las luchas internas entre países generan gran nerviosismo en el mercado financiero y hacen que los inversionistas traten de irse hacia activos más seguros, impactando directamente los precios .

Gaitán asegura que “dicho cambio de tendencia es normal y es de lo que viven los mercados. Cuando son muy fuertes, evidencian que aún no se ha logrado una coincidencia de hacia dónde se dirigen; lo que sí es cierto es que este cambio de tendencia está afectando al sector exportador colombiano, ya que la incertidumbre es mayor y las decisiones que se toman pueden llegar a ser de alto riesgo, llevando a poner en duda el cumplimiento de las metas y el éxito de las transacciones”.

Pese al actual contexto, el directivo explicó que para este nuevo año cafetero que se inició el pasado primero de octubre son mejores las expectativas frente al período anterior, teniendo en cuenta que los últimos dos años han sido especialmente difíciles en cuanto a niveles de producción. Por otra parte, siguiendo la información que está a cargo de la Federación Nacional de Cafeteros, se prevé que entren en producción buena parte de las áreas renovadas.

Respecto a la falta de agua por el fenómeno del Niño, Gaitán dijo que se pueden afectar algunas zonas del país de manera importante. El otro tema radica en que el incremento de la temperatura puede agravar los problemas de broca, haciendo que el café de calidad y la producción se vean damnificados.

Finalmente se espera que la producción de este nuevo año cafetero se ubique entre ocho millones y medio y nueve millones de sacos, lo que sería una recuperación importante, aunque el sector se encuentra lejos de aquellos niveles históricos que rondaban los doce millones de sacos.

viernes, 5 de octubre de 2012

En septiembre producción cafetera fue de 519 mil sacos de 60 kilos


El Espectador
5 de octubre de 2012

Las exportaciones de café en septiembre crecieron un 13 por ciento y se ubicaron en 531 mil sacos de 60 kilos.

Resultado del ambicioso programa de renovación de cafetales que busca cambiar la estructura productiva del parque cafetero, y a las mejores condiciones climáticas, Colombia registró nuevamente en septiembre un aumento en la producción y exportaciones del grano.

En septiembre del presente año la producción de café alcanzó los 519 mil sacos de 60 kilos, cifra superior en un 13 por ciento a la del mismo mes del año pasado, cuando se registraron 459 mil sacos de 60 kilos, destaca el informe de prensa de la Federación Nacional de Cafeteros.

Con estos resultados, septiembre se convierte en el sexto mes consecutivo en el que la cosecha cafetera crece, lo que permite prever que la producción de café en el año civil estará alredor de los 8.5 millones de sacos.

Las exportaciones de café en septiembre crecieron un 13 por ciento y se ubicaron en los 531 mil sacos de 60 kilos, frente a los 471 mil sacos vendidos en el mismo mes del año anterior. Vale la pena destacar, que las exportaciones en septiembre de 2012 son las más altas registradas en igual mes desde el 2008.

Como se ha anotado en el pasado, un indicador clave para que Colombia recupere sus niveles de producción ha sido la renovación de cafetales, lo que ha permitido que hoy el país tenga más del 50 por ciento de su área productiva en cafetales tecnificados y resistentes a la roya.

Entre enero y septiembre de 2012, Colombia renovó 89.020 hectáreas de café, de los cuales el 93 por ciento se han renovado por variedades resistentes a la roya y con mayor capacidad de sobrellevar la variabilidad climática. Lo anterior equivale a 451 millones de árboles, los cuales comenzarán su ciclo productivo en 2014.


miércoles, 3 de octubre de 2012

música en el Taller de Oficios de Barichara




Momentos de la Clausura del Curso Complementario de Música del Taller de Oficios de la localidad de Barichara. Emisión 'Huellas Patiamarillas', Emisión 30 de septiembre 'Esta es mi tierra'...