La República
10 de marzo de 2013
Colprensa - Cali
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A pesar de que el paro cafetero se conjuró —luego de 12 días— bajo la promesa gubernamental de girar un cheque por $900.000 millones para pagar más subsidios a los cultivadores durante este año, todo apunta a que las causas que originaron esta crisis siguen intactas.
El propio ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, reconoció que “el
Gobierno tendrá que raspar la olla para cubrir esas ayudas”, mientras su
colega de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, dijo que “ históricamente
nunca se habían asignado recursos de esta naturaleza a un sector en
particular”.
Eso significa que la Nación deberá acudir a un millonario sacrificio fiscal para atender a los 560.000 productores. Es decir, que tendrá que utilizar en los cafeteros parte de los recaudos de la última reforma tributaria. Y lo peor es que para el 2014 no hay previstos recursos adicionales, y así lo admitió el ministro Cárdenas. Por eso la solución a la protesta —que provocó $30.000 millones en pérdidas a las economías de Valle, Cauca, Nariño, Huila, Tolima, Caldas, Antioquia, Quindío y Risaralda por el bloqueo de carreteras— dejó un sabor agridulce.
“Como cultivador quedé muy contento con el nuevo subsidio de $145.000 por carga de 125 kilogramos (dos bultos de 60 kilos), porque se cubren en parte los costos de producción, pero como dirigente sigo preocupado”.
De esta manera el reconocido dirigente caldense, Mario Gómez Estrada, resumió lo que vendrá para los cafeteros. Por ejemplo, el tema de la revaluación del peso que le ha quitado $1,5 billones a los exportadores del grano, quedó en el limbo.
Según Gómez Estrada “este año el Gobierno llenará el hueco, pero el verdadero problema es la rentabilidad, porque la producción ha venido mejorando. Y esa rentabilidad se ha perdido con un dólar muy barato”.
Los cafeteros confían en que la divisa suba a $1.950 (el llamado dólar Cárdenas), para frenar el desplome de ingresos. Pero eso está por verse, ya que el billete verde saltó hace poco a $1.818, pero esta semana retrocedió a $1.800, reviviendo la incertidumbre.
Por eso, dirigentes como Carlos Albeiro Ocampo, representante de los pequeños caficultores del Valle, recalcan que “el Gobierno no tuvo en cuenta la revaluación como otro factor responsable de parte de la crisis”. Durante las negociaciones se planteó incluso una devaluación del peso en 30 %, para llevar el dólar a $2.300, pero el Gobierno descartó esa tesis.
“Cuando lleguemos a esos niveles de tasa de cambio no tendremos por que pedirle plata al Gobierno”, dicen Gómez Estrada y Ocampo. Por su parte, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, Rafael Mejía, consideró que “el paro fue injustificado”, tras recalcar que “las medidas deben ser para todos los sectores del agro”. Según el dirigente, “lo de los cafeteros no es un caso aislado, los cacaoteros, los lecheros, los azucareros, los arroceros, todos están afectados por diversos factores, hasta por el clima y la revaluación”.
El enigma de los precios
A pesar del arreglo, el comportamiento de los precios es impredecible. Hoy la libra de café en el mercado internacional es de US$1,44, y aunque ha permanecido estable en los últimos días, la destorcida de precios ha sido dura desde febrero del 2012 cuando se cotizaba a US$2,50.
Por ello, el precio interno de la carga se desplomó de $873.000 en enero del 2012 a $513.000 un año después, lo cual prendió las alarmas que al final llevaron al paro. Frente a esta dis yuntiva, el dirigente risaraldense, Óscar Gutiérrez, sostiene que “lo ideal es que se hubiera llegado a los $800000 por carga, incluyendo el nuevo subsidio de $145.000. Se logró un precio para atender algunas necesidades”.
En su opinión, la caficultura hoy no es sostenible, y por tanto el Gobierno deberá mantener los subsidios.
Como están las cosas, el panorama del sector seguirá siendo complejo, ya que los subsidios —a pesar de su alto costo fiscal— serán un alivio. Y un cambio al actual esquema cafetero genera muchos interrogantes.
Eso significa que la Nación deberá acudir a un millonario sacrificio fiscal para atender a los 560.000 productores. Es decir, que tendrá que utilizar en los cafeteros parte de los recaudos de la última reforma tributaria. Y lo peor es que para el 2014 no hay previstos recursos adicionales, y así lo admitió el ministro Cárdenas. Por eso la solución a la protesta —que provocó $30.000 millones en pérdidas a las economías de Valle, Cauca, Nariño, Huila, Tolima, Caldas, Antioquia, Quindío y Risaralda por el bloqueo de carreteras— dejó un sabor agridulce.
“Como cultivador quedé muy contento con el nuevo subsidio de $145.000 por carga de 125 kilogramos (dos bultos de 60 kilos), porque se cubren en parte los costos de producción, pero como dirigente sigo preocupado”.
De esta manera el reconocido dirigente caldense, Mario Gómez Estrada, resumió lo que vendrá para los cafeteros. Por ejemplo, el tema de la revaluación del peso que le ha quitado $1,5 billones a los exportadores del grano, quedó en el limbo.
Según Gómez Estrada “este año el Gobierno llenará el hueco, pero el verdadero problema es la rentabilidad, porque la producción ha venido mejorando. Y esa rentabilidad se ha perdido con un dólar muy barato”.
Los cafeteros confían en que la divisa suba a $1.950 (el llamado dólar Cárdenas), para frenar el desplome de ingresos. Pero eso está por verse, ya que el billete verde saltó hace poco a $1.818, pero esta semana retrocedió a $1.800, reviviendo la incertidumbre.
Por eso, dirigentes como Carlos Albeiro Ocampo, representante de los pequeños caficultores del Valle, recalcan que “el Gobierno no tuvo en cuenta la revaluación como otro factor responsable de parte de la crisis”. Durante las negociaciones se planteó incluso una devaluación del peso en 30 %, para llevar el dólar a $2.300, pero el Gobierno descartó esa tesis.
“Cuando lleguemos a esos niveles de tasa de cambio no tendremos por que pedirle plata al Gobierno”, dicen Gómez Estrada y Ocampo. Por su parte, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, Rafael Mejía, consideró que “el paro fue injustificado”, tras recalcar que “las medidas deben ser para todos los sectores del agro”. Según el dirigente, “lo de los cafeteros no es un caso aislado, los cacaoteros, los lecheros, los azucareros, los arroceros, todos están afectados por diversos factores, hasta por el clima y la revaluación”.
El enigma de los precios
A pesar del arreglo, el comportamiento de los precios es impredecible. Hoy la libra de café en el mercado internacional es de US$1,44, y aunque ha permanecido estable en los últimos días, la destorcida de precios ha sido dura desde febrero del 2012 cuando se cotizaba a US$2,50.
Por ello, el precio interno de la carga se desplomó de $873.000 en enero del 2012 a $513.000 un año después, lo cual prendió las alarmas que al final llevaron al paro. Frente a esta dis yuntiva, el dirigente risaraldense, Óscar Gutiérrez, sostiene que “lo ideal es que se hubiera llegado a los $800000 por carga, incluyendo el nuevo subsidio de $145.000. Se logró un precio para atender algunas necesidades”.
En su opinión, la caficultura hoy no es sostenible, y por tanto el Gobierno deberá mantener los subsidios.
Como están las cosas, el panorama del sector seguirá siendo complejo, ya que los subsidios —a pesar de su alto costo fiscal— serán un alivio. Y un cambio al actual esquema cafetero genera muchos interrogantes.
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