miércoles, 29 de julio de 2015

Elecciones cafeteras para corregir errores


El Espectador
Juan Pablo Ruiz Soto
28 de julio de2015

Estamos a puertas de la elección del o la nueva gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Desde el punto de vista del mercado y el medio ambiente, el o la gerente enfrentará grandes retos originados en severos errores de sus antecesores. 

Desde los tiempos de Cárdenas Gutiérrez, los directivos decidieron que destruirían el bosque asociado al café para aumentar la productividad por hectárea. El análisis fue simple y errático, pues sólo se evaluó el impacto que esto tendría en la generación de divisas y se desestimaron los impactos negativos, como la pérdida en calidad del grano, la aparición de enfermedades y plagas asociadas al monocultivo, la pérdida de suelos —buena parte de los cafetales están en zonas de alta pendiente que, al perder la cobertura arbórea, se erosionan—, la destrucción de la regulación hídrica, la aparición de temperaturas extremas a las que se exponen las plantas, la pérdida de biodiversidad y la reacción del consumidor frente a un café disociado de los principios de sostenibilidad.

La FNC forzó al campesino productor a destruir el bosque cafetero y el policultivo asociado a su actividad. Los extensionistas del FNC señalaban en sus visitas que los árboles debían ser derribados. “Tumba los árboles que le están dando sombra al café o no hay crédito”, era la amenaza cuando la sapiencia campesina se resistía a tumbar los frutales y maderables que cuidaban y apreciaban en el policultivo asociado al café. Y exigían usar la llamada “Variedad Colombia”, desarrollada para monocultivos a plena exposición.

Resultado: se aumentó el volumen de producción por hectárea, pero se perdió la calidad del grano y la sostenibilidad económica y ambiental. El famoso café colombiano de aroma extraordinario, original de la llamada zona cafetera de suelos volcánicos, perdió sus cualidades. Se buscó mantener la buena imagen mediante el despliegue propagandístico de Juan Valdez, quien recordaba que el café de Colombia era el mejor café del mundo. 

Simultáneamente se mezclaba el empobrecido café de Antioquia y el Viejo Caldas con el grano tradicional producido en las llamadas zonas marginales de Huila, los Santanderes y la Sierra Nevada de Santa Marta, que, gracias al abandono de la FNC, conservaron su calidad.

El mercado se fue sofisticando y el genérico “Café de Colombia” dejó de ser el mejor del mundo. El café de origen de Costa Rica y otros países, y el de algunos colombianos que desobedecieron a la FNC y no tumbaron sus árboles ni cambiaron de variedad, tomaron su lugar.

La nueva o el nuevo gerente tiene grandes retos para recuperar la calidad del café colombiano y afrontar el cambio climático con suelos frágiles, desnudos y empobrecidos, plantas expuestas a temperaturas extremas, cuencas destruidas y plagas propias de monocultivos.

Hoy el consumidor aprecia el café amigable con el medio ambiente. La herramienta a disposición de la FNC son los resultados del proyecto de Café y Biodiversidad, apoyado por GEF y Naciones Unidas, que evidencia con fundamente científico las bondades del café asociado al bosque.

Recuperar el paisaje cafetero es rentable, genera sostenibilidad y mejores condiciones para competir en el mercado. Estos son retos para el nuevo o la nueva gerente.


lunes, 27 de julio de 2015

El 'café pendiente' para quien no lo pueda pagar: la última tradición del Café Comercial


El País
Lucía González
27 de julio de 2015


El café más antiguo de Madrid, que cierra tras 128 años, impulsó en España esta iniciativa en plena crisis

Sobre la barra dos pizarras con un contador que se actualizaba con tiza: el número de cafés y bocadillos 'pendientes', que alguien había dejado pagados para quien no pudiera permitírselo. Es la última tradición que incorporó a su historia el café más antiguo de Madrid, el Café Comercial, sede de famosas tertulias y que este lunes ha cerrado sus puertas tras 128 años.

En plena crisis, en octubre de 2012 el Comercial decidió impulsar esta tradición en España, anunciándolo así en su cuenta de Facebook: "Hoy empezaremos a servir cafés sospesos!!! Si por alguna cosa te sientes feliz, comparte tu felicidad con otros que no tengan el día. ¿Hacemos felices a otros y dejamos que nos hagan felices a nosotros?". Y explicaban la tradición con esta cita del escritor italiano Luciano de Crescenzo: 



En Nápoles, en el barrio de Sanitá, cuando alguien estaba feliz después de que algo bueno había pasado, en lugar de pagar un café pagaba dos, dejando sobre la mesa el dinero para el próximo cliente. Ese gesto fue llamado 'caffe sospeso', literalmente, café en espera. Entonces, si alguien entraba en la cafetería preguntaba si había algún 'sospeso'. De algún modo, era como la compra de café a la humanidad
Meses después apareció también una web que recogía iniciativas similares en toda España, cafespendientes.es, cuya página de Facebook tiene más de 16.000 seguidores. Esta web recopila información con locales en los que existe el 'sospeso' en más de 40 ciudades españolas. Generó cierta atención mediática y comentarios positivos en internet. En los dos primeros años el Comercial llegó a repartir más de 7.500 cafés solidarios, según datos del coordinador de caféspendientes.es, el experto en marketing Gonzalo Sapiña, tal y como recogió Buenavida.

La iniciativa funcionaba. Lo explicaba el blog Somos Malasaña en esta crónica de su hasta ahora vecino Café Comercial:
En contra de lo que alguno pudiera pensar, resulta que en el Comercial lo ‘sospeso’ no vuela. La semana pasada, a última hora de un día cualquiera, con la pizarra en la que se registran los cafés pagados para el que venga bien cargadita de ellos, uno de los camareros confesaba no haber servido ninguno. No hay pillería.
El Comercial, que con motivo de su cierre se ha convertido en trending topic en Twitter, realizó un corto la pasada Navidad para seguir dando a conocer la iniciativa. Un grupo de actores representando el espíritu de los "cafés pendientes". "En el año 2012, Café Comercial impulso en España la iniciativa ¡'Café y bocadillo pendientes'. Consiste en pagar anticipadamente un café o un bocadillo a las personas más necesitadas", explican en el vídeo.



CAFÉ PENDIENTES from TALTAVULL on Vimeo.
Dir: J Canales Sepúlveda y J Taltavull Sepúlveda
Actores:
Alex Cremades
Iban Gago
Carlota Occon
David Amón

domingo, 26 de julio de 2015

Colombia siembra el turismo del café


El País
Juan Morenilla
25 de julio de 2015

Las fincas productoras diversifican sus ingresos con la llegada de visitantes extranjeros, en una industria tradicional que se reinventa

 
Un trabajador en una plantación de café en Colombia. / SAMUEL SÁNCHEZ

Gustavo Patiño recibe un mensaje en su móvil mientras explica a un grupo de turistas el largo y costoso proceso de producción del café. Esta vez es un grupo con españoles, italianos, alemanes e ingleses quienes escuchan al propietario de la finca El Ocaso, en el departamento colombiano de Quindío. Otras veces son chilenos, argentinos o australianos. De todo el mundo acuden visitantes a esta propiedad de 35 hectáreas, 18 de ellas dedicadas al café, que Patiño, nieto de cafeteros, gestiona desde hace 28 años. Es el ejemplo de un turismo del café con el que esta industria tradicional se ha reinventado para diversificar sus beneficios. Al aumento de la producción no ha correspondido un aumento de los precios y por lo tanto de las ganancias, y hoy algunas medianas fincas echan el lazo a los turistas como otra fuente de ingresos.

El mensaje del móvil le informa a Patiño, varias veces al día, del precio del café. La producción de hoy va a Washington. El precio varía según el valor de la libra en Nueva York y del dólar respecto al peso colombiano. La industria del café requiere una visión a largo plazo porque las decisiones actuales, como qué variedades cultivar, se recogerán en unos años. Entre tantas dudas, el turismo parece un valor firme.

La Unesco nombró al Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Mundial de la Unesco en 2011. Además de este coffee tour por las praderas de El Ocaso, un viaje que para el visitante comienza con la plantación de la semilla y acaba con una taza de café en la mesa, la finca ofrece la opción de convertirse en agricultor durante tres días y aprender con detalle el proceso con un empleado de la empresa (y traductor si es necesario). Son unos 700 dólares, hospedaje incluido

“Los turistas se van maravillados de todo lo que hay detrás de una taza de café”, explica Patiño, que ha recibido incluso a una televisión coreana para mostrar su nuevo negocio. “El turismo ha permitido que los trabajadores tengan mejores condiciones, ha dado más sostenibilidad a nuestra industria. Con la venta de café cubrimos gastos. Con el turismo es con lo que podemos tener beneficios. En 2012 sufrimos la peor cosecha de la historia, los precios eran muy bajos y no rentaba. Colombia perdió mercado. Ahora ha recuperado la producción, hacemos más sacos, pero no han subido tanto los beneficios porque los precios no han vuelto a niveles tan altos. De ahí que necesitemos el turismo”, añade el propietario de El Ocaso. Las visitas relacionadas con este sector crecieron en el país un 10% en 2013 y otro tanto en 2014.

En Colombia hay unas 550.000 familias dueñas de fincas en 590 municipios. La maquinaria se ha recuperado después de ese bache de 2012. Entre abril de 2014 y marzo de 2015, por ejemplo, la producción de café en Colombia aumentó un 8%, de 11,5 millones de sacos de 60 kilos a 12,3, según la Federación Nacional de Cafeteros, el principal gremio del país, nacido en 1927. En ese periodo, las exportaciones crecieron un 5%, de 10,4 millones de sacos a 10,9. Es decir, casi toda la producción se exporta y el resto, el café de peor calidad —el grano pasa un examen que detecta 14 defectos diferentes—, se destina al consumo nacional. Los principales destinos son Estados Unidos (4,5 millones de sacos en 2014), Japón, Alemania, Bélgica y Canadá. A España viajaron 266.000 sacos el año pasado.

Patiño y otros productores de café tienen la esperanza de que el diálogo entre el Gobierno y las FARC desemboque en una paz que impulse el turismo. “La gente ve ahora a Colombia de manera distinta. El año pasado Colombia recibió 4,2 millones de turistas y el objetivo de este año son los cinco. Hay un interés también económico en el proceso”, cuenta “don Gustavo”, como le llaman sus empleados. Los recolectores reciben 450 pesos por kilo y día, más la alimentación. Una jornada supone para cada uno entre 10.000 y 15.000 pesos (entre 3,5 y 5 dólares). Patiño explica que el 70% del coste se va en mano de obra y que este gasto ha aumentado porque se ha elevado la exigencia de calidad. Y lamenta que un productor como él solo reciba “el 2% de lo que se paga en un bar o un restaurante por una taza de café”.

“En un momento en que el sector del café está con incertidumbre, aparece otro negocio vinculado a él que es un respiro. El turismo nos permite diversificar la ganancia”, añade Juan Pablo Echeverri (de origen vasco), gerente de Hacienda Venecia, en el departamento de Caldas. En las 200 hectáreas de la finca, entre 100 y 500 trabajadores, según la época, cuidan 1,3 millones de plantas de café. El año pasado recibieron a 7.000 turistas. “Ahora vienen más extranjeros que se van con una buena sensación de Colombia”, explica Echeverri; “en los noventa los colombianos teníamos miedo de viajar por Colombia incluso, y eso ha cambiado. Esta es una nueva Colombia”. Con el café de siempre.

 

miércoles, 22 de julio de 2015

Eutanasia: en la ruta de la dignidad humana


El Espectador
22 de julio de 2015
Saul Franco
Médico Social

La reciente reglamentación de la eutanasia en Colombia es un paso firme en la dirección correcta de la dignidad y la libertad humanas. Como lo reconoció la Corte Constitucional -CC- en la Sentencia T-970 de 2014, se trata de un asunto “controversial y sensible”. Y como lo vivió y expresó la familia de José Ovidio González, el primer colombiano al que se le concede legalmente su solicitud de ejercer el Derecho a Morir Dignamente –DMD-, “es una decisión muy difícil”. 

El tema ha preocupado por siglos a la humanidad, pero sólo desde los setenta del siglo pasado el debate llegó a las instancias de decisión jurídica y se ha venido concretando en leyes, reglamentaciones y protocolos que van materializando el derecho. Holanda fue el país pionero al haber logrado en 2001, después de un cuarto de siglo de debates en diferentes escenarios sociales, darle piso legal al ejercicio del DMD. Al año siguiente Bélgica legalizó también la eutanasia, y el 13 de febrero del año pasado dio otro paso de avanzada al reconocer a los niños el mismo derecho, requiriendo adicionalmente el consentimiento explícito de ambos padres.

En Colombia el paso más avanzado se dio en 1997 cuando la CC, con ponencia del magistrado Carlos Gaviria, profirió la Sentencia C-233, sentando las bases jurisprudenciales para reconocer ese derecho a las personas mayores e instando al Congreso a legislar sobre el tema. El argumento central de dicha Sentencia es que el derecho fundamental a la vida digna implica el derecho también fundamental a la muerte en condiciones de dignidad. Y, en consecuencia, despenalizó la eutanasia cuando se cumplan dos requisitos esenciales: que sea solicitada de manera libre e informada por un paciente que padezca una enfermedad terminal que cause sufrimiento y dolor grave e incurable, y que sea practicada por un médico. A pesar de cuatro intentos, el Congreso no ha logrado legislar sobre el tema y el año pasado la CC, retomando los postulados de la Sentencia C-233, delimitó los lineamientos para materializar este derecho en Colombia, exhortó nuevamente al Congreso a legislar al respecto y ordenó al Ministerio de Salud emitir una directriz que permita hacerlo efectivo mediante la creación de Comités Científicos Interdisciplinarios en las instituciones que prestan servicios de salud y la presentación de una propuesta de protocolo médico que sirva como referente para el procedimiento. El Ministerio tuvo que obedecer el mandato y profirió este año la Resolución 1216 del 20 de abril.

Como puede verse, la eutanasia tiene dimensiones e implicaciones científicas, éticas, jurídicas, legales, religiosas y emocionales. Ninguno de dichos debates está cerrado. Pero todo Estado laico y pluralista debe ir priorizando y conciliando derechos e intereses y creando mecanismos para que se hagan efectivos los derechos fundamentales, como éste de morir dignamente, en consonancia con los derechos a la vida digna y a la salud.

Entre las tareas pendientes para avanzar en esta ruta de humanización que es el DMD, merecen destacarse: que el Congreso no siga evadiendo el tema y emita una Ley Estatutaria específica; que el Ministerio de Salud divulgue amplia y pedagógicamente la Resolución mencionada y elabore el protocolo pendiente; que todos los órganos del Estado depongan sus intereses particulares y contribuyan al desarrollo conceptual y a la ejecución de los mandatos legales; que las Universidades profundicen los debates y formen profesionales competentes al respecto; que las instituciones y el personal de salud estudien mejor el tema y asuman actitudes ilustradas e imparciales; y que todos los ciudadanos/as aclaremos nuestras respectivas posiciones, vayamos asumiendo nuestras decisiones e inclusive hagamos nuestro propio “testamento vital” expresando anticipadamente nuestra voluntad final.



domingo, 12 de julio de 2015

Nairo, el boyacense de pura raza







Quedó segundo en su primer Tour y primero en su primer Giro. La nueva sensación del ciclismo, Nairo Quintana.

domingo, 5 de julio de 2015

Cafés cocteleros


El Espectador
Hugo Sabogal
4 de julio de 2015

En charlas con varios de los protagonistas del Día del Café, celebrado en Colombia el sábado 27 de junio –y sobre el cual comenté la semana pasada–, han surgido interesantes historias sobre formas menos convencionales de tomarse la bebida. 

Olvidémonos del café como acompañante del desayuno o complemento del almuerzo o la cena. O como cálido y delicioso cómplice para animar lazos familiares y de amistad. Lo entretenido es también poderlo disfrutar como ingrediente dentro de una amplia gama de preparaciones con bebidas espirituosas o, incluso, gasificadas.

Para los españoles el tema no es nuevo, pues el famoso carajillo –mezcla de café caliente con aguardiente de orujo, brandy o ron– ha acompañado a muchos trabajadores ibéricos a despertarse y llenarse de energía antes de empezar la jornada laboral.

Y los irlandeses lo han llevado a nuevas alturas mezclándolo con whisky para obtener el célebre Irish Coffee, introducido en los años cuarenta tras la suspensión de un vuelo en el aeropuerto de Foynes. Bastó un sorbo para bajar la tensión de los viajeros. Hoy se sirven, a diario, miles de Irish Coffees en bares y restaurantes de todo el mundo.

Y si vamos un poco más atrás, nos encontramos con que, desde finales del siglo XVIII, los suecos mezclaban café con vodka.

Unir café y licor es un asunto de afinidad natural. Esto se debe a que los efectos estimulantes de la cafeína contrarrestan los efectos depresivos del alcohol, dejándonos en un estado de alerta, pero totalmente desinhibidos.

Entre nosotros, echarle aguardiente de caña o ron a una taza de café no es extraña. Sin embargo, se ha tratado de una costumbre familiar más que de una estrategia comercial.

Recientemente, tras una alianza entre Luis Fernando Vélez, productor de café de origen, y el grupo de restaurantes DLK, importador de varias ginebras, se ha desarrollado un coctel que sirve como aperitivo o bajativo, y que se ha denominado Café-Martini.

Llegar al punto de combinar café y ginebra no es cosa de adolescentes. Hubo que sentarse a analizar todos los componentes del destilado y compararlos con los elementos organolépticos del café.

El primer análisis llevó a concluir que la ginebra Citadelle de origen francés compartía con el café elementos vitales, y más cuando se trataba de un café de la marca Amor Perfecto, con granos de Nariño, región que, precisamente, le permitió a Vélez conseguir en junio una de las dos medallas de oro y otra de plata que obtuvo en el Concurso de Cafés Tostados en Origen, auspiciado por la Agencia Francesa para la Valoración de Productos Agrícolas.

Inspirados en los Espresso-Martinis de otras latitudes –que agregan azúcar y otros edulcorantes para reducir el amargor del café–, Vélez y DLK desarrollaron una versión de Amor Perfecto con Citadelle, que dejaba a cada bebida manifestar sus atributos aromáticos y gustativos naturales, sin más intervenciones. En particular, el café de Nariño aportó su dulzor natural, algo muy común en la mayoría de cafés suaves colombianos.

Y lo más interesante fue que, una vez batida la mezcla, apareció una crema de buen cuerpo como la del espresso para darle mayor vistosidad a la copa.

La mezcla obra como un buen aperitivo, porque refresca y reanima al mismo tiempo.

“Lo interesante del ejercicio es mostrar que el espectro del café va más allá de lo que hasta ahora hemos estado acostumbrados, y esto abre una serie de oportunidades hacia el futuro”, dice Vélez.

Y uno de esos caminos acaba de anunciarse con motivo del verano en el hemisferio norte. Es el Coffee-Tonic, ya presente en Colombia, Vélez ha preparado una versión con Amor Perfecto.

Grupo DLK. De manera que ahí tienen los comensales dos oportunidades para aumentar su experiencia cafetera en estos días, en los que la bebida nacional amplía su radio de acción hacia más y mejores consumidores.