martes, 20 de mayo de 2014

Certificaciones, una mejora con desventajas



Tomado de: Infusionista





La certificaciones son el sistema establecido para identificar un producto con ciertas características específicas. Existen un sin número de agencias gubernamentales, internacionales y empresariales (algunas claramente transnacionales) dedicadas a certificar que las prácticas y procesos de producción se ajusten a los estándares particulares propios de cada una de ellas: de calidad, origen, comercio justo, sustentabilidad, orgánico, amigable con las aves, biodinámico, de relación, etc.

Todos estos criterios están normados por el Organismo Internacional de Estandarización (ISO, por sus iniciales en inglés) en la norma ISO-65. La certificación es un procedimiento voluntario mediante el cual un tercero (certificadora) otorga garantía escrita de que un producto, proceso o servicio está en conformidad con los requisitos especificados. Cada vez las certificaciones son más requeridas y necesarias, los consumidores están más atentos y buscan productos que sean responsables social, ambiental y económicamente.

Los costos de certificación sin embargo parecen ser un obstáculo. Frente a esto hay que reconocer que el proceso de evaluación y de certificación involucra actividades que tienen su costo (análisis de laboratorio, visitas a terreno, elaboración de informe por personal profesional). Este costo se tiene que comparar con el sobre precio que se espera obtener con el otorgamiento de la certificación, sumado a muchas veces al esfuerzo que ya de por sí implica la producción leal y favorable al entorno social y ambiental.
La certificación crea la mayoría de las veces una oportunidad de cambio y las herramientas para hacer las cosas mejor, mejores prácticas y metas comunes fomentando una cultura de sostenibilidad en la finca, la organización y los gremios. A través de la revisión de la aplicación de la norma hay una verificación permanente de los cambios y los progresos que se hacen en la sostenibilidad y eficiencia de la finca. 


El conjunto de todos estos factores lleva a que haya una mayor confiabilidad en los productos que salen de las fincas certificadas, a una mayor credibilidad, transparencia, responsabilidad, respeto y reconocimiento internacional que permiten una apertura o una diferenciación de mercados.

Cada certificadora tiene su propio nivel de dificultad, dependiendo de las condiciones de partida de un productor. Cada uno tiene sus propias normas, los criterios de certificación y los procedimientos. Cada uno tiene sus costos de aprendizaje, adaptación, e inspección. Muy pocos productores tienen idea a priori de cuáles son las implicaciones de sus opciones. Y por sobre todo, lograr la certificación no garantiza que el café se vaya a comprar. Los agricultores deben hacer un gran esfuerzo con un considerable costo, de tiempo y capital, hasta obtener beneficios de la certificación.

Recientemente los líderes de la industria alimentaria han comenzado a adoptar prácticas sostenibles de adquisición visibles aún en una proporción pequeña para ganar competitiviad y prestigio de las marcas. Algunas empresas privadas han sopesado el valor de su propio enfoque frente a la asociación con las iniciativas públicas ya existentes. Como consecuencia, la complejidad y multiplicación de certificaciones ahora se ha visto potenciada por algunas empresas privadas que establecen sus propios estándares.

Este paso no parece necesario, a pesar de las buenas intenciones de las empresas en el diseño de sus propios métodos de certificación. En el mundo del café, Starbucks, que utiliza su propia certificación, Practices de Starbucks® C.A.F.E., recibe elogios de los consumidores y los medios de comunicación cuando aumenta sus compras de una certificación pública como Comercio Justo, y como el mayor comprador de este café en el mundo este reconocimiento es bien merecido. Nespresso que también utiliza sus propias normas Nespresso AAA® está cambiando su enfoque hacia la sostenibilidad del sello Rainforest Alliance.

Los productores necesitan un marco de certificaciones menos costoso y mas uniforme que otorgue sobre todo transparencia a un mercado de dudoso altruismo. Así parece confirmarlo de hecho la sociedad que confía cada vez mas en las certificaciones públicas y mas conocidas, aunque el porcentaje de productos bajo su órbita siga siendo ínfimo.


No hay comentarios: