domingo, 16 de diciembre de 2012

El fin del mundo ya ha llegado


Por: Juan Arias
El País
15 de diciembre de 2012

Los gobiernos de los Estados Unidos y de Rusia habían asegurado que NO habría fin del mundo el próximo día 21, según indica una interpretación del calendario maya.

A los Estados Unidos, sin embargo, el fin del mundo, o algo peor aún, les llegó ayer con el trágico asesinato de veinte niños inocentes. El fin del mundo ya llegó para aquellos padres y madres, porque no hay nada tan cruel como el que los padres tengan que enterrar a un hijo en la flor de la vida.

Ha habido quién se ha construido hasta un bunker para defenderse de la llegada del fin del mundo. Y los psicólogos temen que haya hasta suicidios. Ha habido algo peor.
 
Los poetas que suelen ser los más sabios, aunque los menos escuchados, son a la vez las mejores pitonisas en momentos de miedos apocalípticos. Ante el horror de la barbarie y el desencanto universal hay que agarrarse, a una chispa de esperanza. Y esa nos la brindan sólo la poesía.

Una poeta brasileña ha escrito en su blog: “Ya que el día 21 el mundo va acabar, conviene que "absorbamos toda la belleza posible y que creamos que todos los problemas del mundo que nos acucian se van a resolver". Y también tener el coraje de decir “te amo” a los que de verdad amamos.

Eso sin esperar a que esas personas mueran,  porque será ya  tarde para decirles ese "te amo". 

Seguro que a esos padres y madres de los niños bárbaramente sacrificados en la escuela de los Estados Unidos, les habrá quedado el dolor de no haberles dicho más veces a sus pequeños que les amaban, porque todo amor es poco para los inocentes que se están abriendo a la vida.

Ayer, el Presidente Obama, dijo en sus palabras llenas de emoción: "Esta noche Michelle y yo abrazaremos a nuestras hijas y les diremos que las queremos".

Citando el poema, Fin, de Murilo Mendes, recuerda la poeta que en el fin del mundo “deberíamos escuchar los quejidos de todos, desde Adán hasta el último hombre”. Hoy tenemos que escuchar los quejidos de las familias de los niños masacrados.

El mundo sufre porque le faltan quienes, como los poetas, son capaces de purificarlo con sus gritos de alarma, desnudando su vacío, recogiendo sus lágrimas y anatematizando a los que cubren de indignidad y dolor al Planeta.

Y también capaces de recordándonos que la belleza y el bien siguen existiendo, como las brasas bajo las cenizas aún en medio al dolor y a la barbarie. 

-El fin del mundo ya ha llegado también , sin esperar al 21 próximo, para todos los que están sufriendo en su carne herida de dolor, los azotes de una crisis económica que los han desnudado de sus esperanzas y los ha hundido en una inmerecida pobreza. 

-El fin del mundo ya ha llegado para todos aquellos a quienes banqueros, políticos y religiosos corruptos les obligan a vivir olvidados en los hospitales, en las cárceles, en las salas de justicia, en el desempleo y en el desahucio. O en los asilos. 

-El fin del mundo ya ha llegado para los que han perdido la esperanza en un mundo más igualitario, más libre, con menos lobos voraces, con menos cosas y más ideales. 

-El fin del mundo ya ha llegado para los que se sienten abandonados, sin amor, en un ambiente hostil, sin futuro, humillados por los aprovechados del sistema. 

-El fin del mundo ya ha llegado para aquellos que temen traer un hijo al mundo porque no quieren dejarlo a un destino que ven negro, peor que el que ellos viven. 

-El fin del mundo ya ha llegado para los que sufren los zarpazos de la depresión o del estrés que les ahoga como la muerte. 

-El fin del mundo ya ha llegado para todos los enfermos sin cura; para los niños sin el calor de un hogar; para todas las mujeres violadas y ultrajadas por el machismo voraz y perverso. Para los niños con cáncer. 

-El fin del mundo ya ha llegado para los que sufren las tinieblas de una dictadura, para los que tienen que soportar democracias ficticias enmascaradas de fascismo. Y para los masacrados en Siria y en todas las guerras en curso.

-El fin del mundo ya ha llegado para el entero continente africano abandonado a su suerte.

-El fin del mundo NO ha llegado, sin embargo, ni llegará para los depredadores, para los que medran subidos sobre las espaldas de los otros; para los que como repiten como un expresidente de la República de Brasil “prefiero el olor del estiércol de los caballos al olor de los pobres”.Ellos salen siempre a flote de todos los cataclismos.

-El fin del  mundo NO ha llegado para los que empeñan en que no haya paz entre Israel y Palestina. Ellos parecen inmortales.

-Pero el fin del mundo TAMPOCO ha llegado ni llegará para los que, aún hundidos en los escombros de la desesperanza, aplastados por la injusticia o por el dolor, siguen creyendo y luchando por un mundo que puede ser menos deshumano. Son aquellos cuya fe en el hombre y en la vida es dura como un diamante. 

-El fin del mundo NO ha llegado ni llegará nunca para los poetas, porque ellos creen que hasta de las grietas del cemento puede surgir milagrosamente la vida. 

Las últimas palabras de Jean Cocteau fueron: "Los poetas no mueren. Sólo fingen morir".

Los poetas no mueren, ni cuando los matan. Por eso, por ejemplo, el gran García Lorca, asesinado por el franquismo, sigue vivo y sus versos sobrevivirán al fin del mundo.

No mueren los poetas, pero tampoco mueren los niños cuando los matan. Siguen vivos como testigos mudos de la mayor de las injusticias de la Historia.

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