jueves, 4 de diciembre de 2014

“Colombia debe quedarse en el sector de cafés de alta calidad”


El 60% de la producción del país califica como especial

El Espectador
4 de diciembre de 2014
María Alejandra Medina

Respuesta de Ric Rhinehart, director de la Asociación de Cafés Especiales de Estados Unidos a los que aseguran que el grano nacional de menor calidad podría encontrar consumidores en el exterior. 


“Un café se considera especial cuando es percibido y valorado por los consumidores por alguna característica que lo diferencia de los cafés convencionales, por lo cual están dispuestos a pagar un precio superior”. Así define la Federación Nacional de Cafeteros a los cafés especiales, un blanco al que, muchos creen, Colombia debería apuntar.
Durante el LXXX Congreso Cafetero, que se lleva a cabo en Bogotá del 3 al 5 de diciembre, este tipo de producto ha sido uno de los temas centrales y fue definido por el director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria, como uno de los retos del sector.

Ric Rhinehart, invitado de honor al congreso y director ejecutivo de la Asociación de Cafés Especiales de Estados Unidos, un país en el que esos productos mueven US$45.000 millones en retail y emplean a unas 200.000 personas, conversó con El Espectador y compartió algunas percepciones sobre la producción colombiana del grano.

¿Qué es para usted un café especial?

Vemos el café especial como uno de mayor calidad, que trae un sabor único de su lugar de origen y trae un valor sin par al consumidor. No sólo sabe mejor sino que provee una mejor experiencia en general. Está basado en la calidad del producto. Es el café que ha crecido en la planta indicada, que ha sido cuidado, cosechado, procesado y tostado de la manera adecuada.

¿Qué es lo clave? ¿La tierra, el procesamiento…?

Depende de todo. La cadena es larga. Tienes que tener el ambiente, altitud y química de la tierra correctos. Tienes que escoger la planta y el agricultor adecuados. Debes recogerlo en el momento justo y darle el correcto procesamiento y almacenamiento. Cada actor en esa cadena debe hacer su trabajo.

¿Qué importancia pueden tener los cafés especiales para Colombia?

Colombia está en una posición única. Producen cafés de alta calidad todo el año, es uno de los pocos lugares en el mundo en donde hay esa producción alrededor de todo el año calendario. En Centroamérica, por ejemplo, la cosecha está concentrada entre enero y marzo. En América del Sur, fuera de Colombia, está entre junio y septiembre. Colombia tiene la oportunidad de dar café, café fresco y por lo tanto bueno, durante todo el año.

¿Qué cree que le falta a la cadena productiva en Colombia en cuanto a cafés especiales?

No creo que haya algo que falte, sino que hay oportunidades. Colombia produce una calidad extraordinaria de café, así como un café de calidad media y luego uno de moderada y menor calidad, y pueden encontrar un lugar en el mercado para todos ellos. Tradicionalmente en los países productores el más bajo en el espectro de calidad se destina para consumo interno.

En Colombia, los exportadores dicen que el café de menor calidad puede encontrar un mercado en el exterior en países como Alemania, acostumbrados al sabor del mejor café colombiano, pero que ante coyunturas como la crisis económica no tendrían problema en consumir uno de una calidad inferior. 


¿Cree usted que esa sería una movida inteligente por parte de Colombia?
Las matemáticas muestran que es mejor que se queden en el sector de los cafés de alta calidad. Aquí, el 60% de la producción califica dentro de lo más alto en el espectro de calidad y el valor de eso, el plus que reciben por eso, creo que desplazaría la oportunidad en el mercado de los cafés de menor calidad. Además cuando se empieza a vender café de este tipo, la percepción de calidad de los productos especiales se cae al piso.

¿Cuánto de la producción mundial se puede considerar como especial?

Es difícil porque la definición de café especial es muy flexible, es como el arte, lo sabes cuando lo ves, aunque hay parámetros. En Estados Unidos, el café especial representa el 20% del volumen total, en toneladas, pero es cerca de 45% del valor en dólares.

¿Cuánto es el total en volumen y en valor?

Estados Unidos importa cerca de 25 millones de sacos, así que 5 millones de sacos podrían considerarse especiales, que representarían unos $20.000 millones

La Federación Nacional de Cafeteros regula y a la vez tiene actividad comercial. ¿Le parece un modelo adecuado?

Creo que la función de control de calidad de la Federación prevalece ante su función comercial. Es necesaria y absolutamente una pieza que debe estar. Pienso que lo segundo va muy de la mano a hacer de la Federación un comprador de último recurso, me refiero a la garantía de compra. Eso fuerza a la institución a ser un actor comercial. No creo que haya ningún argumento atractivo para terminar con la garantía de compra. De pronto sería bueno que la Federación no tuviera interés comercial, pero es necesario en este momento. No creo de ninguna manera que por tener ambas funciones haya restringido el comercio en el resto del sector.

¿Cuál cree que debería ser el papel del gobierno en cuanto a cafés especiales en Colombia?

Colombia tiene un sector institucional fuerte, es de carácter privado pero tiene una función paraestatal. Creo que el gobierno debería apoyar y el sector institucional, proveer vigilancia y velar por el desarrollo de infraestructura.

¿Quiénes son los mejores productores de cafés especiales en el mundo?

Es difícil, es como preguntar cuál es tu hijo favorito. Tengo cuatro hijos, es difícil decirlo. Los amo a todos. Colombia tiene ventajas para producir café de la calidad más alta, tiene unos recursos naturales tremendos, altitudes y tierras fantásticas. Pero pequeños productores como Panamá también producen café de clase mundial y Etiopia produce calidades excepcionales. Guatemala también tiene un producto fantástico.




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