domingo, 25 de octubre de 2015

Festival de la Cultura Cafetera en Viota, Cundinamarca, Colombia





Un buen ejemplo para replicar en nuestra zona cafetera


jueves, 15 de octubre de 2015

Expoespeciales 2015






ExpoEspeciales Café de Colombia es la feria especializada en la promoción de cafés especiales más importante de Colombia y América Latina.

Este evento integra toda la cadena de valor del café y ofrece un escenario para exponer y dar a conocer las tendencias e innovaciones del mercado del café a nivel nacional e internacional.


Tendrá lugar en el recinto de Corferias en Bogotá del 15 al 18 de octubre de 2015.


sábado, 3 de octubre de 2015

Menos de un centavo de dólar por cada taza de café



Fundador, Café For Change
Tomado de: Huffington Post
01-10-2015


Una pequeña productora de café en Guatemala. OSWALDO RIVAS/REUTERS

Los estadounidenses celebraron el Día Nacional del Café el 29 de septiembre, Europa y el resto del mundo celebran el Día Internacional del Café el 1 de octubre. Lo hacen con ofertas y promociones de café gratis, pero todos lo hacen sin pensar en el sacrificio de aquellos que producen el grano.

Me atrevo a pedir los amantes del café, a cada barista, a los editores y periodistas extracafeinados en los medios de comunicación y a todos en la industria del café que dejen de ignorar la realidad de los más de 26 millones de trabajadores agrícolas del café. Ellos tienen más de 100 millones de dependientes, son ellos quienes producen el café que disfrutamos todos. La mayoría de los campesinos viven en la pobreza o pobreza extrema. Hay 250 millones de personas cuya subsistencia depende directa o indirectamente, total o parcialmente, de la producción de café en los países productores de café.

El precio que pagamos los consumidores en Europa, Estados Unidos, Canadá, etc por el mal llamado "comercio justo", "café ético" o "sostenible" incluye menos de un centavo de dólar por taza para ayudar a erradicar la pobreza en las regiones cafetaleras. La prima para los productores de café "ético" o "certificado" es inferior a 0.003 dólares por cada taza. Los trabajadores agrícolas del café reciben incluso menos que eso, porque parte de la prima se utiliza para otros fines relacionados con las cooperativas y las plantaciones de café.

De acuerdo con la SCAA hay hambre en las regiones cafetaleras (leer el informe Hunger in the coffeelands). La verdad es que la pobreza y la pobreza extrema han existido durante siglos en as regiones cafetaleras. Todo el mundo en la gran industria del café ha tenido conocimiento de esa realidad desde el primer día. En la época colonial, las potencias coloniales y los comerciantes de café promovieron plantaciones en el eje cafetero que utilizaban mano de obra de esclavos y de trabajadores que recibían solo alimentos básicos como pago por su trabajo. Hoy en día, las principales compañías de café buscan las zonas de montaña donde hay pobreza extrema, con abundante mano de obra barata y la mejor tierra, para crear nuevas plantaciones de café, como lo están haciendo en el sur de Sudán, en el resto de África e incluso en China. Lo hicieron en Vietnam hace apenas unas décadas. Su éxito en la erradicación de la pobreza es más que cuestionable.

Erradicar la pobreza en las regiones cafetaleras requiere transparencia, visión empresarial, un verdadero sentido de misión y un enfoque a lo Henry Ford, no un evento de relaciones públicas con George Clooney. La industria del café es pujante en los países desarrollados, genera decenas de miles de millones de dólares en valor agregado, utilidades e impuestos, pero muy poco valor compartido llega a los trabajadores del campo y a sus familias. En demasiadas regiones de café de "comercio justo" o con certificaciones "éticas" sólo una de cada veinte niñas se gradúa de la escuela secundaria. ¿Cómo puede llamarse eso justo, ético o sostenible en el siglo XXI?
Hoy todavía hay personas que trabajan en las fincas de café por menos de cinco dólares al día, sin soñar con la compra de un coche, no tienen carreteras, millones no tienen un techo adecuado para protegerlos, muchos no tienen ni siquiera letrinas y carecen de agua potable.
Henry Ford decidió hace más de cien años (en 1914) pagar a sus trabajadores de EEUU cinco dólares al día. Muchos otros empleadores pensaron que Ford estaba loco, pero él sabía muy bien que estaba creando el salto de la clase obrera a la clase media. La misma clase media que compraría coches y sería propietaria de las casas que otros construirían, que compraría los productos que otros fabricarían y les venderían a ellos. ¡Henry Ford cambió el mundo

Hoy todavía hay personas que trabajan en las fincas de café por menos de cinco dólares al día, sin soñar con la compra de un coche, no tienen carreteras, millones no tienen un techo adecuado para protegerlos, muchos no tienen ni siquiera letrinas y carecen de agua potable. Millones de personas sufren de hambre durante varios meses al año. El poder de compra de cinco dólares de 1914 equivale a ciento veinte hoy. Cinco dólares estadounidenses de 2015 equivalen a veintiún centavos de 1914. Henry Ford no creería que alguien en el siglo XXI recibiera como pago por su trabajo de un día menos de veintiún centavos (de 1914), o cuatro veces esa cantidad.

Dado que el café es parte esencial de la vida de más de mil millones de nosotros, quienes consumimos más de 23 millones de kilos de café al día, los amantes del café podríamos tener más impacto financiero en las regiones cafetaleras que toda la ayuda externa combinada si exigimos a las compañías de café, e incluso a los más pequeños cafés independientes, invertir 10 centavos por taza (@10CentsPerCup) en la erradicación de la pobreza en las comunidades productoras de café. Este sistema de verdadero valor compartido podría erradicar la pobreza en una generación y crear una clase media rural en todas las naciones productoras de café. ¡Podría literalmente cambiar el mundo!

Es importante señalar que todos los dirigentes y periodistas de los países desarrollados que asistieron a la Cumbre de Objetivos del Milenio de Naciones Unidas en Nueva York, diciendo que apoyan los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para poner fin a la pobreza, contribuyen a alcanzar los ODS en las comunidades productoras de café con menos de un centavo por cada taza de café que beben. ¡Es terrible!

Espero que los amantes del café y la industria del café se unan a quienes creemos en el verdadero valor compartido (@cafeforchange) y trabajamos para poner fin al modelo de explotación de menos de 1 centavo por cada taza de café, adoptando el sistema de 10 centavos por taza (@10CentsPerCup) para ayudar a erradicar la pobreza.

Les deseo un buen día del café todos los días. Bebamos café. Cambiemos el mundo. Es Fácil.


viernes, 2 de octubre de 2015

El lado oscuro del café


Blog: El Mal Economista
Alejandro Huertas
El Espectador

Twitter: @maleconomista
Facebook: El Mal Economista
Instagram: @maleconomista @alejo_huertas


Sí, existe un lado oscuro del café. Y no me refiero a lo que se experimenta en la mañana, después del primer americano, espresso o tinto, cuando se hace necesaria una oscura visita al baño. Tampoco hace referencia al oscuro hueco que queda en las finanzas estatales luego de que el sector cafetero pide un subsidio a la producción— a propósito de subsidios, seguro que con los precios del dólar, por ahora no hay intenciones de este sector de pedir uno, pero ya veremos qué pasa—. Esta vez prefiero hablar de un lado oscuro que pocos conocemos, y que está relacionado con la cultura cafetera, esa de la que nos orgullecemos cuando estamos con extranjeros o fuera del país, esa que nos lleva a llenarnos la boca diciendo “El mejor café del mundo está en Colombia”.

 
café de Colombia

Para empezar, vale la pena recordar que la UNESCO declaró como patrimonio cultural de la humanidad al Paisaje Cafetero Colombiano. En otras palabras, se declara como patrimonio de la humanidad la forma de producción, recolección y beneficio del café, que se integran de una forma única a las estructuras sociales y a la geografía de la región conformada por veredas y municipios de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle. Esto implica que, con el fin de conservar este patrimonio, las prácticas llevadas a cabo en esta región deben cuidarse y reforzarse. Incluyendo la forma de cultivo del café.

 Cultivo de cafe

Aquí pregunto yo si alguna vez usted o su familia han ido al parque del café, al eje cafetero en general o a las fincas cafeteras del norte del Valle. Si ha ido, debe haberse dado cuenta que en el cultivo solo hay café y casi ninguna otra planta. Probablemente no lo haya notado, pero la planta de café no tiene suficiente fuerza en sus raíces para sostener la tierra en la que está plantada, en comparación a otros árboles endémicos de la zona (recordando biología de bachillerato y la importancia de que las raíces sostengan la tierra, especialmente en ladera). Básicamente el cultivo de café es muy bonito, pero pone en riesgo el terreno en el que está cultivado.

Ahora bien, uno podría pensar que el peligro de derrumbe no es tan grave, al fin y al cabo solo se perderían unas cuantas plantas de café y difícilmente una vida. Sin embargo el problema va más allá, y para entenderlo hay que entender un poco de historia de Colombia. Uno puede hacer una revisión exhaustiva de las principales exportaciones Colombia desde la época poscolonial y darse cuenta de que nuestro país, exportador de materias primas desde siempre, solo ha tenido suerte aprovechando las condiciones externas del mercado. Sí, nunca ha tenido de verdad una ventaja en producción frente a otros exportadores de materias primas, sino que ha sabido capitalizar las coyunturas externas. Que la OPEP fijó cuotas de producción de petróleo y se subió el precio a 100 dólares por barril, produzcamos petróleo; que Brasil en el 70 tuvo problemas con sus producción de café y el precio se subió, produzcamos más café, y así podríamos seguir haciendo una revisión retrospectiva.

Sin embargo, esta última coyuntura resulta bastante interesante, puesto que es la que ayudará a establecer la forma de producir café en Colombia. Esto es así dado que, como respuesta a los problemas en la producción de café brasilero, el resto de países latinoamericanos, incluyendo Colombia, tecnifican su producción y buscan cepas o variedades de café que resistan mejor las enfermedades. Como consecuencia, y con ayuda de los gobiernos y USAID, los cafeteros pasan a sembrar variedades más resistentes, que requieren luz directa del sol, en contraste a las anteriores variedades que crecían a la sombra de árboles más grandes. De esta forma el paisaje se vio drásticamente transformado.

cafe a la sombra

De nuevo, uno podría decir que no es grave la deforestación ni el consecuente riesgo de derrumbes, pero hay que considerar que el sistema de cultivo de café a la sombra era capaz de albergar mayor biodiversidad, especialmente de insectos y aves (recordando que somos es país con mayor diversidad de aves). Así mismo, el nuevo sistema de producción con plena luz de sol produce unas dos cosechas al año, lo que nos volvió más productivos, pero también requiere una cantidad considerablemente más alta de agua (hay quienes tratan de disminuir su impacto ambiental reduciendo la cantidad de agua que un producto que consumen requiere) y de fertilizantes e insumos. Esto último afecta directamente la calidad de la tierra, pues la desgasta (peligro de derrumbe) y afecta aún más la biodiversidad.

En este punto habrá quienes digan que efectivamente ese tal lado oscuro del café existe, mientras que otros dirán que hay muchos pájaros en Colombia y que la deforestación y los derrumbes no nos van a hacer daño. Incluso podría estar de acuerdo con eso, pero lo que es innegables es que todo este impacto ambiental lo sufrimos nosotros y los demás países productores de café para atender la demanda de café Premium en el extranjero. O quién no ha escuchado “Colombia tiene el mejor café del mundo, pero todo se lo llevan para afuera” o “aquí solo dejan la pasilla y uno se acostumbra”. Entonces, con el fin de suplir la demanda de café a US $1,18 la libra, estamos enfrentando unas externalidades negativas para el territorio que los productores no terminan de entender o no les preocupan, y los consumidores, que por lo general están en el extranjero, no se dan por enterados y mucho menos están interesados en internalizarlas.

Ahora sí creo que podemos llegar a un consenso, decir que sí, que no hay problemas con la deforestación, los posibles derrumbes, el monocultivo de café, la pérdida de biodiversidad, los daños ambientales de los fertilizantes. Uno podría decir que uno asume todo eso cuando va a ofrecer un café de alta calidad, sin embargo, lo verdaderamente problemático es que nadie asume estos daños ni se preocupa por repararlos. Por su parte, los productores a duras penas sacan ganancias para sobrevivir a pesar de que sacrifican riqueza natural de todo el país para producir, mientras que los consumidores extranjeros no se preocupan por los daños que su café matutino pueda haber hecho hasta llegar a su mano. En este punto creo que coincidimos que el café tiene su lado oscuro, muy oscuro, a lo french roast.

french roast

Por último una reflexión que deja abierto el debate para tratar de aclarar este lado oscuro. La economía dice que las externalidades deben ser asumidas por quienes las producen, que en este caso serían los productores. Al internalizar esta, se subirían los costos y por ende en precio, pero un precio más alto sería poco conveniente en el contexto mundial, donde países como Brasil o Vietnam nos superan en volumen de producción y ponen un precio más bajo ¿Qué deberíamos hacer entonces? ¿Exigir al gobierno que subsidie la producción para que los productores puedan asumir estos nuevos costos? ¿Crear la Organización de Países Productores de Café y fijar una cuota de producción entre los grandes productores para subir el precio? ¿Recomendaría algo distinto?

Referencias
http://www.iflscience.com/plants-and-animals/dark-side-coffee-unequal-social-and-environmental-exchange