martes, 29 de enero de 2013

"Sanadores y médicos deberíamos colaborar"


La Contra
La Vanguardia
Ima Sanchís
26 de enero de 2013


Francisco Barnosell, doctor en Medicina, investiga técnicas de curación de sanadores.

 61 años, barcelonés, dos hijos. ¿Política? La que prioriza la verdad. Colaboro con diversas clínicas en el diagnóstico de enfermedades neurológicas. He llegado a la conclusión de que somos energía en continuo cambio y hay que aprender a modularla para evitar las enfermedades.
  
"Sanadores y médicos deberíamos colaborar"
Foto: David Airob

El hijo de la portera tenía cáncer de mediastino. El pronóstico eran seis meses de vida.

Sí que empezamos bien.
Al cabo de un año estaba estupendo (vivió siete años más). Me dijo que lo había curado un chamán. Le pedí su historial, se trataba de una curación sin explicación médica. Me chocó tanto, que me puse a investigar como un loco.


Eso le honra.
Llevo toda la vida inmerso en el mundo de la medicina, acumulo más de cuarenta años de experiencia, y en ese mundo de las sanaciones he visto cosas inimaginables, pacientes que mejoraban o se curaban con métodos tan raros que no sabía ni que existían.


Se ha relacionado con médiums, sanadores, chamanes...
Sí, y geobiólogos, radioestésicos, brujos y personajes inclasificables.


Entramos en terrenos resbaladizos.
Hay que investigar, no menospreciar a nadie porque consideremos que no está tan bien preparado como un médico con sus títulos y másters. No digo que nos pasemos al otro lado, sino que tratemos de sacar provecho de ambas medicinas.


Cuénteme sus experiencias.
Las he vivido y he recopilado durante nueve años. Chamanes y sanadores me han permitido estar a su lado mientras trabajaban. Yo mismo he sido conejillo de Indias en varias ocasiones: me tumbé en la mesa de operaciones del sanador filipino Álex (70) y grabé cómo me operaba con las manos de una hernia discal.


Tiene usted valor.
Introdujo las manos en mi cuerpo y sacó un coágulo rojizo. Lo increíble es que un tiempo después me operaron en España de otra vértebra (también lo filmé), y lo que me extrajo el traumatólogo era exactamente igual a lo que me había sacado el chamán. Todo está colgado en internet.


Son cosas difíciles de explicar.
Como médico, para mí lo más incomprensible son las sanaciones a distancia: éramos unas quince personas meditando y enviando energía a otra en coma por un ictus cerebral y que estaba a 10.000 km. Salió del coma durante la sanación. Lo viví también, en varias ocasiones, estando junto al paciente.


¿En qué otros campos ha investigado?
En las vibraciones y sus frecuencias, en la sanación con piedras, que funciona muy bien con enfermedades psicosomáticas porque rescinde los bloqueos emocionales.


¿Cómo se lo explica?
Somos energía que se transmite por química. Cuando una emoción transita de forma anómala en un paciente puede originar un bloqueo que si se enquista puede ser el origen de una enfermedad, una inflamación, un quiste o incluso una tumoración.


Me sorprende usted, doctor.
Tener en cuenta los chacras, los meridianos, los puntos energéticos del cuerpo, el influjo de los campos energéticos y los electromagnéticos; tener en cuenta todas esas cosas que la medicina convencional no considera puede abrir un camino para entender los mecanismos que nos enferman. Nuestra medicina sólo considera el final: el tumor, pero no el recorrido.


Antes de investigarlos, ¿ya creía en estos temas?
En absoluto, pero tengo documentados más de treinta casos de sanaciones de cánceres a desahuciados por la medicina.


¿Cuál fue su experiencia con médiums?
La más espectacular la viví en mi consulta cuando una paciente nada más verme se puso a llorar: "Acabo de ver que tendrá usted un accidente muy grave; y poco después su hijo, pero no será grave". Al cabo de una semana un accidente de moto me dejó en coma, y quince días después lo tuvo mi hijo.


¿Autosugestión?
Los médiums (y he encontrado de todo tipo: gente increíble, charlatanes y mangantes) tienen capacidad para acceder a los archivos akásicos, donde se supone que está toda la información de la humanidad.


¿...?
Después de experiencias como esa no vuelves a ser el mismo. Hoy creo que el sentido de la existencia es experimentar, e incluso considero la posibilidad de la reencarnación para ir acumulando esa experiencia. Hay miles de casos documentados por médicos de pacientes que han muerto y han revivido, y han contado lo que ocurre en ese trance.


¿Qué le dicen sus colegas?
En las clínicas donde colaboro he dado conferencias ante sus gerentes y mis colegas, y he invitado a personajes como el geobiólogo Jean-Jacques para que les hiciera demostraciones.


¿Y?
A veces no sabemos qué tienen los pacientes. Jean-Jacques, con su antena de Lecher, nos decía dónde mirar. Hacíamos el análisis, la resonancia o la ecografía en ese punto y encontrábamos una patología escondida.


¿Cuáles son sus conclusiones?
Espero que a medida que pase el tiempo muchas de las cosas que he podido investigar no se vean tan anómalas, y sanadores y médicos podamos llegar a colaborar, hacer una simbiosis entre las distintas medicinas.


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En carne propia 

Hace nueve años, a este médico, hijo de médico, especializado en una técnica de diagnóstico neuromuscular (la electromiografía), se le ocurrió preguntarse por qué algunos pacientes desahuciados por la medicina convencional se curan con medicinas alternativas, y decidió investigarlo. Viajó por medio mundo al encuentro de chamanes, médiums y sanadores de todo tipo, trabajó con ellos e incluso se trató con ellos, y fue volcando sus experiencias en un blog con el seudónimo Paco Lacueva que en menos de un año tenía 100.000 visitas y en la actualidad, más de 500.000. De ahí nació Entre dos aguas (Luciérnaga). "Es posible combinar esas medicinas sin que se excluyan".

domingo, 27 de enero de 2013

por tu amor me duele el aire



 Interepreta la cantautora colombiana Marta Gómez a Federico García Lorca, acompañada por el también cantautor y guitarrista español Javier Rubial.


¡Ay, qué trabajo
me cuesta quererte como te quiero!


Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.


¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?


La mar no tiene naranjas
ni Sevilla tiene amor.
Morena, qué luz de fuego.
Préstame tu quitasol.


Me pondrá la cara verde,
zumo de lima y limón
tus palabras, pececillos,
nadarán alrededor.

sábado, 26 de enero de 2013

conjunción de antenas...



 

Con este conjunto de antenas que se miran cara a cara... con ese plato redondo que le pide señal a esos hierros de lo alto de la montaña y que a su vez le da señal a un router, tenemos nueva conexión a internet, incluso el tal router se apellida wi-fi... Así pues, rompimos con la era COMCEL, que de hecho ya no existe, pues desapareció para darle paso a una tal claro... y que a la hora de la verdad, siguen siendo la misma cosa...

La instalación la realizó Omar Sandoval de Hatiom Comunicaciones de Barichara.

lunes, 21 de enero de 2013

Quiero ser barista


El País
Pablo León
21 de enero de 2012

Expertos en café, producto invitado en Madrid Fusión, debaten cada tarde sobre este nuevo ingrediente de alta cocina, que está a punto de vivir su tercera gran renovación.


Café en la alta cocina: Josean Alija (una estrella Michelin) ha creado un caldo de hongos entre cuyos ingredientes aparece el café verde
Un café te lo puedes tomar en cualquier bar. Pero no cualquier sitio tiene un buen café. “Es un producto que se maltrata mucho”, comenta José Carlos Capel, presidente de Madrid Fusión. Quizá por eso el café, el cuidado, el aromático y con matices, es el producto invitado en esta edición del congreso gastronómico. Desde la distancia, se reconoce la esquina del recinto ferial dedicada a la cafeína; huele. Ahí están concentrados los siete baristas seducidos por la feria. “Un barista es una persona que ama el café y que lo valora”, dice Jorge Verástegui, representante de Baqué Café, marca perteneciente al Basque Culinary Center.

 La máquina de Toma Café, en el barrio madrileño de Malasaña./ Santi Burgos
Cappuccino, espresso o arábica son algunos de los conceptos con los que informa a los que se acercan en busca de un cortado. “El barista es el equivalente a un somelier del café. Tienen conocimiento del origen, del tueste y de la manera de prepararlo”, explica Santiago Rigoni, de la casa madrileña Toma Café. El consumidor de café no siempre está bien informado para valorar su calidad, por lo menos en España. “Es nuestra obligación explicar y formar a los consumidores; contarle por qué ese café es diferente al de cualquier esquina. Lo bueno es que la fidelización es inmediata: en cuanto lo pruebas, lo evalúas”, añade Rigoni.

Una de las bebidas más consumidas en el mundo, cuya industria solo es superada por la del petróleo, va a vivir su tercera revolución. Con la distribución masiva empieza a aparecer café en cualquier lugar. Así nacieron, en los años cuarenta del siglo pasado, las cafeterías. El segundo advenimiento fue protagonizado por frapuccinos y especialidades; el imperio Starbucks. Ahora vivimos la tercera, que comenzó en los noventa en Seattle: la revolución de los baristas. “En un año esto estalla”, apunta Marcos Bartolomé, de Satan´s Coffee Corner en Barcelona.

Hasta ahora, tostadores y empresas productoras han sido los encargados de crear una cultura en torno al grano. “Es algo parecido a los vinos. Hay que enseñar al consumidor que hay múltiples variedades, sabores dispares y un abanico de calidades”, añade Verástegui. El reto pasa por seducir a hosteleros a través de la presión del cliente. Aunque en nuestra escala de valores sensitivos, el olfato representa el 80% de nuestra información, no lo valoramos lo suficiente.



Un café servido en Madrid Fusión 2013. / P. L.
En esta edición de Madrid Fusión comienza a cambiar esa imagen. Al ser el producto invitado, todas las tardes habrá debates sobre la infusión que no se reduce a su utilización matutina o como revitalizante de sobremesa; también puede ser un ingrediente de alta cocina. Josean Alija, con una estrella Michelin, ha creado, patrocinado por la italiana IllyCafe, un caldo de hongos entre cuyos ingredientes aparece el café verde. El martes 22 de enero contará toda esta experiencia durante la ponencia La esencia del café: investigación y aplicaciones gastronómicas.

“Quiero un café cargado, que me haga crecer el pelo de nuevo”, exclama un hombre en uno de los stands. A pesar del retraso español en la cultura cafetera, los productores se muestran confiados. “Esto no es una moda; es la reivindicación de un producto de calidad”, asevera Ricardo Oteros, director general de Supracafe. “De éxito no va a morir. Está emergiendo, no podemos pensar en su muerte”.

martes, 15 de enero de 2013

Vida


J. William Pearl
El Espectador
14 de enero de 2013

Se debería nacer con dinero y morir pobre, pues cuando se es viejo este de poco sirve, ya las ganas de hacer las cosas no están, el ánimo tampoco y es muy poco lo que se puede hacer.

Un año más de vida y uno menos que vivir. Así es la vida, el tiempo pasa y es imperceptible, es como si cada vez fuera más aprisa, pero dura lo mismo, lo que sucede es que lo sentimos mucho más rápido.

Cuando se es niño, la percepción del tiempo es diferente, éste transcurre más lentamente; un año parece una eternidad y las preocupaciones no existen. El tiempo se pasa muchas veces con los amigos, la máxima responsabilidad para muchos es educarse, es decir las cuentas no llegan, la comida está ahí servida, el juego es parte de la vida y se siente como si el tiempo nunca se fuera a acabar. La vida del colegio, la universidad y los treintas son etapas en las cuales el sentimiento que se vive, equivale a sentirse dueño del mundo.

El tiempo pasa, y cada vez somos más viejos, con algo más de experiencia, más sabiduría y menos gastos. Se pagan las cuentas médicas, se compran los remedios, y se cubren los gastos básicos. Pero para disfrutar de los amigos, con una simple caminata, un café, una llamada telefónica, no necesitamos tanto dinero. Como es de rara la vida, las personas buscamos acumular y ganar más dinero cuando en realidad, no necesitamos tanto para disfrutar de las cosas que verdaderamente valen la pena. La cultura en que nacimos se basa en eso, en acumular cada vez más. Así crecimos y gústenos o no, algunos ahorramos para comprar la casa, pagar el carro, y cubrir los gastos de los servicios y demás, y tratar de ahorrar el remanente (si lo hay). 

Cuando ya hemos acumulado lo suficiente, viene el retiro y muchas veces ya es muy tarde, pues no tenemos la salud ni la energía para disfrutar como quisiéramos. Es cuando caemos en cuenta, de que de nada sirve tanta acumulación.

Se debería nacer con dinero y morir pobre, pues cuando se es viejo este de poco sirve, ya las ganas de hacer las cosas no están, el ánimo tampoco y es muy poco lo que se puede hacer. Cuando se está cerca de la hora final, poco importa si se tiene mucho en el banco. Queda solamente la familia y unos cuantos amigos con quienes nos vemos. Al ser la vida finita, cada vez las personas se van quedando más solas. Así es la vida, son muy pocos quienes mueren trabajando. En lo personal, cuando escuchaba decir a alguien que se quería morir joven, pensaba que estaba loco quien manifestaba ese deseo. Con el paso del tiempo, debo decir que los entiendo cada vez más. La muerte puede durar muy poco si llega de repente, pero otra cosa es padecer una penosa y larga enfermedad.

El año se acabó, así como la vida se acabará algún día; mientras eso sucede, no queda más remedio que vivir de la mejor manera la vida. La cual, a unos sonríe y a otros no tanto. Como bien dice el dicho, lo único seguro en la vida son la muerte y los impuestos.
 

domingo, 13 de enero de 2013

El futuro del Parque Tayrona


Editorial El Espectador
12 de enero de 2013

De nuevo el Tayrona se encuentra bajo el ojo de la opinión pública. Los debates alrededor de este importante parque nacional natural —una figura que, a veces, parecen soslayar los que allí quieren construir— resurgen de tanto en tanto, demostrándonos que sobre ese lugar se extienden y contraponen intereses muy fuertes. 

Así se verá el proyecto ecoturístico Reserva Los Ciruelos, que comprende 44 hectáreas.  / Cortesía
Así se verá el proyecto ecoturístico Reserva Los Ciruelos, que comprende 44 hectáreas. / Cortesía  
Dos, en particular: los que quieren proyectos turísticos amables con el medio ambiente y los que creen que esto es una afrenta contra un territorio ancestral y constitucionalmente protegido.

La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) revivió el pasado 27 de diciembre —curiosa fecha, cuando la atención descansa— la posibilidad de que se adelanten trabajos ecoturísticos, como bien se sabe, sobre lo que queda del valiosísimo bosque seco tropical que por ahora sigue siendo patrimonio público. El proyecto, llamado Reserva Los Ciruelos y ubicado en la ribera oriental de Bahía Concha, había sido suspendido porque la ANLA impuso una medida preventiva debido a irregularidades encontradas en la perforación de dos pozos de aguas subterráneas. La empresa Reserva Los Ciruelos, S.A.S., cumplió con su parte y ahora exige el aval para actuar libremente.

Pese a que todo parece haberse hecho dentro de la ley, las suspicacias afloran. En primera medida, porque no se puede entender la desarticulación institucional tan grande que ha habido en torno al Tayrona. No se sabe, a ciencia cierta, qué es lo que quiere hacer el Estado con este territorio. Y eso es injustificable a estas alturas del partido. El Ministerio del Interior emitió un concepto en 2009, la resolución 0631, mediante la cual se le otorgó la licencia ambiental al proyecto (¿qué hace el ministerio de este ramo, de buenas a primeras, concediendo cosas de este estilo?) y dijo sin ambages que en el territorio catalogado como sagrado “no habitaban nativos dentro del área a intervenir”. Increíble. Una cosa distinta opina hoy el ministro de Medio Ambiente, Juan Gabriel Uribe, quien le ha pedido a la directora de Parques Nacionales que emita un concepto jurídico vinculante, dirigido a la ANLA, en el que puedan explicarse y demostrarse las objeciones para una posible revocatoria de la licencia otorgada.

Por ahora parece haberse corregido el camino. La Corte Constitucional emitió un concepto que blinda de toda legitimidad la petición del ministro Uribe. En medio de la presión ciudadana, además, el presidente Juan Manuel Santos afirmó en Twitter que “el bosque seco no se puede afectar”, dejando en el aire las aspiraciones de la empresa que pretende construir 12 ecocabañas y que, hasta hace poco y por un mero requisito, tenía el aval del Estado. La disculpa ahora para esta absurda contradicción institucional es que la licencia del proyecto se otorgó durante el gobierno anterior, lo cual solamente demuestra la visión tan miope y parcial que se ha tenido frente al Tayrona y su futuro. Al vaivén de los intereses se van tomando decisiones puntuales que dependen de todo menos de lo que obliga en un parque natural nacional.

El futuro del Tayrona, pues, no es un asunto que pueda seguir siendo visto por partes, según lo que pidan los constructores privados en cualquier momento, como si un todo vulnerable, público y nacional no estuviera en juego. Hoy es este proyecto, mañana el de Six Senses, que está avanzando. Y el debate no puede quedarse en si es viable hacer o no turismo ambiental, que esta empresa bien puede saber hacerlo y Six Senses ciertamente lo sabe hacer. El debate real está en la propiedad del parque. Lo que realmente está en juego es la Constitución Política, el Convenio de Diversidad Biológica y la certeza de que el uso público se puede hacer por medio de visitas controladas. Este lugar sagrado es de una naturaleza única: es inembargable, inalienable e imprescriptible. Mucho más allá de sus indígenas y su biodiversidad. Esto es algo que, insistimos, muchos parecen desconocer.


viernes, 11 de enero de 2013

Santurbán, ¿razones para celebrar?


Editorial El Espectador
10 de enero de 2013

El día martes de esta semana fue declarado, por fin, el Parque Natural Regional Páramo de Santurbán.


La declaración, anunciada por el ministro del Medio Ambiente, Juan Gabriel Uribe, y la directora del Instituto Alexander von Humboldt, Brigitte LG Baptiste, implica que 11.700 hectáreas de ese territorio constituirán, de hoy en adelante, un área ambiental protegida. La noticia supone una sorpresa adicional, debido a que lo que pedía el Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CMDB) era un área de 10.890 hectáreas. Terminó siendo mucho más, enhorabuena, lo que la declaratoria protege. Un proceso que se demoró poco más de dos años llegó a su fin. Con todo y lo difícil que resulta, por estos días, defender el buen curso del medio ambiente ante las presiones del gran capital.

Se trata de un triunfo singular, sin duda, ya que la protección le ganó esta vez al progreso económico que supone la minería, gracias en buena medida a una fiscalización ciudadana admirable. La dicotomía entre estas dos realidades se abrió en Colombia desde hace relativamente poco y la forma correcta de solucionar este antagonismo es poner a la locomotora sobre un buen par de rieles. Construyendo una barrera impenetrable que no le permita a la minería arrasar con la biodiversidad colombiana. Los rieles, esta vez, impiden que en aras del progreso se pase por encima de la riqueza ecológica de este importante páramo. Es decir, en estas hectáreas será imposible adelantar actividades de explotación y exploración, lo cual preservará el medio ambiente y las fuentes de agua, que son vitales para las comunidades aledañas, así como los bosques y toda la fauna y flora endémicas.

Es una noticia positiva, pero ¿hay razones suficientes para cantar una victoria definitiva? La verdad es que no, por tratarse apenas de un primer paso. Aún queda mucho camino por recorrer. El trabajo de los ambientalistas y las preguntas pertinentes al Gobierno deben empezar a darse hoy mismo. Primero, hay que blindar a la CDMB en las labores de vigilancia y control para los municipios de Vetas, Suratá, California, Matanza y Tona frente a la minería ilegal en la zona. Pero no sólo la ilegal. El Ministerio debe ser inequívoco a la hora de nombrar y excluir los títulos mineros vigentes. ¿Cuáles serán, por ejemplo, las zonas excluidas de la explotación? ¿Cuál será el oro que no podrá sacarse? ¿En qué zonas aledañas no podrán hacerse actividades de explotación minera, por comprometer al páramo y los servicios ambientales que ofrece el ecosistema entero?

Es urgente hacer mucho más específico este mandato, para que en las zonas aledañas al parque natural no haya la más mínima sombra de duda de si se puede o no seguir haciendo minería y, en donde sí, de qué manera. En una declaratoria como esta no se puede tomar al extremo la literalidad de las 11.700 hectáreas. Este es un estimado. Sería absurdo que el límite quedara definido de una forma tan abstracta, faltando, por ejemplo, la altura al nivel del mar a partir de la cual se empieza a contar la línea del páramo. “La estandarización y el protocolo es lo que vamos a trabajar en estos primeros días”, dice el ministro Uribe. Deberá hacerlo a toda marcha para que la realidad no lo arrolle.

La protección del medio ambiente es una cuestión de tacto. De detalles. De no dejar nada sujeto al azar. La protección debe darse como prevención. Esperar la precisión del Gobierno es lo más conveniente en estos momentos. Hay razones para celebrar, ha sido un paso muy importante, pero la batalla por la defensa de esta importante fuente hídrica, forestal y de biodiversidad tiene que continuar, porque todo puede terminar en un acto de buena voluntad y no mucho más.

jueves, 10 de enero de 2013

Baile en torno a la muerte


Por: Umberto Eco
El Espectador
5 de enero de 2013

Magazine Littéraire, una revista mensual francesa, consagró su número de octubre a un solo tema: cómo trata la literatura el tópico de la muerte. La leí con interés, pero a fin de cuentas resulté decepcionado. Algunos de los artículos quizá hayan tocado ideas con las que todavía no estaba familiarizado, pero al final simplemente reiteraban un argumento bien conocido: que, además de abordar la idea del amor, la literatura siempre ha manejado el concepto de la muerte. Los artículos señalaban la presencia de la muerte tanto en la narrativa del siglo pasado como en la literatura gótica prerromántica, pero también hubieran podido mencionar la mitología griega —quizá la muerte de Héctor y el duelo de Andrómaca— o los sufrimientos de los mártires en muchos textos medievales. Por no hablar del hecho de que la historia de la filosofía empieza con la premisa del más fundamental de los silogismos: “Todos los hombres son mortales”.


Quizá el problema esté arraigado en el hecho de que ahora se leen menos libros que en generaciones pasadas. Pero, sea cual fuere la causa, hemos perdido la capacidad de aceptar la muerte. La religión, la mitología y los rituales antiguos hacían a la muerte, si no menos temible, al menos sí más familiar para nosotros. A través de las celebraciones fúnebres, los gemidos de los dolientes y la gran misa de réquiem nos íbamos acostumbrando a la muerte. Nos preparaban para ella con sermones sobre el infierno e incluso de niño me alentaban a leer porciones del Compañero de la juventud, que abordaba el tema de la muerte.

Ese texto, un manual de oraciones editado por el sacerdote del siglo XIX, Don Bosco, era un recordatorio de que no sabíamos dónde ni cómo iba a venir la muerte por nosotros: en nuestra cama, en el trabajo, en la calle, con un aneurisma roto, una fiebre, un terremoto o algo por completo diferente. En ese momento sentiremos que se nos nubla la cabeza, nos dolerán los ojos, tendremos la lengua reseca, la mandíbula caída, el pecho pesado, la sangre congelada, la carne consumida, el corazón atravesado. De ahí la necesidad de practicar lo que Don Bosco llamaba el ejercicio para una muerte feliz

“Cuando los pies inmóviles me digan que está por cesar mi carrera en esta vida ... Cuando las manos, temblorosas y embotadas ya no puedan aferrarse a ti, oh, mi buen Crucifijo, y a pesar de mí mismo te deje caer en el lecho de mi agonía ... Cuando tenga la vista turbia y consternada por el horror de la muerte inminente ... Cuando las pálidas y cenicientas mejillas causen compasión y terror a los espectadores, y el pelo, húmedo y erizado con el sudor de la muerte, anuncie la proximidad de mi fin ... Cuando la imaginación, agitada por los horrendos y terribles fantasmas, se hunda en desdichas mortales ... Cuando haya perdido el uso de todos los sentidos ... Jesús misericordioso, apiádate de mí”.

Esto es sadismo puro, podríamos decir. Pero, ¿qué les enseñamos a nuestros contemporáneos hoy en día? Que la muerte ocurre lejos de nosotros en los hospitales, que los dolientes no tienen necesariamente que acompañar al ataúd al cementerio, que ya no vemos a la muerte. O, más bien, que la vemos continuamente: personas golpeadas, baleadas o despedazadas en explosiones; hundidas en el fondo del río con los pies envueltos en concreto; tiradas sin vida en la acera, con la cabeza rodando en la cuneta. Pero esos no son ni prójimos ni queridos: son actores.

La muerte es un espectáculo; por supuesto en el cine y la televisión, pero también en la vida real. Devoramos las noticias de los medios sobre la muchacha que fue violada y asesinada, o sobre las víctimas de un asesino serial. No vemos los cuerpos torturados, pues eso nos recordaría a la muerte en sí. Más bien vemos a los amigos llorosos que llevan flores a la escena del crimen u organizan una vigilia a la luz de las velas. O, mucho más sádico, vemos a los reporteros que tocan a la puerta de una madre en duelo para preguntarle qué sintió al enterarse del asesinato de su hija. La muerte en sí se muestra sólo de manera indirecta, a través del dolor de los amigos y los padres, lo que nos afecta menos visceralmente.

La muerte ha desaparecido en gran medida de nuestro horizonte de experiencia inmediato. El resultado es que habrá más gente aterrada cuando llegue el momento de enfrentarse al evento que ha sido nuestro destino desde el nacimiento. Un destino que los hombres sabios dedican toda su vida a aceptar.


miércoles, 9 de enero de 2013

'El sector cafetero debe ser competitivo'


El Espectador
Por: Redacción Negocios

8 de enero de 2013

En el país se cosechan 8,3 sacos de 60 kilos por hectárea.El presidente de Asoexport, Carlos Rojas, dijo que sin importar cuál sea la tasa de cambio, los cafeteros deben ser más productivos.


Muchos exportadores cafeteros se han cubierto de la revaluación con opciones en el mercado financiero.  / Óscar Pérez
Muchos exportadores cafeteros se han cubierto de la revaluación con opciones en el mercado financiero. / Óscar Pérez


La caída en los precios internacionales del café puso de relieve la problemática del sector cafetero en el país, que no sólo tiene que ver con la tasa de cambio, sino también con la baja productividad y competitividad del gremio.

De acuerdo con Carlos Ignacio Rojas, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Asoexport), es un hecho que los caficultores deben convivir y que no se puede manejar la tasa de cambio, por eso se debe pensar en otro tipo de soluciones que mitiguen los impactos de los bajos precios internacionales del café.

“Tenemos que ser conscientes de que no podemos manejar la tasa de cambio; nos toca convivir con ella. Por eso el esfuerzo debe estar dirigido a que, sin importar cuál sea su nivel, debemos ser competitivos”.

Explicó que se deben lograr ahorros en otros eslabones de la cadena, por ejemplo en el transporte, en donde, si en Colombia se tuviera una mejor infraestructura, se podría ahorrar hasta un 20% en costos.

Agregó que muchos exportadores, de manera individual, han tomado mecanismos diferentes para tratar de protegerse de la revaluación, como opciones en el mercado financiero, el mercado de futuros, y de opciones del café en el exterior, las derivadas de la tasa de cambio, pero señaló que hay otras cosas que se pueden hacer, como la reducción de los costos de transporte, gastar menos tiempo en puertos, mejorar la productividad en campo, entre otras.

Mejorar la productividad en campo debería ser un ejercicio constante. En Colombia estamos mal en términos de productividad. Son 8,3 sacos de 60 kilos por hectárea y hay países que fácilmente nos doblan”, dijo Rojas.

De acuerdo con los análisis del gremio y la renovación de cafetales, se espera que en 2013 se logre un récord importante de producción y que se noten los efectos positivos de las medidas del Gobierno y de la Federación de Cafeteros.

Ello impactaría de manera positiva las exportaciones del grano, que han bajado de manera proporcional a la producción. A noviembre de 2012 la producción de café bajó 3% y las exportaciones un 7%.


martes, 8 de enero de 2013

Fedecafé espera 10 millones de sacos tras baja en 2012


El Tiempo

Producción de café, en su nivel más bajo en 36 años
La mayor parte de lo que se produjo el año anterior, el 92,7 por ciento, fue para exportación.

Colombia registró en 2012 menor cosecha de café en más de tres décadas. Habría repunte.

El repunte de la producción cafetera que viene desde mitad del 2012 y que tuvo su pico en diciembre pasado -cuando se llegó a 904.000 sacos- no alcanzó para que el país cumpliera la meta anual de 8 millones de sacos. (Lea: La menor cosecha de café en más de tres décadas).

Según la Federación de Cafeteros, el consolidado del año fue de 7,7 millones de sacos en un país que tiene disponibilidad de 900.000 hectáreas cultivadas y 550.000 cultivadores del grano.

Se trata de la mayor caída en los últimos 36 años y el cuarto año consecutivo en el que se incumple la meta de producción, luego de épocas en que se sobrepasaban los 12 millones de sacos.

La Federación explicó que las fuertes lluvias de finales del 2011 y la aplicación del programa de renovación de este cultivo, que aún no deja ver sus frutos, son las causantes del declive. Dicho programa, en el que se tienen cifradas las expectativas de incremento de la producción de los próximos años, ha hecho que cerca de 300.000 hectáreas estén por fuera de producción. Unas 110.000 se renovaron en el 2012, es decir, que requerirán un par de años para empezar a producir.

El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, señaló este fin de semana que espera que la producción del grano repunte, porque se necesita "con apremio" y recordó que el Gobierno ha hecho esfuerzos para ayudar la producción.

Casi todo se exporta

El 92,7 por ciento del café producido el año pasado se exportó. Esa cifra también se contrajo, teniendo en cuenta que fue de 7,2 millones de sacos, 7 por ciento menos de lo que se vendió al exterior en el 2011, cuando las ventas fueron de 7,7 millones.

Pese a este panorama, el gerente de la Federación , Luis Genaro Muñoz, aspira a que el país llegue a superar la producción de 10 millones de sacos este año.

A nivel mundial, la Organización Internacional del Café (OIC) también espera una mayor cosecha en los países exportadores. Sin embargo, el organismo advierte que la gran amenaza seguirá siendo la adversidad de las condiciones meteorológicas, lo que puede afectar la calidad de los cultivos.

Cultivos renovados son la esperanza en el 2013

El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, dijo el viernes que "apuesta su barba" por una producción de 10 millones de sacos de café este año. Para cumplir su objetivo tiene un elemento a su favor: 500.000 hectáreas de café renovadas para que sean resistentes a la roya y a los embates climáticos.

Sin embargo, no podrá controlar otros factores que podrían llevarlo directo a la barbería: la revaluación del peso colombiano frente al dólar estadounidense, los precios internacionales del grano y el clima en las zonas de cultivo.

Pese a lo anterior, el optimismo de Muñoz es evidente y le apuesta todo a las áreas renovadas: "En la actualidad, gracias al esfuerzo realizado por los cafeteros a través de la renovación, las condiciones de tecnificación de la caficultura son las mejores de los últimos años", dijo el dirigente gremial.

Mientras estas áreas empiezan a producir, otras 100.000 hectáreas estarán 'de salida' para ser renovadas con variedades resistentes, "preparadas para enfrentar la variabilidad climática", dice Muñoz.

Según el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (Noaa), la probabilidad de que se presente un fenómeno del Niño es muy baja, de entre el 21 por ciento (hoy) al 32, en septiembre; la Niña también muestra una tendencia del 8 al 18 por ciento en los mismo periodos.

Otro aspecto que está fuera de alcance es el precio del grano en el mercado mundial, un negocio que está en manos de los especuladores que toman o liquidan contratos de café, haciendo subir o bajar el precio sin medir sus consecuencias.

Más de 100.000 caficultores beneficiados

El 31 de enero se vence el Apoyo al Ingreso del Caficultor (AIC), que otorgó el Gobierno como alivio al mal momento de precios que atraviesan los productores, con una ejecución de más del 70 por ciento del presupuesto asignado.

Tras 10 semanas de operación del programa, se han entregado 56.110 millones de pesos, cuando el estimado es de 80.000 millones de pesos.

Hasta el viernes, el reporte de la Federación Nacional de Cafeteros indicaba que 121.407 caficultores de 20 departamentos cafeteros del país se han beneficiado.

A la fecha ya se han tramitado 384.122 facturas de venta, por el equivalente a más de 917.000 cargas de 125 kilos de café pergamino, que equivalen a los 56.110 millones de pesos que reporta el gremio.

Cada productor recibe 60.000 pesos adicionales por carga de 125 kilos de café, como compensación a las bajas cotizaciones internacionales y a la revaluación del peso colombiano, dos variables que han afectado el precio interno del grano, siempre y cuando el valor de la carga no supere los 650.000 pesos. Sin embargo, el precio interno ha caído al ritmo de la revaluación y el mismo precio de la cotización internacional ha descendido.

El viernes, el precio de compra al caficultor en ciudades como Ibagué, Manizales y Pereira estaba un poco por encima de los 518.125 pesos, señal para mostrar que los productores hacen uso del AIC.

El dólar y la crisis
Cotización del grano, a la baja
Desde el 28 de noviembre, el precio del dólar ha registrado una nueva ola de bajas.

En esa misma fecha la divisa estaba a 1.823 y hoy está en 1.767,54 pesos.

La cotización internacional del grano también ha bajado en ese periodo: de 1,70 a 1,65 dólares el valor de la libra.

La meta de las autoridades cafeteras es fortalecer los cafetales que sufrieron por la roya en la anterior ola invernal, con el fin de que recuperen la producción.

 

lunes, 7 de enero de 2013

Cosecha de café colombiano cayó 1% en 2012


El Espectador
6 de enero de 2012

La producción cafetera fue de 7,7 millones de sacos.

Mejora producción de café
Los cafeteros esperan que crezca la producción este año.


Colombia cerró 2012 con una producción cafetera de 7,7 millones de sacos de 60 kilos, alrededor de un 1% menos que en 2011 (7,8 millones), informó la Federación Nacional de Cafeteros (Federacafé).

Por su parte, las exportaciones de café de Colombia también cayeron 7% al cerrar 2012 en 7,2 millones de sacos frente a los 7,7 millones de 2011, informó el sábado Fedecafé.

La menor producción de grano fue originada por "las lluvias y el exceso de humedad observado en las regiones cafeteras a finales del 2011", que impactaron la producción del primer semestre de 2012, señaló el organismo.

El pasado diciembre, en cambio, concluyó con una producción de 904.000 sacos -un 23% más que en el mismo mes de 2011- como consecuencia "de la mayor productividad obtenida por los cafetales que fueron renovados hace más de dos años y que ya están dando sus primeras cosechas", destacó Federacafé.

Para 2013, la federación pronosticó un mayor crecimiento que podría derivar en la producción de "10 millones de sacos", con lo que Colombia "retornará a sus niveles históricos".

"Si uno recorre Colombia encuentra que más del 50% de las plantaciones están jóvenes, resistentes y tecnificadas. Eso, sumado a un clima favorable, sin duda alguna permite prever un aumento de la productividad", argumentó Luis Genaro Muñoz, gerente de Federacafé, que reúne a los 550.000 cultivadores del grano en el país andino.

El volumen de producción cafetera de Colombia en 2011 ya había representado una reducción de 12% frente al registrado en 2010, cuando alcanzó 8,9 millones de sacos, según datos oficiales.


sábado, 5 de enero de 2013

La quietud en el movimiento


Por: Diana Castro Benetti
El Espectador
4 de enero de 2012

De la quietud al movimiento hay sólo un detalle: el giro de una mano, un parpadeo, el primer respiro, un pie que avanza. Entre lo uno y lo otro se va desenvolviendo el hilo de los mundos que habitamos: trotar, cocinar, querer, abrazar, reír, llorar, trabajar, gastar, correr y dónde parar suele ser una circunstancia impuesta por el destino. A veces, dramática.

La vida está hecha para el movimiento. Actividades que ocurren sin que sea imaginable frenar su prisa. Deseos valientes que persiguen el futuro; sentimientos que nacen para dar pistas de lo ilógico o lo real; iras, lloriqueos y ansiedades que van transitando sin pausa y en la vía de una ruleta perpetua; ideas poco precisas que giran alrededor del vaivén de los contextos o de los miedos. Todo movimiento es ícono y parar el tiempo es visto como el estancamiento, un mal negocio o de pésimo gusto.

Y aunque somos el movimiento constante, ni lo percibimos. Sólo vamos sacudiéndonos al primer ritmo aprendido, sin sospechar otras cadencias que puedan anunciar una inmovilidad particular. Vamos viviendo sin darnos cuenta de que somos seres de absurdos, fascinados entre la quietud y el movimiento. En cada amanecer se cuela el reposo en la espera de un café y el movimiento en la sonrisa o se filtra la quietud en la alegría y el movimiento entre cada duda. No existe lo uno sin lo otro: es la vida, la filosofía, el Tao y lo obvio.

Pero una cosa es frenar la actividad y otra muy distinta abrazar la quietud. Moverse manteniendo intacta la quietud suele ser sabiduría que pocos alcanzan. Requiere de un alto, de una pausa consciente, de la lentitud, de la suavidad, de la firme decisión, de amar los detalles y de entregarle al olvido la impaciencia. Requiere de atrevimiento para ir hacia lo insondable y de astucia para medir la distancia entre lo que se mueve y lo que no. Encontrar la quietud en cada movimiento es saberse en el centro, en casa, en el infinito, en lo sagrado y en la gota que somos como una mediación entre lo invisible y lo lleno. Es la comprensión de esa quietud que no tiene tiempo, eterna, fugaz y que se parece al silencio o a la inmortalidad. Aunque se diga insignificante, todos los días sirve descubrir la quietud en el movimiento, ésa que se anhela en los suspiros o la que el amor desviste. Sí, sólo por esto, porque abre el cielo.