domingo, 31 de mayo de 2015

Más allá del cambio del gerente


El Espectador
Por: Mauricio Botero Caidedo
31 de mayo de 2015

En opinión del autor de esta nota, la caficultura colombiana —y por ende la Federación de Cafeteros— requiere una transformación mucho más radical que el simple cambio del gerente, por competente o incompetente que haya sido. 

La “institucionalidad” requiere un cambio de actitud y de posicionamiento, pero, muy especialmente, el sector requiere actualizar las políticas de producción y de comercialización del grano, políticas que le han hecho un enorme daño al sector y al país. El cambio de actitud tiene que ver con la manera arrogante y refractaria con que las directivas de la Federación toman toda sugerencia, como si por definición dichas directivas fueran depositarias de la verdad revelada. A las propuestas de la Comisión Cafetera, encabezadas por Juan José Echevarría, las directivas les restaron toda importancia al considerarlas producto de la ignorancia o el despiste, y las recomendaciones de dicha Comisión, en vez de debatirlas, las descalificaron de antemano.

El cambio de posicionamiento tiene que ver con los ajustes que el gremio y el mismo Gobierno tienen que hacer para situarse en un entorno totalmente diferente al que existía en 1989, cuando regía a nivel mundial un pacto de productores, cartel que a su albedrío establecía cuotas de producción. Antes del 89 el papel del consumidor era prácticamente inexistente: las decisiones de qué variedad, cuánto y dónde producir fluían de arriba abajo. Al desmontarse el pacto, y al empezar las decisiones a fluir de abajo para arriba, lo lógico hubiera sido que Colombia desmontara el manejo “dirigista” del sector. En un entorno de mercado libre la presencia del Estado en la dirigencia del gremio es redundante y perjudicial. Adicionalmente, al seguir siendo la “cúpula” la que señalaba y sigue señalando las directrices de producción y comercialización, los productores han dejado de recibir las señales sobre las preferencias del consumidor. De haberlo hecho, muy posiblemente Colombia sería la dueña de los mercados de “cafés especiales”, segmento que hoy acapara cerca del 37% del mercado mundial en volumen y más del 50% en facturación.

En materia de producción, Colombia se mantiene anclada en un modelo obsoleto que, con contadas excepciones, perpetúa uno de los mecanismos más absurdos del mundo: que siendo el país con mayor potencial de producir y consumir toda la gama de cafés, nos limitamos a ser por excelencia el país que consume internamente el peor café del universo. La culpa de este fenómeno, que los colombianos nunca hubiéramos adquirido el paladar para un buen café y nos tuviéramos que resignar como borregos a consumir productos de inferior calidad, recae en la Federación.

Finalmente, casi la totalidad de la política de comercialización está mandada a recoger. Hoy en día los reyes del mercado son los cafés especiales de denominación específica de origen. “Café de Colombia” no dice mayor cosa y el mercado paga con pocos centavos el hecho de que el producto sea 100% colombiano. Por el contrario, las primas por los cafés especiales, aquellas con denominación de origen, se miden en dólares.

Pero esta y otras opiniones equivalen a arar en el mar: ni se va a modificar la Federación de Cafeteros, ni se va a liberar el mercado, ni se van a eliminar los subsidios cafeteros, ni se va a sacar al Gobierno del consejo directivo del gremio. En su continuo e irreversible descenso, la “institucionalidad cafetera” va a seguir siendo refractaria al cambio.

domingo, 24 de mayo de 2015

Las abejas latinoamericanas trabajan para alimentar a la humanidad


Los insectos polinizadores latinoamericanos hacen posible la producción de al menos un tercio de los alimentos

 



22 de mayo
México 
 
Abel Ovando inspecciona una de sus colmenas. / I. Schaefer (Banco Mundial )

 
Abel Antonio Ovando Maza trabaja desde hace más de veinte años entre las colmenas de su familia, en Ocozocoautla, en el sureño estado mexicano de Chiapas. Por eso, permanece imperturbable ante las abejas que vuelan a milímetros de su rostro mientras habla.

Además de producir miel, Abel Antonio y su familia han plantado más de mil cedros, cítricos y otros árboles frutales en las seis hectáreas de su propiedad. La reforestación ha sido buena para el ambiente y también para las finanzas familiares.

Una de las ventajas, explica Ovando, es que los árboles evitan que llegue viento a las colmenas. Pero tal vez lo más importante es que se les da más comida a los insectos, ya que las abejas pueden padecer de "estrés" al no encontrar suficiente alimentos en los alrededores.

"Tiende a disminuir su postura, a bajar la producción de miel, de abejas, de todo. Una colmena tiende a veces hasta a desaparecer o emigrar", agrega el apicultor. "En cambio, con la reforestación, en el caso de cítricos, vuelve a incrementarse. No hay evasión de colmenas y hay mayor cantidad de producción de miel", explica.

Según el Gobierno de Estados Unidos, el 75% de las plantas nativas en el mundo requiere de polinización, un trabajo que es hecho en buena parte por las abejas. Según estos mismos datos, uno de cada tres bocados que consumimos tiene que ver con la labor de los insectos polinizadores, concretamente de las abejas.

Pero la población global de estos insectos ha disminuido en las últimas décadas, especialmente en Estados Unidos y en algunas partes de Europa. Si en 1940 había 5.7 millones de colonias de abejas en Estados Unidos, hoy en día son 2.74 millones.

Es decir, en unos 70 años se ha reducido a la mitad el número de abejas en el país. La preocupación es tal que el gobierno del presidente Barack Obama acaba de presentar una estrategia para promover la salud de las abejas y demás polinizadores.

Dulce oro líquido

 

Pero para México no se trata únicamente del papel de la polinización de las plantas que nos alimentan, sino directamente del principal producto de las abejas: la miel. El país es el tercer exportador mundial, con casi 2 millones de colmenas y unos 43.000 productores. El principal cliente es Alemania, adonde va a parar el 43% de este "oro líquido", seguido por Estados Unidos.

Para cuidar sus animales y sus ingresos, hace dos años Ovando y otros 290 apicultores se incorporaron al proyecto Sistemas Productivos Sostenibles y Biodiversidad (SPSB) de la Comisión Nacional de la Biodiversidad, apoyado por el Banco Mundial. El proyecto ayuda a pequeños agricultores a organizarse en asociaciones y a aprender nuevos métodos de producción amigables con la biodiversidad.

Ovando ya había comenzado a reforestar desde hace 10 años, bastante antes de entrar al proyecto, pero dice que ahora "viene un plan más fuerte." "Venimos recolectando semillas nativas, para no estar induciendo plantas que no sean nativas, porque en algunos casos no han pegado y se han muerto", afirma.

Dice que con el programa hay algunos socios en la costa de Chiapas que han empezado a plantar mango porque da mucho néctar y polen. "Ya están poniendo atención a esta parte de conservar," dice Josefa Higuera Pérez, asesora técnica de la asociación de apicultores.

Mejor ambiente, más ingresos

 

El desafío de la iniciativa es doble, porque se trata de cuidar el medio ambiente con la conservación de la biodiversidad, sí, pero a la vez mejorar los ingresos de los pequeños productores, como explica Svetlana Edmeades, experta en desarrollo rural del Banco Mundial. "El proyecto se dirige a superar los retos de los pequeños productores rurales de baja producción, bajos precios por unidad vendida, y falta de acceso a mercados especializados", dice.

Agrega que esta iniciativa se enfoca en siete sistemas productivos (cacao, café, ganadería silvopastoril, silvicultura, miel, ecoturismo y uso de vida silvestre) dentro de corredores biológicos prioritarios.

"Se espera que al final del proyecto SPSB los pequeños productores van a beneficiarse de una mejor integración en cadenas de valor con rápido crecimiento y mejores precios de venta, y eventualmente también de un aumento en el ingreso," afirma la experta.

Para Ovando, por ejemplo, los resultados ya son visibles. Además de haber tecnificado su trabajo, también han diversificado su oferta de productos. "Nos ha ayudado a tecnificarnos, produciendo nuestras propias crías y produciendo nuestros insumos", dice. Además de miel y polen, la pequeña empresa familiar también ofrece jarabes, cremas y champú.


sábado, 23 de mayo de 2015

Arte y pasión café





The Colombian Coffee Hub wanted to bring to you a glimpse of how Colombian coffee shops connect directly to coffee growers, the industry and origin.

jueves, 21 de mayo de 2015

Cambios cafeteros


Editorial 
El Espectador
20 de mayo de 2014

EL RETIRO DE LUIS GENARO MUÑOZ de la gerencia de la Federación Nacional de Cafeteros ha causado numerosas reacciones. Muchos de sus contradictores gremiales han respirado con alivio, en tanto que buena parte de la dirigencia cafetera ha lamentado su decisión

Observadores y analistas, entre ellos el director de la misión del café, Juan José Echavarría, han visto en la salida de Muñoz una oportunidad para exponer sus tesis provocadoras, que en esencia buscan cortar cualquier nexo del Estado con la Federación. Seguramente en las próximas semanas, cuando surjan más nombres para reemplazar al gerente en medio del debate asociado con las elecciones regionales y con un incierto precio internacional del grano, tendremos más perspectivas y posiciones sobre el debate cafetero.
 
Para entrar en ese debate, sin embargo, conviene revisar lo que deja el gerente que se retira, que no es poco. En estos seis años en que estuvo a cargo del gremio cafetero enfrentó una revaluación persistente, un ataque de roya sin precedentes y una ola invernal que tuvo un significativo impacto en la cosecha. En medio de esas condiciones complejas logró una reconversión cafetera sin precedentes en la historia de Colombia. Renovar más de 3.300 millones de árboles, la mayoría resistentes a la roya, no es tarea fácil, y ningún otro sector lo ha logrado. El cambio en las cifras de productividad y de cosecha es, sin duda, su principal ejecutoria, y las cifras no mienten.
 
Empero, se nos antoja que el más significativo de los logros institucionales de Luis Genaro Muñoz fue la profundización de la democracia cafetera. Propios y extraños, contradictores o no, deben reconocer que el mayor activo de la Federación y sus comités de cafeteros es su legitimidad, reflejada en una participación electoral para elegir sus cuadros directivos que supera el 67%. Muñoz habrá de ser recordado como uno de los gerentes quizás más cuestionados por sus representados, pero a su vez como el que más trabajó para que el gremio fortaleciera su democracia y sus elecciones.
 
En el debate sobre el futuro de la Federación, entonces, conviene tener una conversación más profunda sobre las instituciones cafeteras, que reconozca sus avances, sus retos, su necesidad de reformarse, claro, pero también sus limitaciones. Un debate que defina las expectativas y su capacidad de acción en el mundo de lo real. Como durante muchos años la Federación reemplazó al Estado en las zonas cafeteras, aún hoy muchos, sobre todo en las regiones, piensan que es quien determina el precio del café y quien, además, todo lo debe hacer y todo lo tiene que resolver.
 
Aunque hoy no tiene los recursos para seguir haciéndolo, ni en un mundo ideal es conveniente que nadie reemplace al Estado, la Federación y sus comités de cafeteros constituyen una institucionalidad excepcional en la Colombia rural que sería lamentable desconocer de tajo porque no exista tal cual en otros lugares del mundo, que es la idea que viene haciendo camino. Un país con las inequidades que vivimos, donde el Estado ha sido un ausente permanente en el campo, difícilmente va a alcanzar el desarrollo rural deseado con una simple receta de libre mercado y privatización. La limitada capacidad de actuar que han demostrado el actual y los anteriores gobiernos en las zonas rurales —fuente y alimento del conflicto armado— hace necesario valorar la institucionalidad cafetera de una forma más profunda. Es importante que el proceso de selección del nuevo gerente no se tome a la ligera y contribuya a fortalecer la institución. Colombia no puede darse el lujo de sacrificar una institución que tiene arraigo y capacidad de gestión en el campo, cuando eso es lo que más falta hace allí.


 

lunes, 18 de mayo de 2015

'No más papá Estado para los cafeteros': Juan José Echavarria


Director de misión cafetera propone privatizar la actividad. Dice que Federación afecta al gremio.

El Tiempo
Yamit Amat 
16 de mayo de 2015

Foto: Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Juan José Echavarría cree que el cambio de gerente en la Federación debería aprovecharse para hacer reformas grandes.
Privatizar la industria cafetera del país y terminar con la actual Federación Nacional de Cafeteros propone Juan José Echavarria, director de la misión cafetera que el presidente Juan Manuel Santos integró para realizar un estudio general sobre la industria cafetera nacional.

Echavarría, excodirector de la Junta del Banco de la República, empleó dos años junto a ocho comisionados más, y con expertos investigadores, para estudiar el funcionamiento del mercado del café.
“No más papá Estado para el mundo cafetero”, pide Echavarría.

“La Federación es un exportador ineficiente que utiliza su poder oligopólico para fijar un precio bajo de compra de café”, dice Echavarría, en un descarnado análisis de la situación cafetera del país.

La siguiente es la primera entrevista que Echavarría concede desde cuando fue nombrado jefe de la misión. Valerosamente, admite que la Federación, como está estructurada hoy, le hace daño al gremio.

“Colombia perdió su participación en el mercado mundial cafetero, pues pasamos de exportar el 18 por ciento de ese mercado, a comienzos de los 90, a solo 8 por ciento hoy. Para recuperar nuestra antigua participación, deberíamos exportar 25 millones de sacos, en lugar de los 12 millones que hoy vendemos en el exterior”.

En su opinión, ¿qué pasó?

Colombia perdió participación porque la productividad cafetera se estancó 20 años, cayó con la crisis de 2008-2009. Esa productividad creció dramáticamente en Vietnam y Brasil, y en menor medida en Perú, Honduras, Nicaragua, India e Indonesia, entre otros. Cuando terminó el Pacto Mundial Cafetero, en 1989, todos los países, excepto Colombia, desmantelaron las poderosas instituciones cafeteras existentes. Aquí conservamos una entidad que codiseña la política cafetera; mantuvimos un monopolio que compra cerca del 35 por ciento de la producción nacional, que regula y exporta al mismo tiempo, y que compite inequitativamente con el resto de productores y exportadores. Mantuvimos un mercado sobrerregulado en comparación con otros países.

¿Cuál es la salida a la actual crisis cafetera?

El presidente Santos integró la misión cafetera, que yo presidí, para realizar un estudio serio sobre el café. Comisión muy heterogénea, con visiones muy diversas sobre la caficultura del país. La secretaría técnica produjo ese documento, y ocho de sus nueve miembros lo aprobaron por estar de acuerdo “en lo fundamental”.

¿La misión proponía el marchitamiento de la Federación?

Lo que propuso en el área institucional fue separar las funciones de la Federación entre la actividad comercial y las demás. Si el gremio quiere exportar café, que lo haga, pero paga impuestos y no recibe subsidios del sector público para ello. La otra parte de la actividad gremial debería concentrarse en elevar la productividad, mejorar el servicio de extensión y promover la imagen de los cafés colombianos en el exterior. Uno de los comisionados habló incluso de convertir a la Federación en el Proexport de los cafeteros.

¿El actual sistema cafetero de Colombia funciona mal?

Parte de ese sistema funciona mal, aun cuando también debe destacarse la fortaleza de algunos de los comités regionales o de Cenicafé, el centro de investigación. Pero el arreglo institucional que hoy tenemos es el mismo de 1989, creado para un mundo diferente, un mundo con pactos cafeteros, un mundo que desapareció hace 25 años. No es el que hoy necesita el país. No me gustan los monopolios públicos ni los privados. Además, el modelo que tenemos es bastante perverso, y castiga a los productores pequeños y pobres. Beneficia a la Federación y en algunas oportunidades a los exportadores privados.

¿Los grandes beneficiados del esquema son los exportadores y no los productores?

Exactamente. La Federación es un exportador ineficiente que utiliza su poder oligopólico para fijar un precio bajo en el mercado local. No pierde dinero, pero quien paga es el pequeño productor. Lo peor es que el exportador privado va en coche y paga ese mismo precio bajo. Eduardo Lora calcula que la contribución cafetera de seis centavos de dólar por libra lleva a que el productor pobre pague por las ineficiencias de la Federación.

¿Cuánto le vale al Estado mantener la Federación?

Para cubrir el déficit del Fondo Nacional del Café, habría que duplicar o triplicar la contribución cafetera. Ello no se hace, y al Gobierno le toca cubrir el resto. El Gobierno pone más dinero que el gremio en mantener la actual “institucionalidad”.

Entonces, ¿qué hacer con lo que usted llama la “institucionalidad”?

Primero, si el gremio quiere exportar, que lo haga, como cualquier exportador privado, pagando impuestos, sin subsidios del Estado; segundo, la Federación-Fondo Nacional no puede ser juez y parte: no puede exportar y regular al mismo tiempo. Tercero, el mercado de café está hoy sobrerregulado cuando se compara con cualquier otro país del mundo. En Brasil, todo exportador puede vender en el exterior todo tipo de café, sin pedir permiso al Gobierno, sin pedir permiso a nadie. Proponemos separar cobijas: que el Estado decida la política cafetera y los cafeteros operen como cualquier otro gremio.

¿Y la Federación?

Si el gremio cafetero quiere mantenerla en su estado actual, que lo haga, pero con su dinero y no con nuestros impuestos. La Federación es una institución muy costosa, y la mayoría de los cafeteros son muy pobres.

En este momento, los cafeteros están hablando del restablecimiento del Programa de Protección al Ingreso Cafetero, PIC.

Como el que hubo, de ninguna forma. Hay un trabajo muy serio de Roberto Steiner que muestra que el 10 por ciento de los cafeteros (ricos) recibieron el 60 por ciento del PIC. Ello significa que los cafeteros pobres poco recibieron. Hay propuestas adicionales. En Brasil, por ejemplo, todo agricultor ‘paga’ el 3 por ciento de su venta agrícola, y ese dinero va a su cuenta pensional.

¿La coyuntura del retiro del doctor Luis Genaro Muñoz de la gerencia de la Federación debería ser usada para aplicar reformas que propuso la comisión?

Obviamente. Una federación que haga su trabajo en productividad, en servicio, y otra que exporte: dos mundos separados. Hay que concentrar todos los esfuerzos del mundo institucional cafetero en el tema de productividad y costos. Hay que eliminar la sobrerregulación en café. Hay que moverse en nichos especiales. Para exportar café no se requiere un semi-monopolio estatal. Hay que abrirnos más al mundo moderno del café. Hay que recuperar nuestra participación en los mercados mundiales (25 millones de sacos), pero produciendo café en forma rentable. Solo así será posible eliminar pobreza en las zonas cafeteras.

El saliente gerente de la Federación dijo que el informe de la misión cafetera que usted presidió no tenía nada nuevo…

Eso dijo al comienzo, y luego se puso furioso con lo que dijo la misión. Insultos, gritos y un manejo indebido de documentos que estaba prohibido citar.

¿Por qué fue tan peyorativo contra usted Luis Genaro Muñoz?

Parece que no le gustaron mucho las ideas de la secretaría técnica, apoyadas por la comisión. No nos gusta el cambio aun cuando sea necesario. Los tiempos del pacto cafetero nunca volverán.

¿Por qué no se ha adoptado ninguna de las propuestas de la comisión?

Recién entregamos el informe, y lo que presidente Santos quiere es una discusión amplia sobre café. Además, el impacto que tengan nuestras propuestas se verá en el 2016, cuando se firme el nuevo Contrato Cafetero. De todas formas, muchas de las reformas consideradas son dolorosas y difíciles. El gremio cafetero debe ser un gremio normal, sin prebendas ni subsidios.

¿Deberían retirarse los ministros del Comité Nacional de Cafeteros?

Claro. El Gobierno es un mal socio para los cafeteros, y aún más en las reformas de largo plazo que requiere el sector, relacionadas, por ejemplo, con cambios en productividad y con reducciones de costos. Los gobiernos piensan en períodos de cuatro años. El gremio cafetero debe independizarse, encargarse de su destino, nombrar su gerente y descentralizarse. En este momento, el Estado aporta un montón de dinero a la institucional cafetera, y no sabemos bien cuál es su destino final. El sector cafetero representa 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) y el 5 por ciento de las exportaciones del país, y no existe razón para que cuatro ministros tomen las decisiones conjuntamente con el gremio. Pero, aún si representase el 70 por ciento de las exportaciones, ¿a quién se le ocurre pensar que debe existir una federación de petróleo a la cual asistan cuatro ministros?

¿Parece usted partidario de privatizar totalmente al sector cafetero?

Sí, claro, como cualquier gremio, como se hace hoy en la mayoría de los países cafeteros, y en todos los países cafeteros exitosos. En Brasil, hoy, los productores recuerdan como pesadilla cuando los ministros mandaban en el mundo cafetero.

¿Y eso es lo que pasa hoy en Colombia?

Sí, señor. Los cafeteros deben manejar su café. El Estado diseña la política económica, y ellos producen, compiten y exportan en un mundo muy dinámico, donde el café ya no es un bien primario normal. El Estado se debe encargar de la pobreza en las zonas cafeteras, de las carreteras y de las escuelas. Y los cafeteros, que se dediquen a aumentar la productividad, para competir en el mundo, y a utilizar la contribución cafetera para fortalecer a Cenicafé, al Servicio de Extensión y a promover los cafés de Colombia en el exterior.

¿El año entrante se vence el Contrato Cafetero, que cada diez años Gobierno y cafeteros renuevan. ¿Qué se debe hacer en su opinión?

El Contrato Cafetero es un pacto entre el Gobierno y los cafeteros a través del cual se fijan las reglas de juego del Fondo Nacional del Café, la institucionalidad cafetera y la contribución cafetera que se da a la Federación. El nuevo contrato tiene que tomar en cuenta el nuevo mundo. Ese contrato, si se firma, debe tomar muy en cuenta las recomendaciones de la comisión.

¿Acabar con la regulación de mercado cafetero?

Sí. Fijar reglas de juego claras y evitar claras incompatibilidades: quien exporta no puede regular. Se trata además de un mercado sobrerregulado. Y nos ha ido mal con respecto a un grupo relativamente amplio de países exitosos.

¿Usted cree que la Federación debe ser el gran comprador interno del café?
A mí no me gustan los monopolios públicos. Me parece un esquema muy inconveniente. Ni siquiera existen hoy en Vietnam, un país socialista.
¿Usted no quiere que la Federación compre?

Solo en aquellos lugares en que hay pocos compradores. Solo allí debe existir la llamada garantía de compra. ¿Por qué tener garantía de compra en Cartago o Pitalito, cuando allí existe un mercado muy dinámico de compradores y vendedores? ¿Y cuánto cuesta el andamiaje institucional para mantener más de 500 puntos de compra en el país? Le repito: la contribución cafetera de 6 centavos de dólar por libra no alcanza sino para financiar la mitad de lo que vale la Federación.

¿La Federación Nacional de Cafeteros debería ser una entidad privada?

Claro, y que el gremio cafetero tome en sus manos el manejo de su mundo cafetero. Como dije, los gobiernos son malos socios para la productividad.

Es decir, ¿privatizar la industria del café?

Sí. Ahora bien, puesto que existen recursos parafiscales, el Ministro de Agricultura o su delegado podría participar en algunas de las discusiones del gremio relacionadas con el uso de esos aportes estatales. ¿Usted se imagina al Ministro de Hacienda presidiendo la Andi? No más papá Estado.

¿Para usted qué es lo más importante hoy para los cafeteros?

Que el café sea rentable.Está en juego la vida digna de 500.000 familias cafeteras, muchas de ellas muy pobres. Quien logre que esta situación cambie, mediante la producción rentable de café, debe considerarse un héroe nacional.

Es decir, paradójicamente, la Federación de Cafeteros le hace daño al cafetero.

Sí. Un daño enorme. Para entenderlo basta ver lo que hacen los países exitosos: todo lo contrario de Colombia. Se malgastan muchos recursos con ese esquema y se condena a la pobreza a 500.000 familias cafeteras.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO


domingo, 17 de mayo de 2015

Piden reformas al sector cafetero


La fuerte división que vive la dirigencia cafetera en Colombia puso a los expertos en la materia a hablar claro y de frente sobre lo que necesita el sector.

El Espectador
14 de mayo de 2014




No se trataba sólo de cobrar la cabeza del presidente de la Federación, como sucedió el miércoles en la tarde cuando Luis Genaro Gutiérrez, quien había liderado el gremio durante seis años, tomó la decisión de dar un paso al costado. Se trata de darle un vuelco a la institucionalidad.
 
Rubén Darío Lizarralde, exministro de Agricultura, dejó claro que lo que hay que hacer en Colombia es “reestructurarla”. Y por eso explica que “es fundamental que el documento que produjo la Misión Cafetera no sólo se publique, sino que se discuta, porque yo personalmente creo que en función de esa discusión van a salir cosas muy importantes para propiciar esa reestructuración de la que hablo, de todo el sector”.
 
¿A qué se refiere? “Hay que ver, por ejemplo, el precio, porque dicen que el precio se ha caído dentro del país un 25%. Debemos analizar cuánto de ese café es verdaderamente colombiano, porque una cosa es que se caiga el precio interno y consumamos café importado, y otra cosa es el precio internacional y cómo se transa afuera. Se debe observar cuánto le cuesta al cafetero sacar ese café y exportarlo. Hay que revisar toda la cadena de valor para saber en dónde están los costos que no contribuyen a nada y que se deben eliminar. Hay que hacer un análisis de fondo antes de tomar cualquier decisión”.
 
Pero, de acuerdo con Óscar Gutiérrez, de Dignidad Cafetera, el gran problema está en el estatuto cafetero, por que es “antidemocrático”, advierte. “En Colombia vale más el voto de tres productores grandes que de 5.000 pequeños, a eso me refiero con antidemocrático. Al final el gobierno Santos volverá a poner a un dirigente que haga lo que ellos quieren y seguiremos en las mismas”.
 
Por eso, dice que el cambio estructural se dará el día que sean los mismos cafeteros los que escojan su líder, que sea capaz de bajar las tasas de los créditos, visibilice los altos precios de los fertilizantes y que, además, democratice la Federación. “Por eso hicimos Dignidad  Cafetera. Hay que hacer una gran movilización que busque la democratización”.
 
Lizarralde, por su parte, dice que hay que dejar de pensar sólo en subsidios como una solución sectorizada al agro y la tarea está en tecnificar el campo para que sea competitivo tanto internamente como de cara al comercio internacional. “Algo que ya han logrado los floricultores. Deberíamos seguir ese ejemplo”. 



viernes, 15 de mayo de 2015

Terminó la cosecha de Luis Genaro Muñoz


El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros propuso un “relevo institucional”, pero el acto fue visto como una renuncia. Aunque su cabeza era una de los pedidos para evitar el paro del sector, Dignidad Cafetera dice que la manifestación para mitad de año sigue en pie.


El Espectador
Óscar Güesguán Serpa

En Twitter: @oscarguesguan
13 de mayo de 2015

Luis Genaro Muñoz siempre contó con el apoyo de las mayorías en los comités cafeteros, pero esta vez prefirió dar un paso al costado. / Cristian Garavito - El Espectador

Seis años duró la gestión de Luis Genaro Muñoz en la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Ayer, durante el comité directivo de la entidad, el dirigente propuso un relevo institucional en la gerencia que fue aceptado por los representantes de las regiones cafeteras de Colombia.
 
Aunque la discusión sobre su salida de la agremiación se venía dando desde hace más de un año, Muñoz Ortega había manifestado su deseo de continuar en el cargo, por esta razón la noticia tomó por sorpresa al sector. 
 
El representante del comité directivo por Norte de Santander, Alfredo Yáñez Carvajal, aseguró que “lo importante, en este momento, es mantener la confianza del mercado internacional sobre todo porque en el mundo se están fusionando los compradores de café  y van a quedar tres o cuatro. No se puede crear incertidumbre”, advirtió.
 
Mientras se lleva a cabo el proceso para elegir al nuevo gerente de la FNC – para lo que sería necesario citar a un congreso cafetero extraordinario o se esperaría al que anualmente se hace en noviembre –, según los estatutos de la entidad, Luis Felipe Acero, gerente administrativo, quedará designado de manera interina.
 
 Si bien muy pocas personas del sector se atreven a hablar sobre candidatos para este cargo, de tiempo atrás se venían barajando nombres como el del actual embajador de Colombia ante el Reino Unido Néstor Osorio, el director de Corpoica Juan Lucas Restrepo, el mismo Acero y el representante de la FNC en Nueva York Juan Estéban Orduz.
 
“El problema ahora es que en río revuelto, el presidente Santos termine haciendo ganancia de pescadores y ponga un gerente que aplique las recomendaciones  de la Misión del Café. Quien llegue al cargo debe tener un perfil bien difícil de conseguir, porque hay que aclarar: este es un gremio que no nombra gerente sino que lo elige el Gobierno”, aseguró el representante de Dignidad Cafetera, Óscar Gutierrez. 
 
En todo caso, quien sea elegido recibirá una entidad con avances que muy pocas personas dentro del sector cafetero han dejado de reconocer. Entre ellos, la renovación de 612 mil hectáreas, el aumento de la tecnificación del parque cafetero de 86% en 2008 a 96% finalizando el año pasado y un evidente crecimiento de la producción que pasó de 7,8 millones de sacos entre enero  y diciembre de 2009, a 12,1 millones en el mismo periodo de 2014. Sin embargo, también hay un sentimiento unánime de que se necesita una renovación en la dirigencia del gremio cafetero. 
 
Para el exministro de Agricultura, Francisco Estupiñan, “había una situación de ingobernabilidad, la división era muy profunda entre los comités cafeteros que querían un cambio. Este es un proceso muy importante porque es necesario que las organizaciones se oxigenen, que venga gente nueva y una nueva orientación”.
 
Muñoz Ortega, quien a partir del 1 de junio dejará el cargo, generó inconformidad tanto en los productores, quienes aseguraban que era demasiado condescendiente con las solicitudes del Gobierno, como con el Ejecutivo pues, como dice Estupiñan, fue muy renuente al llevar a cabo las sugerencias hechas en la Misión Cafetera dirigida por Juan José Echavarría y solicitada por el presidente Santos.
 
Tras este nuevo proceso, según uno de los analistas consultados por El Espectador, también habría una intención del Ejecutivo de apaciguar la marea ante una movilización advertida por Dignidad Cafetera para mitad de año. “Se trata de un contentillo”, puntualizó.
 
“Los cafeteros están pidiendo otro PIC, antes de decidir si se les da o no, hay que mirar cómo está estructurado el negocio, cuánto le cuesta al cafetero. Se quejan de que no hay mano de obra,  por eso hay que revisar si es el momento de empezar a cultivar café en los llanos para cosecharlo con maquinaria y no con mano de obra directa”, manifestó el exministro de Agricultura, Rubén Dario Lizarralde. 
 
Por ahora, la realidad internacional es que se avecina la recuperación de la cosecha cafetera de Brasil, que produce el 33% del grano en el mundo, potente jugador del negocio.  ¿Cómo deberá maniobrar Colombia frente a ese panorama  en medio de  esta crisis institucional local? 


miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Funciona la meditación 2.0?


Desconectar estando conectado al ordenador o al móvil es la nueva técnica antiestrés. Sus detractores proponen ‘apps’ para ‘desenchufarse’.


Clara Morales
03 de mayo de 2015

Ver imágenes de gatos ronroneando, relaja gracias a la llamada respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR).

Frente al ordenador o en el metro. Hacer meditación sin una profunda vida espiritual, espacios silenciosos o mucho tiempo se promete posible. Numerosas webs y aplicaciones móviles han aprovechado el furor que causa esta práctica en la actualidad y ofrecen sesiones para evadirse (sin salir del todo del mundo).

En 2014, la Universidad de Pittsburgh demostró que, tras un entrenamiento meditativo de solo 25 minutos diarios durante tres días, la percepción del estrés mejora sustancialmente. No es extraño entonces que hasta la mesa de trabajo se haya convertido en un espacio donde poner en práctica estos ejercicios. Calm.com, con 214.000 seguidores en Facebook, ofrece sesiones guiadas (en inglés) de entre 2 y 20 minutos. Las instrucciones van desde tomar conciencia de la posición de la espalda hasta sentirse «tal y como eres, vivo y presente».

La Red ha descubierto sus propios mecanismos de relajación. Los vídeos de gente desembolsando productos, planchando o susurrando y el ronroneo de los gatos inspiran a los internautas, que aseguran haber experimentado ASMR (las siglas en inglés de «respuesta sensorial meridiana autónoma»). 
Tras visionar durante unos minutos estas imágenes, la persona siente una especie de hormigueo en la cabeza y una intensa sensación de calma. El fenómeno ha llamado la atención de la Universidad de Yale, que propone estudiarlo.

«Una invitación a conectar contigo mismo delante de una máquina es una contradicción en sí misma», reflexiona algo escéptico Borja Vilaseca, coach y director del Master en Desarrollo Personal de la Universidad de Barcelona. Él ve más eficaces apps como Offtime (elegida una de las mejores de 2014 por Google) o Face Up, que bloquean Internet y animan a desenchufarse por unos instantes para concentrarse en la reflexión. 

Offtime sugiere descansar del móvil bloqueando llamadas y mensajes.

Foto: Pablo Ruiz


sábado, 9 de mayo de 2015

El café, nueva obsesión 'foodie'


La apertura de locales especializados da fe de que esta ola gastronómica ha llegado a España con éxito.

Almudena Ávalos

jueves, 7 de mayo de 2015

Quedará prohibida toda explotación minera y petrolera en los páramos del país


Plan Nacional de Desarrollo

El Espectador
6 de mayo de 2015




En el Senado, en la discusión del Plan de Desarrollo, se aprobó una proposición que deroga inclusive la exploración en Santurbán. 

Una dura discusión se presentó en la plenaria del Senado a propósito de un artículo en el Plan Nacional de Desarrollo sobre la explotación y exploración minera y petrolera en el país.
Aunque el Gobierno Nacional tenía la intención de restringir la explotación para cuidar los páramos y humedales -entendidos como una reserva ambiental prioritaria para el país-, un artículo del proyecto de PND permitía mantener los contratos suscritos, en el caso de la exploración minera antes de 2010, y en el caso petrolero antes de 2011.

De inmediato hubo una defensa vehemente de los páramos por parte de algunos congresistas, inclusive, de la unidad nacional del presidente Juan Manuel Santos.

Quienes reclamaron por dicho artículo pedían una protección plena de los páramos porque, a su juicio, ese punto en concreto facultaba a algunas compañías para continuar la explotación en las reservas ambientales.

Fueron los senadores Óscar Mauricio Lizcano y Ernesto Macías Tovar quienes lideraron la proposición para establecer como áreas de reserva de la exploración minera y petrolera los páramos y humedales.

Esa iniciativa contempla un protección plena, inclusive frente a los contratos suscritos antes de 2010 y 2011 respectivamente.

Es decir que la propuesta de los congresistas podría dejar desierta cualquier explotacion minera, inclusive en el polémico caso de Santurbán.