miércoles, 31 de diciembre de 2014

La burbuja del café


Cartas al director

El País
Javier Guzmán
21 de abril de 2014

La OIC (Organización Internacional del Café) acaba de informar de que el precio medio mensual de su compuesto de café de referencia ha sufrido un aumento del 20% respecto a febrero.

Esta burbuja de precios esta vez encuentra su explicación en la posible falta de suministro provocado por la actual sequía del primer productor del mundo, Brasil. Pero las situaciones de alta volatilidad de precios durante los últimos años son cada vez más recurrentes y en absoluto son coyunturales.

El café es un ejemplo nítido de cómo funciona el actual sistema agroalimentario en el mundo, así observamos que el 80% del cultivo del café mundial es producido por 25 millones de pequeños agricultores que reciben un precio miserable; están condenados a sobrevivir con menos de dos dólares al día. Los pequeños productores de los países del sur están dedicando sus mejores tierras a un producto para exportación que reproduce una pobreza eterna, en lugar de dedicarlo a cultivos destinados a la alimentación y al estímulo de los mercados y economías locales.

Entonces si el campesinado no aumenta su renta ni siquiera en momentos de alza del precio, ¿quién se lleva la ganancia de este producto superventas? Pues ya pueden imaginar, empresas transnacionales que controlan el mercado. Además en los últimos años estas empresas han ido más allá y ahora quieren controlar también el último eslabón, la producción: para ello desarrollan estrategias de acaparamiento de tierras en países del sur.

Los Estados europeos no pueden seguir ignorando su responsabilidad en este asunto, urge abordar una regulación y control de la actuación de las empresas fuera de las fronteras europeas, así como abordar una regulación estricta que acabe con el fenómeno de la especulación alimentaria que condena al hambre y la miseria a millones de personas en el mundo.

 Javier Guzmán. Director de VSF Justicia Alimentaria Global



lunes, 29 de diciembre de 2014

39 formas de pedir un café


Del trifásico al carajillo, sorprendentes fórmulas aplicadas en España


El País
Sergio G. Fanjul
11 de marzo de 2014





Solo. Cortado. Con leche desnatada. O semidesnatada. O entera. O leche de soja. Largo de agua. Americano. Escocés. Irlandés. Manchado. Con hielo, templado o ardiente. Con leche condensada (bombón). Con canela. Con espuma. Con ron, con brandy, con whisky o con licor de almendras. Con crema de yogur. Con vermut. Con una rodaja de limón. Con horchata. ¡Con una brasa de madera dentro! Solo (otra vez). Con amigos. Con familia. Por la mañana. Por la tarde. Por la noche (mejor descafeinado). Da la impresión de que podría idearse un café para cada persona sobre la faz de la tierra, un café que se adapte perfectamente a la idiosincrasia de cada uno. De eso trata 1001 formas de tomar café, el primer crowd-documentary sobre el mundo del café dirigido por Leticia Dolera, a iniciativa de la marca de café en cápsula Nespresso.

¿Crowd-documentary? Sí, o también collage audiovisual, porque en este caso la directora no ha tenido que rodar una sola escena. El material se recolectó entre mayo y julio de 2013 mediante una convocatoria en la que unos 200 cineastas aficionados (o no) enviaron sus cortos relacionados con la experiencia del café. Y como vivimos en la era del selector, ya sea dj o comisario artístico, lo que hizo Dolera, con la imprescindible ayuda del montador Andrés Gil, fue crear una pieza con fragmentos del material recolectado. El resultado es un video poético y emotivo, que se acompaña de la música de artistas indies como Bigott y Luthea Salom.

“Me ha sorprendido descubrir la cantidad de emociones, sensaciones y sentimientos que se generan en torno a una taza de café”, explica Dolera. "Para muchas personas es un placer, pero para la mayoría supone también un ritual muy personal que sólo uno mismo conoce y disfruta. Estoy muy contenta con la calidad de muchos de los cortos, pues reflejan a toda una cantera de cineastas en ciernes con mucho talento y creatividad”. Algunos de los trabajos fueron premiados: dentro de la categoría “profesional” el vídeo titulado Suau, del catalán Pau Cabarrocas, estudiante de la escuela ESCAC, se llevó el primer premio. El segundo premio fue para el sevillano Álvaro Paz, por su vídeo Memorias de un café. Por último, el tercer y único premio dentro de la categoría Amateur ha recaído en Sara Blanco, de Salamanca, por su trabajo Café pendiente.


Leticia Dolera en la puerta de la cafetería Camelia, en Barcelona. / MASSIMILIANO MINOCRI
“Muchas veces el café es algo más que café: es una excusa para ligar, para trabajar, para ponernos al día de nuestros seres queridos…”, explica Dolera, “es una parte muy importante de nuestras vidas y tiene un aroma muy intenso que se asocia fácilmente a emociones”.

¿Y cómo lo toma Leticia Dolera? “Lo tomo en vaso. Lo prefiero con leche de soja; si no hay, con leche desnatada; si no hay, con leche semidesnatada, y si tampoco hay semidesnatada… pues no lo tomo”. Y es que hay muchas formas de tomar café. En esta lista se encuentran algunas de las recogidas por la marca cafetera:
  • Barraquito. Café cortado largo, con leche líquida y leche condensada, canela en rama, corteza de limón y chorrito de Licor 43 o Tía María. Tenerife.
  • Belmonte. Café con leche condensada y brandy. Murcia y Almería.
  • Biberón de Milán. Café con leche condensada, yema de huevo, vermut, rodaja de limón y canela con hielo granizado.
  • Blanco y negro. Café granizado con leche merengada. Comunidad Valenciana.
  • Café al tizón. Variedad de café de puchero en el que se introduce una brasa de madera para que se precipiten los posos y no haya que colarlo con la manga o “el calcetín”. Galicia.
  • Café asiático. Café solo con leche condensada, brandy o ron flambeados, y espolvoreado con canela molida. Cartagena.
  • Café caleta. Carajillo de ron y brandy aromatizado con corteza de limón y de naranja. Ibiza.
  • Café con gotas o tocado gallego. Café con unas gotas de orujo. Galicia.
  • Café del tiempo. Café frío con rodajas de limón y canela en rama. Alguna vez se le añade cubitos de hielo. Comunidad Valenciana.
  • Café nunca mais. Café con doble carga de café. Lanzarote.
  • Carajillo. Café con aguardiente de orujo, brandi o ron. Barcelona. Se cree que el origen es del puerto de Barcelona, donde los marineros antes de zarpar a la mar pedían un café cara-guillo (guillo significa marchar). Y como se iban a pescar y necesitaban el efecto envalentonador del alcohol…
  • Carajillo bombón. Café con brandy y leche condensada. Madrid.
  • Catalán. Café con crema catalana. Barcelona.
  • Celta. Café con azúcar moreno, orujo, tres granos de café y una rodaja de limón. Variante del carajillo en Galicia.
  • Cigaló. El carajillo de ron en vaso largo y fino al que se comparó con una cigala. Barcelona.
  • Completo. Café, brandy y puro. Castilla y León.
  • Cortado condensada. Café cortado con leche condensada. Islas Canarias.
  • Ebaki. Café con leche largo con mucho azúcar. San Sebastián.
  • Honorable. Café con ron, marca Pujol. Barcelona.
  • Leche y leche. Café largo cortado con leche condensada. Islas Canarias.
  • Mediana. Café con leche a media mañana, en taza mediana. Madrid.
  • Mediano. Café con leche, entre el cortado y el de desayuno. Servido en vaso de cristal. Antiguamente era tradicional introducir una hoja de avellano para aromatizar el café. Cantabria.
  • Mitad y mitad. Café con leche caliente y leche fría. Madrid.
  • Mixto. Café caliente con helado de nata o de fresa o granizado de horchata. Comunidad Valenciana.
  • Nacional (antes también llamado Ruso). Café granizado coronado con una gran bola de mantecado (helado de vainilla). Comunidad Valenciana.
  • Nube. Nomenclatura específica para un 10% de café y 90% de leche. Málaga.
  • Perfumat. Café y anís. Barcelona.
  • Quemadillo aragonés. 3 granos de café quemados en ron, con leche. Zaragoza.
  • Quemadillo de Ron. Azúcar,ron flambeado, leche, café y granos de café. La Rioja y Navarra.
  • Rebentó. Carajillo con el ron autóctono. Mallorca.
  • Rebullit o rehervido. Café hecho a partir de una carga con la que se ha hecho un primer café. Comunidad Valenciana.
  • Resolí. Aguardiente de la sierra, brandy, azúcar, café, peladura seca de naranja y canela. Cuenca.
  • Soldao. Café, Cointreau y gaseosa. Zaragoza.
  • Sombra. Nomenclatura específica para un 20% de café y 80% de leche. Málaga.
  • Suspiro de limón. Granizado de limón con un suspiro de café. Comunidad Valenciana.
  • Suspiro horchata. Horchata con un suspiro de café. Comunidad Valenciana.
  • Tallat. Café cortado con leche. Barcelona.
  • Tocaet (tocado) valenciano. Café con unas gotas de brandy u otro alcohol. Comunidad Valenciana.
  • Trifásico o tricolor. Café, brandy y leche. Barcelona.

 

domingo, 28 de diciembre de 2014

Yo estuve en la recuperación cafetera


El Espectador
Luis Genaro Muñoz *
28 de diciembre de 2014

Después de una temporada agria por la que atravesaron los cafeteros, este sector económico está viviendo gracias a la renovación de sus plantaciones, una luna de miel con los precios internacionales y la producción al alza, un verdadero trago dulce. ¿Cómo lo lograron? 

Yo estuve en la recuperación cafetera
Luis Genaro Muñoz


 Durante los últimos 25 años los cafeteros de Colombia enfrentaron diversos retos que gravitaron alrededor de la seguridad en el campo, de la volatilidad en las cotizaciones internacionales y de los altísimos intereses, los cuales redujeron la inversión en el sector rural, epicentro en donde se desarrolla la caficultura. Pero fue precisamente gracias a la fortaleza de las instituciones cafeteras que el impacto de los citados flagelos fue menor en el sector cafetero que en otros cultivos.

La primera década del presente siglo comenzó con los precios más bajos en la historia del grano. Entre tanto, el entorno de la seguridad mejoró progresivamente, pero los cafeteros se vieron obligados a competir en un escenario de revaluación del peso sin precedentes. Así las cosas, la rentabilidad y la inversión en las plantaciones se vieron afectadas.

Con el año 2009 llegó la ola invernal y sentimos en carne propia el cambio climático, que nos trajo unos excesos de humedad que precipitaron una infección de roya sin precedentes, factor que redujo drásticamente la productividad promedio del parque cafetero, lo que condujo a un período de cuatro años de producción y productividades significativamente inferiores a los promedios históricos. Fue en ese momento, y ante semejante realidad, cuando gremialmente decidimos que era inaplazable realizar una reconversión productiva de centenares de miles de cafetales en la Colombia cafetera.

Me correspondió entonces la responsabilidad y el honor de coordinar y liderar este esfuerzo, fruto de un inmenso trabajo en equipo. Labor que incluyó gestionar los apoyos del Gobierno Nacional, que permitieron renovar 3.200 millones de árboles de café en 600 mil hectáreas; de coordinar esfuerzos con bancos privados y con el Banco Agrario, para que miles de cafeteros pudieran financiar inversiones en sus plantaciones por más de $3 billones y lograran por primera vez acceso al crédito. Para obtener estos resultados, fue también necesario crear nuevos servicios financieros gracias a nuestra cédula cafetera inteligente, así como crear los incentivos necesarios para que los más pequeños productores lograran el acceso efectivo a los programas del Gobierno y al incentivo a la capitalización rural.

Afortunadamente los cafeteros en estas épocas de vicisitudes han contado con su Federación y sus Comités de Cafeteros para lograr alianzas efectivas y así poder ejecutar los programas necesarios para beneficiar a su razón de ser, que no es otra que el bienestar de las 560 mil familias caficultoras y sus comunidades. En buena hora contaron con su centro de investigación, Cenicafé, con su servicio de extensión compuesto por cerca de 1.500 profesores yarumos que llegan hasta las veredas más apartadas. También ha resultado invaluable y oportuno haber recibido el apoyo del Gobierno Nacional para llevar a cabo un programa de reconversión productiva de tan grandes dimensiones, cuyo resultado positivo se ha traducido en significativos niveles de producción e ingreso cafetero.

En suma, la arquitectura gremial diseñada por nuestros fundadores nos permitió articular esfuerzos y políticas para lograr ese cambio a pesar de las incomprensiones y la acritud de las críticas. Como uno de los participantes de este proceso gremial colectivo de recuperación y reconversión cafetera, me reafirmo en que cuando se tiene un plan serio y de largo aliento que se ejecuta con transparencia, profesionalismo, consistencia y coherencia, se abre el camino de las soluciones que permiten cambiar la vida de centenares de miles de personas. Nos falta, sin duda, mucho por hacer, porque el trabajo con la tierra es de todos los días y a toda hora. Con esta verdad en mente hoy podemos presentarles a los colombianos una caficultura renovada, joven y sana, que constituye la base productiva de la próxima década y un buen paso para lograr una caficultura sostenible.

* Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros.


martes, 23 de diciembre de 2014

domingo, 21 de diciembre de 2014

Acceso a financiamiento


El Espectador
Indalecio Dangond B
19 de diciembre de 2014


Este ha sido un buen año para el financiamiento del sector agroindustrial. 

De acuerdo con las cifras de Finagro, entre enero y noviembre se desembolsaron créditos por un monto de 7.4 billones de pesos, lo que representa un crecimiento del 22% respecto al mismo periodo en el 2013.


Este aumento en las colaciones de créditos al sector empresarial del agro obedece a tres factores fundamentales: 1) La supresión de tramites inoficiosos por parte de Finagro. 2) La puesta en marcha de una línea de crédito para normalizar pasivos financieros a empresas que habían visto afectados sus flujos de caja y 3) Las bajas tasas de interés que la banca está ofreciendo en el mercado, las cuales oscilan entre el 5% y 10% efectivo anual.


El financiamiento del sector agropecuario –y hay que decirlo con toda claridad- se debe al fondeo obligatorio (unos 7 billones de pesos al año) que las entidades financieras (exceptuando al Banco Agrario) hacen a Finagro mediante la compra de unos Títulos de Desarrollo Agropecuario. Como ha habido un buen comportamiento del sector, la banca privada está sustituyendo estas inversiones en títulos por créditos con recursos propios a la agroindustria, comercializadores de alimentos, proveedores de insumos y de maquinaria agrícola. De los 7.4 billones de pesos colocados a noviembre de este año, el 68% fueron con recursos de la banca privada. El 32% restante, se hizo través de créditos redescontados por Finagro.


Aquí viene el lado flaco del asunto. Mientras los créditos para el sector empresarial (industria, comercio, agro insumos, maquinaria y equipos) siguen aumentando vertiginosamente, los del sector productivo continúan en picada. Este año, los créditos para siembras y compra de ganado cayeron en un -19% y -17%, respectivamente. Los créditos al pequeño productor siguen sin despegar y solo representan el 20% del monto total de los créditos desembolsados. Por su parte, el financiamiento de las alianzas estratégicas (industriales con pequeños campesinos) prácticamente desapareció. Si la Misión Rural no hace ajustes inmediatos al Sistema Nacional de Crédito Agropecuario para incentivar el crédito a los productores del campo, en poco tiempo no habrá alimentos para transformar y mucho menos para comercializar. 


A buena hora el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, comenzó a tomar medidas de choque para incentivar el acceso al crédito de los productores del campo. Esta semana el Banco Agrario comenzó a simplificar sus rubros de créditos, a reducir sustancialmente los tiempos de los desembolsos y a crear cupos rotativos de créditos para cultivos de ciclo corto. Asimismo, se inició un programa de fortalecimiento técnico a las Umatas, se duplicó el presupuesto del subsidio al seguro agrario contra riesgos climáticos y se está trabajando en la consolidación de las cadenas productivas para asegurar la comercialización de los productos a un precio justo de mercado. 


Solo resta liberar al 100% el respaldo de los créditos a los productores a través del Fondo Agropecuario de Garantías –FAG-, impulsar líneas de créditos leasing y factoring agropecuario y solicitar a la Junta Directiva del Banco de la República que amplíe la validación de los TDA clase “A”, para que la banca privada salga a colocar unos 3 billones de pesos en créditos para pequeños productores.


En el tintero: Siguen las renuncias de los buenos funcionarios que quedaban en el Gobierno. Esta vez el turno fue para el presidente de Finagro, Luis Eduardo Gomez.   

Twitter: @indadangond



sábado, 20 de diciembre de 2014

Fe


El Espectador
Diana Castro Benetti
19 de diciembre de 2014

Entrega no es esa palabra que encarna la culpa para quienes han cometido un delito y que refleja mal la felicidad de quienes creen que al ofrecerse a sí mismos y sin condiciones pueden poseer a un ser amado

Entregarse consigue, en ocasiones, ser la ruta para las necesidades insatisfechas y la depresión medicada, algo así como la sumisión a los deseos ilógicos de quienes tienen un poder siniestro.

Pero entregarse a los designios de la vida que se manifiesta y se mueve, es saber que lo magnífico y lo inconmensurable son la ley de cada instante cotidiano. Rendirse a la majestuosidad de la vida es el acto mayor de fe. Es la alegría mística que no conoce de ídolos hechos a semejanza, es la inocencia del corazón que no conoce maldad ni duda, es la razón ilógica que no conoce tesis ni antítesis y que inventa destruyendo estructuras y conceptos. La Fe, con mayúscula, es esa pequeñísima experiencia vital que nos incumbe; es la simpleza misma de un andar ligero; es la certeza de que somos más que una pila de huesos adheridos a tejidos, músculos y otras mecánicas corporales.

Quienes recorren un camino interior, el suyo, en algún momento comprenden que son las complejas circunstancias de vida las que ponen a prueba su fe como la muerte, el abandono o la traición. Una fe que poco tiene que ver con el mejor estilo de las iglesias que trafican con el temor. Una fe que no condena lo humano o que no excluye el sentido común.

Rendirse a los pies de las épocas navideñas no es exactamente seguir el consumismo desatinado. Y tal vez sí puede ser la intención de inclinarse a los pies de una luz presente, inmortal, arcaica, judía, cristiana o búdica. Es celebrar sin religión y con humildad. Es celebrar que la presencia de los cercanos aún es carne o que el pan alcanza para todos. Es reconocerse en los ojos de los desconocidos y atreverse a declarar al diablo una invención política. Es renovar en el propio camino en aquella fe que es todo y nada a la vez, esa fe hecha deber y libertad como expresión de un mundo que se imagina lejos de la esclavitud. Es reclamar la fe que se atreve a denunciar el miedo y reconocer el amor como factor común, fe que no es otra cosa que adorar el silencio de un infinito que jamás nos permitirá ser comprendido.


domingo, 7 de diciembre de 2014

Contra la pobreza, el mejor café


El País
María Fernández
7 de diciembre de 2014

Una cooperativa de caficultoras de Colombia consigue mejorar sus ingresos con productos de mayor calidad gracias a la cooperación con una empresa española.

Cuatro mujeres de la asociación AMUCC muestran la distinta maduración del grano del café en la región colombiana del Cauca.


Esta historia la empezaron a escribir tres compañeros de facultad en 1990. Ese año Ricardo Oteros, Vicente Arregui y Raúl Gil fundaron en Madrid Supracafé, una empresa nacida de un proyecto que habían desarrollado durante la carrera de Económicas en la Complutense. Oteros viajó a Colombia para sellar una alianza con Expocafé, una sociedad exportadora afincada en Bogotá nacida de la unión entre campesinos, cooperativas y la Federación Nacional de Cafeteros del país. La idea de los españoles era distribuir en Europa café de alta calidad en un momento en que los bares y las casas abusaban de la variedad robusta, un producto más amargo, con menos aroma y más cafeína que el café arábica, más delicado pero de menor producción.

La pequeña empresa comenzó a sumar vínculos con los productores, el elemento más vulnerable de una gigantesca cadena que en el mundo mueve centenares de miles de millones y que, a menudo, paga precios de miseria a los agricultores. En Colombia, además, la producción se veía impregnada por la violencia del conflicto armado y los tentáculos del narcotráfico.

Supracafé inició en 1999 un programa social con la Cooperativa de Caficultores del Cauca, una zona castigada pero excelente para el cultivo de las bayas. Se apoyó en mujeres, muchas viudas debido al conflicto, o sometidas a situaciones de miseria, sin estudios y acosadas por una sociedad machista. Pedían ayuda para establecer sus cafetales, tener fertilizantes y poder construir secaderos. Los españoles se comprometieron a comprarles el café a mejor precio y a financiar el desarrollo de sus cultivos. Así nació la asociación de mujeres caficultoras AMUCC, que abarca 12 municipios del Cauca, con su centro en Huila, de 220.000 habitantes. “Estaban convencidas de que debían ser las cabezas de familia”, cuenta Lara Mansilla, del equipo de Responsabilidad Social de la compañía. No les resultó fácil: al principio sus maridos les impedían reunirse y las acompañaban. Hasta que ellas empezaron a ridiculizarlos exigiéndoles que se vistiesen con ropa femenina. Mansilla ha estado hace unos meses en la zona de producción y asegura que la asociación de mujeres caficultoras tiene un peso y un respeto enorme. “Les costó, pero consiguieron autonomía”, añade Beatriz Meneses, natural de Colombia y responsable de innovación de la empresa.

Mientras, Supracafé, todavía una sociedad modesta, se autoimponía la donación de un tributo por cada kilo que importaba, procesaba y comercializaba. Donó, entre 1999 y 2005, 51.521 dólares (41.830 euros) a las campesinas. A partir de ese año alumbró, junto con otras 15 pymes españolas, la fundación Cafemundi para apoyar proyectos en los países productores a través de programas de comercio justo. Desde ella siguen colaborando económicamente con AMUCC (65.000 euros en los últimos siete años) para desarrollar el Cauca con la tecnología que se adapte a los cultivos. “El proceso que sufre el café en origen es parecido al del vino, con la diferencia de que la mayoría de los terrenos cultivados en Colombia no siguen un proceso sistemático. ¿Qué es mejor, cultivar de norte a sur o de este a oeste? ¿Es bueno que la radiación solar incida sobre la planta o es preferible un sistema de sombrío? ¿Cómo se hace la fermentación? Todas esas cuestiones se resuelven sin criterios precisos, es todo muy artesanal. Nosotros intentamos que aprendan a controlar el proceso y garanticen la calidad”, señala Mansilla.

La empresa española dio un último paso en 2005: compró fincas de cultivo en Colombia, a 1.860 metros de altura para mejorar su producción, de 400 toneladas al año. Supracafé aspira a tener ahí un centro tecnológico que permita mejorar el ‘beneficio’ (el proceso de transformación del café), y en el que trabaja junto a investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y Cenicafé para determinar los más de 30 factores claves para la elaboración de la bebida. “Los campesinos se sorprendieron cuando decidimos no cercar la finca. Les dijimos que era un proyecto cooperativo. Que si ellos producían según unos estándares, nosotros le garantizamos la compra de la cosecha”, aseguran en la empresa. Paralelamente han empezado a desarrollar líneas de investigación para aprovechar productos de biomasa del árbol del café, ya que actualmente se desaprovecha más del 95% de la planta y es la principal fuente de contaminación de los recursos hídricos de las cuencas cafeteras.

Su trabajo, por el que operan como  facilitadores y promotores de productos en libre competencia de mercado (no han reclamado derechos de exclusividad para el café), ha merecido esta semana uno de los tres premios que este año ha concedido la fundación Seres, que trabaja para el desarrollo de la responsabilidad social de las empresas. Otros dos proyectos reconocidos por Seres han sido la iniciativa “yo soy empleo”, del BBVA, por la que se han creado 5.900 puestos de trabajo tras una inversión de 26 millones de euros, y el programa de formación en hostelería del grupo VIPS para 1.000 jóvenes.

Hasta el momento el proyecto de Supracafé ha conseguido ayudar a 500 familias caficultoras, el 99% con parcelas que no llegan a una hectárea de superficie. La empresa recibe el producto en España, en una nave situada en Móstoles (Madrid) y todos los días muele y envasa el grano para su distribución, fundamentalmente entre restaurantes y hoteles. 

En 2013 Supracafé obtuvo unos beneficios de 196.297 euros con una facturación de 4,8 millones. Su plantilla está compuesta por 27 personas, la mayoría con contratos fijos. Sus fundadores nunca se habían preocupado por dar a conocer el proyecto en público. Su objetivo es romper el ciclo perverso de bajas producciones, limitados ingresos y mínima capacidad de reinversión de los agricultores que provoca una pérdida enorme de calidad en el café.

Con la ayuda a las mujeres, que también venden su cosecha a otras empresas, incluidas grandes multinacionales, la pyme española ha conseguido dar un pequeño paso. Han cambiado una historia iniciada por tres hombres en otra de mujeres valientes. 


sábado, 6 de diciembre de 2014

Caficultura será clave en posconflicto colombiano


El Espectador
5 de diciembre de 2014

Así lo manifestó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, durante el cierre del LXXX Congreso Nacional de Cafeteros.

Caficultura será clave en posconflicto colombiano
Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas

La caficultura, como eje central de la cohesión social en Colombia, será un aspecto fundamental de llegarse a firmar un acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, dijo este viernes el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.

"En un escenario de posconflicto, que es el que todos soñamos, la institucionalidad cafetera va a ser clave porque puede aportar las inversiones y los espacios democráticos que se necesitarán", aseguró Cárdenas en una rueda de prensa al cierre del LXXX Congreso Nacional de Cafeteros.

Ante los cafeteros, que durante tres días analizaron en Bogotá la situación de su sector, el ministro sostuvo que "el capital social que ha construido este gremio va a salir a flote cuando se logre la paz, porque la base de la solución del conflicto está en lo rural y ahí es donde la caficultura será fundamental".
Según Cárdenas, prueba del avance en ese aspecto es que "paralelo a las negociaciones entre el Gobierno y las Farc en La Habana se ha fortalecido el presupuesto para el área rural".

Durante el Congreso Nacional de Cafeteros se dio a conocer que el presupuesto del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural pasó de un billón de pesos anuales (431,3 millones de dólares) en 2010 a cinco billones de pesos (2.156 millones de dólares) en 2014.

El funcionario explicó que con ese aumento prevén "asegurar que se sigan empleando recursos para el mejoramiento de la vivienda en el campo, proyectos productivos" y de riego, al indicar que "la brecha entre lo rural y lo urbano debe cerrarse para que la reconciliación realmente se pueda dar".

Cárdenas le solicitó a los representantes de los cafeteros que aprovechen el buen momento por el que atraviesa el sector en cuanto a producción y precios y que ahorren para los tiempos difíciles.
"La coyuntura de precios es favorable, con una tasa de cambio de 2.300 pesos, con un precio internacional del orden de los dos dólares la libra y con una producción que llega a un nivel alto comparado con 2010 al pasar de 8 millones de sacos a 12 millones de sacos", comentó.

No obstante, señaló que "el gremio y el Gobierno deberán planear con anticipación qué se hace en un momento de precios altos y qué en uno de precios bajos". "Tenemos que prepararnos para diseñar un mecanismo para que esa capacidad de estabilización exista y eso depende mucho de lo que se haga cuando hay vacas gordas", añadió.


jueves, 4 de diciembre de 2014

“Colombia debe quedarse en el sector de cafés de alta calidad”


El 60% de la producción del país califica como especial

El Espectador
4 de diciembre de 2014
María Alejandra Medina

Respuesta de Ric Rhinehart, director de la Asociación de Cafés Especiales de Estados Unidos a los que aseguran que el grano nacional de menor calidad podría encontrar consumidores en el exterior. 


“Un café se considera especial cuando es percibido y valorado por los consumidores por alguna característica que lo diferencia de los cafés convencionales, por lo cual están dispuestos a pagar un precio superior”. Así define la Federación Nacional de Cafeteros a los cafés especiales, un blanco al que, muchos creen, Colombia debería apuntar.
Durante el LXXX Congreso Cafetero, que se lleva a cabo en Bogotá del 3 al 5 de diciembre, este tipo de producto ha sido uno de los temas centrales y fue definido por el director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria, como uno de los retos del sector.

Ric Rhinehart, invitado de honor al congreso y director ejecutivo de la Asociación de Cafés Especiales de Estados Unidos, un país en el que esos productos mueven US$45.000 millones en retail y emplean a unas 200.000 personas, conversó con El Espectador y compartió algunas percepciones sobre la producción colombiana del grano.

¿Qué es para usted un café especial?

Vemos el café especial como uno de mayor calidad, que trae un sabor único de su lugar de origen y trae un valor sin par al consumidor. No sólo sabe mejor sino que provee una mejor experiencia en general. Está basado en la calidad del producto. Es el café que ha crecido en la planta indicada, que ha sido cuidado, cosechado, procesado y tostado de la manera adecuada.

¿Qué es lo clave? ¿La tierra, el procesamiento…?

Depende de todo. La cadena es larga. Tienes que tener el ambiente, altitud y química de la tierra correctos. Tienes que escoger la planta y el agricultor adecuados. Debes recogerlo en el momento justo y darle el correcto procesamiento y almacenamiento. Cada actor en esa cadena debe hacer su trabajo.

¿Qué importancia pueden tener los cafés especiales para Colombia?

Colombia está en una posición única. Producen cafés de alta calidad todo el año, es uno de los pocos lugares en el mundo en donde hay esa producción alrededor de todo el año calendario. En Centroamérica, por ejemplo, la cosecha está concentrada entre enero y marzo. En América del Sur, fuera de Colombia, está entre junio y septiembre. Colombia tiene la oportunidad de dar café, café fresco y por lo tanto bueno, durante todo el año.

¿Qué cree que le falta a la cadena productiva en Colombia en cuanto a cafés especiales?

No creo que haya algo que falte, sino que hay oportunidades. Colombia produce una calidad extraordinaria de café, así como un café de calidad media y luego uno de moderada y menor calidad, y pueden encontrar un lugar en el mercado para todos ellos. Tradicionalmente en los países productores el más bajo en el espectro de calidad se destina para consumo interno.

En Colombia, los exportadores dicen que el café de menor calidad puede encontrar un mercado en el exterior en países como Alemania, acostumbrados al sabor del mejor café colombiano, pero que ante coyunturas como la crisis económica no tendrían problema en consumir uno de una calidad inferior. 


¿Cree usted que esa sería una movida inteligente por parte de Colombia?
Las matemáticas muestran que es mejor que se queden en el sector de los cafés de alta calidad. Aquí, el 60% de la producción califica dentro de lo más alto en el espectro de calidad y el valor de eso, el plus que reciben por eso, creo que desplazaría la oportunidad en el mercado de los cafés de menor calidad. Además cuando se empieza a vender café de este tipo, la percepción de calidad de los productos especiales se cae al piso.

¿Cuánto de la producción mundial se puede considerar como especial?

Es difícil porque la definición de café especial es muy flexible, es como el arte, lo sabes cuando lo ves, aunque hay parámetros. En Estados Unidos, el café especial representa el 20% del volumen total, en toneladas, pero es cerca de 45% del valor en dólares.

¿Cuánto es el total en volumen y en valor?

Estados Unidos importa cerca de 25 millones de sacos, así que 5 millones de sacos podrían considerarse especiales, que representarían unos $20.000 millones

La Federación Nacional de Cafeteros regula y a la vez tiene actividad comercial. ¿Le parece un modelo adecuado?

Creo que la función de control de calidad de la Federación prevalece ante su función comercial. Es necesaria y absolutamente una pieza que debe estar. Pienso que lo segundo va muy de la mano a hacer de la Federación un comprador de último recurso, me refiero a la garantía de compra. Eso fuerza a la institución a ser un actor comercial. No creo que haya ningún argumento atractivo para terminar con la garantía de compra. De pronto sería bueno que la Federación no tuviera interés comercial, pero es necesario en este momento. No creo de ninguna manera que por tener ambas funciones haya restringido el comercio en el resto del sector.

¿Cuál cree que debería ser el papel del gobierno en cuanto a cafés especiales en Colombia?

Colombia tiene un sector institucional fuerte, es de carácter privado pero tiene una función paraestatal. Creo que el gobierno debería apoyar y el sector institucional, proveer vigilancia y velar por el desarrollo de infraestructura.

¿Quiénes son los mejores productores de cafés especiales en el mundo?

Es difícil, es como preguntar cuál es tu hijo favorito. Tengo cuatro hijos, es difícil decirlo. Los amo a todos. Colombia tiene ventajas para producir café de la calidad más alta, tiene unos recursos naturales tremendos, altitudes y tierras fantásticas. Pero pequeños productores como Panamá también producen café de clase mundial y Etiopia produce calidades excepcionales. Guatemala también tiene un producto fantástico.




Cafeteros, unidos a pesar de todo


80 Congreso Nacional del Sector

El Espectador
María Alejandra Medina C
En Twitter: @alejandra_mdn
3 de diciembre de 2014

Cafeteros, unidos a pesar de todo
Luis G. Muñoz, gerente de la Federación de Cafeteros (der.) en su intervención en el Congreso Cafetero. En la mesa, (centro) el presidente Juan M. Santos. / Óscar Pérez


“A un gerente hay que apretarlo por principio”, fue la respuesta de Luis Genaro Muñoz, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, a las preguntas sobre la petición que hicieron cinco comités para que dé un paso al costado y deje que otra persona asuma el liderazgo de la institución. La solicitud se hizo durante el primer día de la versión número 80 del Congreso Nacional de Cafeteros, que termina mañana en Bogotá.

Marcelo Salazar, delegado de Caldas, fue quien le pidió al presidente de la República, Juan Manuel Santos, presente en el auditorio, que considere la posibilidad de que llegue un “nuevo capitán al barco”, ante la que consideran una pérdida de liderazgo y credibilidad por parte de la gerencia. “Esos procesos tienen que darse con la mayor prudencia y de manera concertada”, respondió Santos. Propuso que el tema se empiece a discutir “sin la necesidad de atropellar a nadie” y se ofreció como facilitador para que se dé el debate.

Lo cierto es que los inconformes son cinco departamentos que concentran el 52% de la producción de café del país: Antioquia, Huila, Caldas, Cundinamarca y Risaralda. Los que apoyan a Muñoz, en cambio, son 10 de los 15 comités. Con ese respaldo, sumado al acuerdo de discutir el tema en el comité nacional propuesto por el Gobierno, Muñoz anunció que “por ahora” no dará el paso al costado.

El gerente de la federación dijo no sentirse sorprendido por la petición, que ya era un secreto a voces antes del congreso. La “falta de credibilidad” a la que se refiere el delegado está relacionada con la división entre los miembros de la federación por los resultados preliminares de la Misión Cafetera, es decir, se han avivado las discrepancias sin siquiera tener las conclusiones definitivas.

Sigue habiendo descontento también por los estatutos vigentes de la institución, a lo que el presidente del congreso cafetero, Iván Arango, de Antioquia, respondió de una vez. “Es cierto que hay que hacerles modificaciones a los estatutos”, dijo, y anunció que la división jurídica se reunirá con cada una de las comisiones inconformes para luego informar los resultados de las conversaciones y que se tomen medidas.

El que se hubiera acordado en un par de minutos cómo resolver temas tan espinosos como la suerte del gerente y los estatutos de la federación es para Muñoz una muestra de que la institución está “más unida que nunca”. Y es que, a pesar de las diferencias que han suscitado las recomendaciones de la Misión Cafetera, ordenada por el presidente Santos y dirigida por Juan José Echavarría, hay un ambiente de unidad respecto a la protección de los bienes públicos, como el servicio de extensión, que ha sido defendido por su asesoría “integral” a los caficultores durante años, y la garantía de compra, criticada por la Misión. “No podemos dejar que se debilite nuestra institución”, dijo el presidente del congreso.

Santos les respondió a los cafeteros diciendo que el sector está hoy “mejor, mucho mejor que hace cuatro años”, cuando asumió su mandato en plena ola invernal y con una producción menor a los ocho millones de sacos anuales, la más baja en 36 años. Dijo que la estrategia se ha enfocado en la renovación de los cultivos. Según cifras de la federación, 600.000 hectáreas se han renovado en los últimos cinco años.

“Esperamos que los esfuerzos que se vienen dando desde hace más de un año para sacar adelante el seguro climático cafetero den sus frutos”, dijo Santos. En total, durante este gobierno se han desembolsado $5,2 billones, sumando apoyos y créditos, los cuales equivalen al presupuesto anual actual para todo el sector agrario. “El café antes estaba concentrado en el Viejo Caldas. Hoy está desde La Guajira hasta Nariño. El tejido social es grande”, dice Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, al explicar por qué darle tanta importancia a la prosperidad del café.

Justamente, la suerte de la Protección del Ingreso Cafetero (PIC), que ha entregado cerca de $1,5 billones a los productores, es uno de los temas más esperados del congreso. Si se le da continuidad al subsidio, el debate será si el excedente de $600.000 millones actual, por cuenta del buen momento cafetero, debe ahorrarse ante una disminución inminente del recurso público, por, entre otras cosas, el desplome en los precios del petróleo. El ministro de Hacienda intervendrá mañana viernes.

A pesar de las fricciones de los cafeteros, hay optimismo en el Gobierno con respecto a la producción de este nuevo año que, según el presidente Santos, llegaría a los 12,2 millones de sacos. El mandatario incluso habló de llegar a 14 millones de sacos “en el corto plazo”.

mmedina@elespectador.com


Un congreso importante


El Espectador
Editorial
2 de diciembre de 2014

Se reúne a partir de hoy el LXXX Congreso Nacional de Cafeteros, con delegados elegidos de todas las regiones cafeteras del país. Se trata sin duda de una reunión crucial para este importante sector, que reviste una importancia para el país que va más allá del negocio cafetero. 

Desde la perspectiva de la representatividad, quienes asisten al congreso ostentan una legitimidad que ningún otro gremio puede reclamar para sí. Los representantes de los cafeteros fueron elegidos con el 67,3% de los votos de los productores, una tasa de participación electoral que envidian las democracias más avanzadas del planeta. Así, quienes toman las decisiones esta semana por los cafeteros pueden reclamar sin objeción alguna que verdaderamente representan a las más de 500 mil familias productoras del país.

Habrá sin duda dos grandes platos fuertes en la agenda del congreso. El primero es definir la agenda de futuro de la caficultura. Sin duda en el marco de las sesiones los delegados deliberarán sobre los nuevos énfasis y prioridades de un negocio que sigue siendo crucial para el tejido social de la Colombia rural. La vasta presencia del café, en más de la mitad de los municipios del país; su importancia en el PIB y el empleo agrícola y su capacidad de contribuir al desarrollo rural hacen de la caficultura un sector crucial para los intereses de Colombia. No es el café otro producto agrícola para Colombia. Es un producto decisivo para el devenir y la calidad de vida no solo de los millones de compatriotas que lo siembran en sus parcelas, sino de aquellos que viven en el campo colombiano y encuentran en la caficultura una fuente de estabilidad.

Se ha anunciado que algunos de los temas a tratar en el marco del nuevo plan estratégico cafetero son tan importantes como la educación y el relevo generacional, la competitividad en costos y en productividad, el cambio climático, las políticas de género y de convivencia, el acceso a la seguridad social de los productores y recolectores, entre muchos otros. Los delegados seguramente también tomarán en cuenta los documentos hasta ahora divulgados tanto de la llamada Misión Cafetera como de la Misión Rural, así como las intervenciones tanto del presidente de la República como de los ministros de Estado y los invitados internacionales de altísimo nivel que atenderán la cita cafetera.

Todos estos insumos serán cruciales para definir los cambios, prioridades y acciones de los próximos cinco años, que incorporan sin duda temas de alto calado y de gran importancia para el desarrollo rural de nuestro país. Prioridades que deben ser definidas por los mismos cafeteros, pues ellos mismos son sin duda los principales actores en la definición de su futuro. Finalmente serán ellos quienes luego volverán a sus fincas y veredas a buscar realizar lo acordado.

El segundo gran tema que se anticipa para el congreso de los cafeteros es la definición de quién liderará este nuevo plan. Aunque se han oído voces de disenso, por lo demás legítimas, sobre el actual gerente general, el doctor Muñoz sigue teniendo el apoyo de buena parte de los congresistas que vendrán a Bogotá, gracias a los resultados que en materia de renovación y reconversión productiva ha demostrado la caficultura en el último año. Ojalá los cafeteros definan rápidamente y en sana democracia quién ha de ser el capitán de su barco para la nueva hoja de ruta que ellos mismos tracen y que se acojan por la vía democrática a lo que dictaminen las mayorías, dejando atrás cualquier tipo de cicatriz. Al acordar una rica agenda de trabajo, implementarla será mucho más difícil sin un líder consolidado que sea rodeado por todo el gremio.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

LXXX Congreso Nacional Cafetero en Bogotá


Caracol
3 de diciembre de 2014

En el certamen que se inicia hoy insistirán además en el retiro del gerente de Federacafé Luis Genaro Muñoz

Los  cafeteros del país reunidos a partir de hoy en el congreso anual del sector, reclamaran del  gobierno nacional la refinanciación de las deudas por 300.000 millones de pesos, y modificaciones sustanciales al funcionamiento de la institucionalidad cafetera de acuerdo con las  nuevas condiciones de los mercados nacionales e internacionales.

El presidente del Comité Nacional de Cafeteros, Eugenio Vélez, indicó que la prioridad además de los temas de crédito, de refinanciación de las deudas, de mayores recursos  vía precio interno, tiene  que ver con  el manejo administrativo de la Federación Nacional de Cafeteros  y la negativa de cinco comités departamentales para que Luis Genaro Muñoz permanezca en el cargo.

Los productores de Caldas, Cundinamarca, Huila, Antioquia y Risaralda que representa el 60 por ciento de la producción nacional se oponen a que continúe en el cargo, el dirigente Muñoz, lo que hicieron saber al  gobierno nacional.Asistiran delegados de  15 departamentos.

Según Vélez es oportuno que el gobierno nacional defina  la ruta a seguir en materia de comercialización, de  exportaciones, de  cumplimiento en las metas de producción y en especial del manejo de los recursos por el repunte de los precios del dólar.

Al congreso cafetero que inicia deliberaciones en Bogotá llegan por primera vez 16 delegados de las Dignidades Agropecuarias que por votación ingresaron a los comités municipales y departamentales de cafeteros luego de las elecciones del sector en septiembre.

El certamen será instalado por el presidente de la república, Juan Manuel Santos con la asistencia de los ministros de Agricultura Aurelio Iragorri, de Hacienda Mauricio Cárdenas  y de Comercio Exterior Cecilia Álvarez.


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