domingo, 10 de enero de 2016

oración interior



Abrió el starets la Filocalía, eligió un pasaje de San Simeón el Nuevo Teólogo y comenzó: «Permanece sentado en el silencio y la soledad, inclina la cabeza y cierra los ojos; respira suavemente, mira por la imaginación en el interior de tu corazón, recoge tu inteligencia, es decir tu pensamiento, de tu cabeza a tu corazón. Di, al ritmo de la respiración: “Señor Jesucristo, ten piedad de mí”, en voz baja, o simplemente en espíritu. Esfuérzate en echar fuera todos los demás pensamientos, sé paciente y repite a menudo este ejercicio.»

(...)

-Buscó el starets en las enseñanzas del monje Nicéforo y leyó: «Si, no obstante tus esfuerzos, hermano mío, no te es posible entrar en la región del corazón, como te lo tengo recomendado, haz lo que te digo y con la ayuda de Dios hallarás lo que andas buscando. Tú sabes bien que la razón de todo hombre está en su pecho… Quítale, pues, a esta razón todo pensamiento (esto puedes hacerlo si quieres) y pon en su lugar el “Señor Jesucristo, ten piedad de mí”. Esfuérzate en reemplazar por esta invocación interior cualquier otro pensamiento, y a la larga ella te abrirá la entrada del corazón, como lo enseña la experiencia»






No hay comentarios: