domingo, 29 de marzo de 2015

OMS declara cinco pesticidas como cancerígenos


El Espectador
20 de marzo de 2015
Agencia EFE

Están relacionados con la aparición de linfoma no-Hodgkin y cáncer de pulmón. 


Aviones fumigando
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró cinco pesticidas como cancerígenos "posibles" o "probables".

En un comunicado, la IARC explicó que se ha publicado un sumario con las evaluaciones finales en la revista "The Lancet Oncology" en el que se detallan los hallazgos de los investigadores de la agencia.

El herbicida glifosato (sustancia activa del Roundup, uno de los herbicidas más vendidos) y los insecticidas diazinón y malatión han sido clasificados como "probablemente cancerígenos para los humanos".

Al mismo tiempo, los insecticidas tetraclorvinfos y paratión han sido designados como "posiblemente cancerígenos para el ser humano" por esta agencia, con sede en la ciudad francesa de Lyon.

Estos dos últimos productos entraron en el llamado Grupo 2B establecido por la IARC al hallarse "evidencias convincentes" de que esos agentes causaron cáncer a animales de laboratorio.

El tetraclorvinfos está prohibido en la Unión Europea, aunque en EEUU continúa usándose incluso en mascotas, y el uso de paratión está muy restringido desde los años 80 del pasado siglo.

El insecticida malatión, por su parte, ingresó en el Grupo 2A por las "evidencias limitadas" de que produciría linfoma no-Hodgkin y cáncer de próstata en humanos, según recogen estudios realizados en agricultores de Estados Unidos, Canadá y Suecia publicados desde 2001.

Este agente se usa en la agricultura y se produce en grandes cantidades en todo el mundo, aunque la exposición de la población es baja y sucede principalmente en residencias cercanas a áreas en las que se ha utilizado.

El diazinón es "probablemente cancerígeno" al haber "evidencia limitada" de su relación con la aparición de linfoma no-Hodgkin y cáncer de pulmón en quienes se han visto expuestos a él, según estudios realizados en EEUU y Canadá.

Existe una "fuerte evidencia" de que el diazinón indujo daños sobre el ADN o sobre los cromosomas.
Se ha utilizado normalmente en agricultura y para el control de insectos caseros y de jardín, aunque su volumen de producción es relativamente bajo, especialmente después de las restricciones que entraron en vigor en 2006 en EEUU y la UE.

Sobre el herbicida glifosato hay "evidencia limitada" de que puede producir linfoma no-Hodgkin en seres humanos, y hay pruebas "convincentes" de que puede causar cáncer en animales de laboratorio.
Este último tiene el mayor volumen de producción global de todos los herbicidas, y se utiliza sobre todo en la agricultura.

Su uso se ha disparado a partir del desarrollo de cosechas modificadas genéticamente para hacerlas precisamente resistentes al uso de este agente.

martes, 24 de marzo de 2015

Una camiseta hecha con café


El Espectador
24 de marzo de 2015
Edwin Bohórquez Aya

En Twitter: @EdwinBohorquezA

¿Se imagina usted una prenda que elimina olores, absorbe la humedad y repele los rayos ultravioleta? Eso fue lo que desarrollaron los cafeteros colombianos con una empresa taiwanesa. 

Una camiseta hecha con café
foto: Gustavo Torrijos - El Espectador
Paradójicamente todo comenzó en un Starbucks, el principal competidor de la marca Juan Valdez en Colombia. Allí, en Taipei, muy lejos de Colombia, mientras una pareja de emprendedores tomaba una taza de café, vieron que una señora de la zona le hacía una petición un tanto extraña a los empleados del local. Lo que buscaba no era una bebida caliente y fresca, eran los residuos que quedaban en las máquinas tras la preparación. 

Entonces la pareja indagó la causa, el por qué. La señora, con el conocimiento que tienen las abuelas sabias, les dijo: “el café absorbe olores y, además, la humedad. Yo lo llevo para mi casa, la pongo en el clóset, al lado de los zapatos”. Esa fue, sin querer, la puntada inicial de la prenda que, años más tarde y al otro lado del mundo, permitiría a investigadores colombianos desarrollar la primera camiseta hecha con residuos de café en el mundo.

La pareja, dueña de una compañía que elaboraba ropa deportiva, se llevó con inquietud la historia que les acababan de contar. Hablaron con su equipo de investigación y con un tanto de ‘borra’, como se le conoce al residuo del café una vez ha sido preparado, les pidieron que indagaran sobre las propiedades del grano y sus moléculas. Lo hicieron con atención y se toparon con una joya industrial sin igual. Y lo mejor de todo, que la podían combinar con un material que ya estaba en su línea de producción, el pet (plástico reciclado), que iba en la misma ruta ecológica que promulgaban en la compañía por su ADN ambiental.


A la borra, más conocida como ripio, se le hizo un trabajo especial en Colombia, en Chinchiná, Caldas. Se le sacó el aceite, el olor y el sabor a café, se le adicionó esa fibra de pet que trabajaba la firma taiwanesa y entonces obtuvieron un hilo de poliéster que pasa a ser el componente de la prenda. “Vimos que tenían la patente de elaborar esa fibra textil con la ‘borra’. Se interesaron en hacer el desarrollo pero con Café de Colombia, porque es una de las marcas más reconocidas del mundo y porque tiene muy buenos atributos.

Básicamente las propiedades que se le confieren a la molécula del café son tres: repele los rayos ultravioleta, absorbe la humedad y absorbe los olores. Con estos elementos conjugados se convierte en una combinación ideal para las camisetas que usan deportistas de alto desempeño”, cuenta Constanza Mejia, directora de la fábrica Buencafé Liofilizado de Colombia, de propiedad de los cafeteros del país y quien adelantó la investigación local.


Así conocieron a Sintex, la empresa de Taiwán que quería aliarse con los colombianos y gracias a la Federación de Cafeteros, se creó un clúster de empresas nacionales y extranjeras para unir esfuerzos, utilizar los subproductos del café y generarle mayor valor al productor. Con la fibra en mano, la tela fue fabricada por Lafayette, que es un reconocido productor de hilos y de confección de telas en poliéster; el diseño corrió por cuenta de Procafecol y la confección final estuvo a cargo de Supertex, que hace la marca Arena. Así es como están haciendo las camisetas de los residuos de café que hoy se vende en las tiendas Juan Valdez.


El lanzamiento se hizo a finales de 2014 y ha sido todo un éxito. “Estamos esperando esa prueba de mercado para mirar cómo el consumidor colombiano acepta la prenda y luego impulsarlas en otras prendas u otras marcas. 

Lo que sigue es que Sintex nos haga licenciatarios de la patente para tratar la borra en Colombia y que quede apta para integrarla al hilo de poliéster. Aún estamos en conversaciones con ellos para definir cómo hacemos ese uso de patentes y el uso de la marca Café de Colombia, además de saber quién puede ser el inversionista”, apunta Mejía.

Y es que, ¿quién iba a creer que uno se podía vestir con el café? Pues el objetivo de los cafeteros colombianos es que no sean sólo camisetas, la idea es que esté en muchas prendas de vestir por medio de los textiles. 

Incluso, ya se está mirando la posibilidad de llevarlo a otras aplicaciones, como unas cortinas, pues no se decolorarían con el sol y además ofrecerían una protección contra los rayos ultravioleta. Así que, además de tomar el mejor café del mundo, ¿usted compraría una camiseta hecha con residuos del grano?

miércoles, 18 de marzo de 2015

Astrid Medina Pereira, caficultora del Tolima, gana Taza de la Excelencia 2015


31 lotes de café participarán en la subasta electrónica que se llevará a cabo el próximo 23 de abril, en la que compradores de todo el mundo se disputarán los mejores cafés de este año en Colombia.

El concurso anual se ha traducido en mejores ingresos para los productores con mejores puntajes que vendido su café ante compradores internacionales que buscan calidad y diferenciación.


La emotiva ceremonia de premiación tuvo lugar en foro, en la capital tolimense. Un grupo de 25 jueces internacionales eligió a los mejores.








ganadoratazaexcelencia

Ibagué, Tolima, marzo 13 de 2015 (Prensa FNC) 

Astrid Medina Pereira, caficultora del corregimiento de Gaitania, municipio de Planadas, departamento del Tolima se convirtió hoy en la ganadora de la versión número 13 del concurso Taza de la Excelencia Colombia, en una emotiva ceremonia que tuvo lugar en el Centro de Convenciones Alfonso López Pumarejo de la capital tolimense.

Con una calificación de 90,2 puntos, el café de Astrid Medina, propietaria de la finca Buenavista, vereda San Miguel, se impuso entre los 59 finalistas de siete departamentos que disputaron la etapa final del concurso. 

Gilberto Rojas Mosquera, de Acevedo, departamento del Huila, ocupó el segundo lugar con 89,625 puntos y Raúl Durán, también de Planadas, Tolima, ocupó el tercer lugar, con 88,85 puntos.

Un total de 31 lotes, que obtuvieron más de 85 puntos en la escala de la Asociación de Cafés Especiales de Estados Unidos (SCAA en inglés), tendrán derecho a participar en la subasta electrónica que se llevará a cabo el próximo 23 de abril, en la que compradores de todo el mundo se disputarán los mejores cafés de este año en Colombia.

La subasta electrónica, en tiempo real, se podrá seguir en vivo a través de la página www.cupofexcellence.org.

“Significa un triunfo maravilloso, gracias a Dios hemos ganado y al café hay que apostarle porque el café es maravilloso y no lo podemos dejar dañar”. Ella describe su café como suave, dulce. Esto significa un mejor porvenir para Gaitania y para Planadas. Las mujeres somos muy grandes y muy guapas. Ser caficultor cuesta, pero es un sueño maravilloso. Mi café porque llevamos buenas prácticas”, afirmó esta mujer, ejemplo de entrega y tesón.

La ganadora reconoció de manera especial el trabajo de la Federación de Cafeteros a través del Servicio de Extensión Rural, por el acompañamiento permanente que hace a los cultivadores. Astrid Medina le dedicó el triunfo a sus hijos Dayana Durán Medina y Raúl Alejandro Durán Medina, además de a su esposo Raúl Durán y su fallecido padre.

Vale la pena anotar que Raúl Durán quien obtuvo el tercer lugar es el suegro de la caficultora que se alzó con el Premio Presidencial de la Taza de la Excelencia 2015.

Tras una etapa de preselección y una etapa de selección nacional, un selecto grupo de 25 jueces internacionales, procedentes de países como Australia, Canadá, China y Japón, entre otros, fue el encargado de evaluar y seleccionar los mejores puntajes con base en criterios de calidad como fragancia, aroma, acidez, dulzura, limpieza de taza, sabor, sensación en boca, balance y sabor residual, sin saber el origen de las muestras para garantizar la transparencia del proceso.

De los 343 lotes inscritos en esta edición del concurso, en la primera fase fueron preseleccionados 121 lotes que obtuvieron un puntaje igual o superior a 85 puntos y clasificaron a la segunda fase (selección nacional).

En esa nueva etapa fueron seleccionados los 59 lotes provenientes de siete departamentos cafeteros que fueron evaluados esta semana por el jurado internacional.

Los 31 lotes que irán a subasta, por departamentos, quedaron distribuidos así:

Huila: 19
Tolima: 7
Norte de Santander: 4
Antioquia: 1

Dentro de este grupo, se presentaron tres empates, en los puestos 17, 15 y 7.

La ceremonia estuvo presidida por el Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz Ortega y contó la presencia de Juan Valdez, quien siguió paso a paso el evento junto con sus colegas cafeteros.

Los 30 jurados y observadores, apreciaron muestras de la música y el folclor colombiano, interpretado por maestros del Conservatorio del Tolima y la agrupación Cultural y Artística Tradición Folclórica.

Qué persigue la competencia

El concurso anual Taza de la Excelencia se ha traducido en mejores ingresos para los productores que han alcanzado los mejores puntajes y vendido su café en la subasta electrónica internacional. El año pasado, la ganadora del certamen, Carmen Cecilia Montoya, caficultora de Urrao, Antioquia, subastó su café a un precio récord de US$45,70 por libra.

La competencia, que estimula la producción de cafés de la más alta calidad en Colombia y ayuda a visibilizarlos ante compradores internacionales, es organizada por la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), como parte de su estrategia de diferenciación, valor agregado y posicionamiento, y The Alliance for Coffee Excellence, organización internacional que diseña y aplica las reglas y estándares del certamen.

Sin embargo, la importancia de este evento va más allá de las ventas de cafés excepcionales en mercados de prestigio. Mediante el concurso, se posiciona el café colombiano en los segmentos de baristas independientes y en los de más alto crecimiento de la industria, dando a conocer las denominaciones de origen regionales y la diversidad de microclimas que hacen al Café de Colombia un producto ideal y versátil en los mercados más sofisticados y diferenciados.

“Este es uno de esos eventos que le cambia la vida a las personas. Tenemos claros ejemplos, como el de don Arnulfo Leguízamo del Huila o Carmen Cecilia Montoya de Antioquia que han vendido sus cosechas a precios muy superiores a los normales gracias a su esfuerzo y dedicación. Nuestra meta es que todos ustedes, quienes están aquí como finalistas y quienes aún no hayan accedido a las fases finales del concurso, cambien sus vidas para bien” dijo el Gerente General de la Federación de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz Ortega Durante su intervención en la ceremonia de premiación del evento.

Además, con estrategias complementarias dirigidas a proveer información adicional sobre la importancia del origen se ha creado una comunidad virtual de cerca de 3.800 profesionales del café de todos los continentes interesados en la información asociada con el origen y su efecto en los cafés especiales colombianos.

La importancia del valor agregado para el productor

Para la Federación de Cafeteros, un café es especial cuando el consumidor percibe y valora alguna característica que lo diferencia de otros cafés, por la cual está dispuesto a pagar un sobreprecio que llegue al bolsillo del productor.

Entre 2009 y 2014, la venta de cafés especiales por parte de la Federación se tradujo en el pago de primas de calidad a los productores por 115 mil millones de pesos.

En ese mismo periodo, fueron exportados 10,7 millones de sacos de café con valor agregado (FNC, Buencafé y Juan Valdez).


viernes, 6 de marzo de 2015

La perspectiva cafetera del desarrollo rural



¿Hay un ejemplo en la caficultura para el futuro del campo?

El gerente de la Federación de Cafeteros tercia en el debate que sobre la modernización de Colombia abrieron dos artículos de James Robinson, de la Universidad de Harvard, en El Espectador. 

El Espectador
5 de marzo de 2015
Luis Genaro Muñoz *


La perspectiva cafetera del desarrollo rural


A finales del año pasado y a principios de este, el reconocido economista James Robinson, coautor con Daron Acemoglu del famoso libro “Por qué fracasan los países”, publicó en El Espectador dos artículos sobre Colombia que de inmediato llamaron la atención de políticos y economistas. En ellos, “¿Cómo modernizar a Colombia?” y “Colombia, ¿Esta vez es diferente?” expuso sus argumentos sobre la manera cómo el país podría encontrar la vía más óptima para el desarrollo rural. Quisiera exponer el punto de vista que tenemos sobre sus opiniones en la Federación, como una manera de contribuir a un debate de gran importancia, en el cual jugamos un papel de primer orden.

El profesor Robinson señala que para modernizar a Colombia debemos alejarnos de la solución “impracticable” de la redistribución de tierras, apartándonos de un utópico desarrollo rural. Sostiene que lejos de distraerse en el campo, el país debería concentrarse en realizar mayores inversiones en educación para brindar a los jóvenes las oportunidades necesarias para transformar la sociedad en la que habitan. Buena parte de quienes han comentado los dos artículos del profesor británico han hecho énfasis en la necesidad de contribuir efectivamente al desarrollo rural reduciendo las tensiones y las dificultades que han generado la concentración de la tierra y la violencia en el campo, aspectos que sin lugar a dudas han sido el combustible de un conflicto que ya supera los 50 años.


Desde la perspectiva cafetera podemos asegurar que tanto la equidad del modelo agrario como la provisión de bienes públicos, en particular la educación, son dos elementos necesarios y no excluyentes para mejorar las condiciones de vida de la población rural. En otras palabras, el desarrollo rural y la equidad en el campo deben hacer parte de la Colombia moderna que describe el profesor Robinson y ser un soporte para contrarrestar los efectos negativos del conflicto.

En lo que tiene que ver con la equidad, es importante destacar que aunque en la zona cafetera la propiedad rural es menos concentrada, el coeficiente GINI de propiedad rural cafetera (0,70) es inferior al de la zona rural en su conjunto (0,86) e incluso inferior al promedio de América Latina (0,80), lo que hace absolutamente necesario complementar el acceso a la propiedad con el acceso a nuevas tecnologías, a variedades y sistemas de producción que se ajusten a su entorno, a la asistencia técnica y a los bienes públicos sectoriales que permitan a los cafeteros ser competitivos. Y sobre todo, al capital de trabajo que les permita ser altamente productivos, reducir sus riesgos y acceder al sistema financiero.

La equidad y la competitividad también dependen de la provisión de bienes públicos y el acceso al crédito para reconversión productiva. Precisamente en este renglón, en los últimos cinco años hemos logrado que más de 200.000 pequeños productores, que antes estaban marginados del sistema financiero, pudiesen renovar sus plantaciones accediendo al crédito. Así mismo a través de la Cédula Cafetera Inteligente hemos construido un modelo de inclusión financiera rural exitoso, permitiendo el acceso en solo tres meses, a más de 340 mil cafeteros a cuentas de ahorro.


Por otra parte, los caficultores pueden decir con orgullo que cuentan con un Servicio de Extensión conformado por cerca de 1.500 técnicos que brinda un exitoso modelo educativo basado en diferentes técnicas y con el uso de TIC. Por último, es necesario enfatizar en la importante tarea realizada por Cenicafé en lo referente a la innovación y desarrollo de variedades resistentes al cambio climático a las que cualquier productor puede acceder. Esto por mencionar solo algunos de los bienes públicos con que cuenta la caficultura.

Ahora bien, no solo se trata de proveer elementos de competitividad a través de bienes públicos sectoriales. Es en este contexto donde el tema de la educación toma una especial relevancia y se convierte también en un factor de cambio. En nuestro concepto, la educación no necesariamente debe implicar migración a la ciudad, ni las oportunidades económicas y desarrollo se limitan al mundo de lo urbano. En efecto, el habitante del campo también necesita oportunidades educativas que sean relevantes para su entorno, que lo hagan parte del progreso, y le permitan identificar oportunidades y mejorar su calidad de vida en el sector rural. Más allá de hablar de la educación” como un servicio genérico, debemos hablar de un modelo educativo que se ajuste a la infraestructura disponible en las veredas, que lleve eficientemente una plataforma educativa relevante y ajustada a lo que viven los habitantes del campo.

En este contexto, el Estado no puede ignorar la problemática de más de 11 millones de colombianos que habitan el campo, esperando a que el problema rural se marchite por sí solo. Estaríamos definitivamente perdidos si hoy que por fin, el Estado y la sociedad en su conjunto han vuelto sus ojos al campo, desaprovechamos como país esta oportunidad única e irrepetible de apostarle al desarrollo rural. Dar un salto de modernidad para el sector agrario sin duda requiere hacer una profunda transformación educativa para erradicar la pobreza en la periferia. Colombia necesita de un Estado efectivo para enfrentar tanto la problemática agraria como la revolución educativa, que como dije no creo que se trata de asuntos excluyentes.

Como bien cita el mismo Robinson, existen casos de países exitosos económicamente que se han basado en modelos de economía rural de pequeños productores y quizá en este punto nosotros no tengamos que buscar tan lejos. El economista y jefe de la Misión para la Transformación del Campo, José Antonio Ocampo, señala que el café ha sido la mejor demostración de que es posible generar desarrollo agrario a partir de la pequeña propiedad en Colombia.

Entonces, ¿cuáles son los modelos educativos relevantes para el campo? ¿Cómo vamos a lograr una ambiciosa meta que provea educación y oportunidades, cambios tecnológicos, convivencia y capital social en nuestra sociedad rural? Sin querer sugerir que tenemos la solución para cada problemática, sí podemos asegurar que la institucionalidad cafetera ha contribuido a desarrollar modelos exitosos de alianzas público-privadas que han contribuido a solucionar tan importante reto.

Desde hace varios años la Federación ha promovido el relevo generacional en la caficultura basados en modelos educativos innovadores, de tal forma que se les brinde a los jóvenes del campo las herramientas y conocimientos básicos para realizar empresas cafeteras exitosas y sostenibles. El programa Escuela y Café, y la adopción del modelo de Escuela Nueva en las escuelas rurales de Caldas no solo ha merecido importantes reconocimientos internacionales sino que incluso otros países como Vietnam, por sugerencia del Banco Mundial, han buscado replicarlos. Este modelo busca implementar una metodología que contribuya con el fortalecimiento de la calidad, cobertura y pertinencia de la educación rural a través de proyectos pedagógicos productivos. El Comité de Cafeteros de Caldas, pionero de esta iniciativa, ha expandido el modelo educativo desde la educación básica hasta la educación superior y construyendo puentes para la conexión laboral.

Son estas iniciativas de equidad, de bienes públicos cafeteros, de educación relevante en el entorno rural, las que constituyen la piedra angular del nuevo plan estratégico de la Federación, aprobado por los representantes gremiales del país en el último Congreso Nacional de Cafeteros. Esta nueva política de sostenibilidad busca contribuir decididamente en la transformación de la educación rural, promoviendo calidad, cobertura y pertinencia a través de modelos flexibles de educación formal y no formal basados en metodologías activas que generen y amplíen las competencias de la población rural. Se trata, en suma, de hacer una revolución educativa en el campo, de pensar que es posible generar en las regiones procesos virtuosos de desarrollo que se articulen con lo agroindustrial, con el comercio y los servicios incorporando cada vez mayores y mejores tecnologías que nos pongan en la senda de “la modernidad”.

Gerente General – Federación de Cafeteros *