jueves, 1 de marzo de 2012

Abandonada, pero con cariño de madre


Por: Juan Arias
Blog: Vientos de Brasil
El País
29 de febrero de 2012


Una niña de unos dos meses ha sido abandonada ayer en un carrito de la compra en un supermercado de la zona pobre de São Paulo. ¿Una más? Quizás. Pero he querido leer para mis lectores las entrañas de la noticia, que no parece en la fría crónica periodística.

Dicen las agencias que una niña de unos dos meses, fue encontrada en un carrito de la compra en el supermercado Bergamais, en el barrio Lauzane Paulista, en la zona norte ( es decir la pobre) de la ciudad de São Paulo, la mayor de América Latina y una de las tres mayores y más ricas del mundo.

Dicen que fue recogida por la Policía Militar y llevada a un hospital y que se encargará de ella el Consejo Tutelar de menores.

Días atrás otro bebé había sido encontrado arrojado en un basurero. Las manos que abandonan estos niños suelen ser manos de mujer, madres. Todas ellas merecen respeto y silencio, porque no tenemos el derecho de juzgar el drama que late en cada uno de estos abandonos.

Pero como hay madres y madres, hay manos y manos. He titulado intencional y polémicamente este post “Abandonada, pero con cariño de madre”. Podrá parecer una provocación. ¿Cómo se puede abandonar a un recién nacido con cariño?

He indagado un poco y he sabido que la niña no estaba mezclada con otros objetos de la compra. Estaba dentro de una cunita, tapada con una manta, cubierta con mimo. Y los médicos dicen que estaba bien de salud.

En el supermercado una mujer, madre de otro bebé se ofreció para darle el pecho a la niña abandonada. Muchos ya quieren adoptarla.Yo, viendo la foto, y leyendo la noticia, he intentado ponerme en el lugar de la madre anónima que abandonó a su hija. De lo que habrá detrás de ese gesto desesperado. No la abandonó en la calle, como un bulto más. La dejó en un supermercado por donde pasan muchas madres y mujeres. Me la imagino colocando con cariño la mantita para cubrir a su pequeña que estaba con vestido nuevo.

Me imagino quizás su último beso, sus lágrimas mientras salía corriendo para que nadie la viera.

Dicen las agencias que los circuitos de televisión van a intentar localizar a la mujer que abandonó a la niña. Quizás la localicen, quizás vaya a una cárcel, quizás dentro de unos días nadie volverá a hablar de ella. La niña será adoptada y un día se preguntará como yo, qué habría sentido su madre, al tener que dejarla en aquel carrito de la compra, en aquel supermercado.


A lo mejor me equivoco y todo fue diferente. No importa. De lo que no cabe duda es que detrás de cada niño o niña abandonados en un basurero o en un supermercado, late un terrible drama humano, del que todos, digo TODOS, somos en parte responsables.


Ninguna madre, en sus cabales, deja a su bebé, cubierto con un mantita, para siempre, sin que algo muy duro y muy grave se cierna sobre su vida, generalmente pobre.

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