Fuente: El Tiempo y Vanguardia
Acueducto proyectado para 2 décadas, tiene 3.
La represa que surte el acueducto está seca y los turistas han debido soportar drásticos racionamientos en el día. Aunque el verano apenas asoma en Barichara (Santander), uno de los municipios más turísticos del país, visitantes y pobladores ya sufren drásticos racionamientos que los obligan a estar casi todo el día sin agua, pues desde esta semana se declaró la emergencia sanitaria.
Mientras los operarios del viejo acueducto rezan para que llueva y se llene la represa El Común, que comparten con los municipios de Villanueva y Cabrera, al único y obsoleto tanque de almacenamiento sólo llegan 38.000 litros de los 114.000 que requiere la población para garantizar el servicio las 24 horas.
Silvia Cadena, jefa de la Unidad de Servicios de Barichara, dijo que entre las 5 y 7 a.m., 1 y 3 p.m. y 7 y 9 p.m. se abren las válvulas para suministrar el líquido a los 1.100 usuarios de la empresa.
"No hemos entrado al verano y ya nos vimos obligados a racionar porque el acueducto, que se construyó hace 28 años, se proyectó sólo para dos décadas. Necesitamos 500 millones de pesos para ampliar la capacidad de almacenamiento", expresó Cadena.
Por eso, los 4.000 pobladores y los cerca de 2.000 turistas hospedados en el casco urbano, procedentes del exterior y de varias regiones del país, sólo se pueden bañar una vez al día.
El secretario de Cultura, Pablo Figueroa, explicó que al pueblo llegan diariamente otros 5.000 turistas: "Ellos abandonan la población el mismo día que la visitan, pero en su estancia también requieren agua y eso agrava la situación en los nueve hoteles".
Liliana Carvajal, del restaurante Mi Linda Barichara, precisó que los turistas se incomodan a la hora de usar los baños y lavarse las manos.
Un carro de Bomberos de San Gil lleva a diario 11.000 litros de agua potable, pero no alcanza para las necesidades de pueblo, enclavado en el cañón del Chicamocha, segunda zona del país, después de La Guajira, donde menos llueve.
En el vecino y también turístico corregimiento de Guane (con dos hoteles), la situación es más crítica, pues sólo hay agua en la madrugada.
Aún así, los administradores de los hoteles como Sonia Figueroa, de La Posada de Pablo, aseguró que los turistas, principalmente los extranjeros, se acostumbraron a bañarse una vez al día. "La mayoría de hoteles tenemos tanques de almacenamiento", precisó Figueroa.
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