lunes, 30 de junio de 2014
fin de obra
Cuatro días de trabajo que dieron mucho de sí.... el patio quedó muy bien y eliminamos algunos escalones y gradas para remplazarlos por rampas, que siempre ayudan a no tropezar, dar un mal paso o caer...
domingo, 29 de junio de 2014
Hacia un mundo sin abejas
El País
Javier Sampedro
29 de junio de 2014
La mortalidad de los insectos polinizadores aumenta sin que se conozcan las causas
De ellos depende la la mayoría de los cultivos
Una abeja posada sobre una flor en la región francesa de Ron-Alpes. / getty |
Han pasado 20 años desde que un grupo de agricultores franceses llamó
la atención por primera vez sobre un fenómeno insólito: el
despoblamiento de las colmenas a causa de la desaparición de las abejas,
de cuya polinización depende gran parte de la producción mundial de
alimentos. Pronto se comprobó que el fenómeno era global, al menos en
los países con una agricultura muy desarrollada, y un aluvión de
investigaciones ha intentado desde entonces determinar las causas, con
resultados a menudo dispares o contradictorios. ¿Se debe la muerte de
las abejas a los monocultivos o al calentamiento global? ¿Virus,
bacterias, hongos, parásitos como el Nosema ceranae? ¿Pesticidas como
los neocotinoides, que empezaron a usarse justo hace dos décadas? Aunque
parece haber tantas opiniones como expertos en el campo, es posible que
todos tengan parte de razón.
Entretanto, el fenómeno no ha hecho más que agravarse —los apicultores denuncian pérdidas más graves un año tras otro—, y la única buena noticia en este terreno se ha producido solo en tiempos muy recientes. Con característica lentitud pero loable preocupación, las Administraciones, incluidas las de Bruselas —que el pasado año prohibió varios pesticidas— y Washington —que ha aprobado un presupuesto extraordinario para investigar el fenómeno—, han tomado conciencia del problema y se han puesto manos a la obra.
La gravedad de la situación y la dilación e ineficacia de las medidas paliativas plantean una pregunta que ya no puede considerarse descabellada: ¿cómo sería un mundo sin abejas? “Si tuviéramos que depender de una agricultura sin polinizadores, estaríamos listos”, expone el subdirector general de Sanidad e Higiene Animal del Ministerio de Agricultura, Lucio Carbajo. No todos los cultivos desaparecerían, porque los hay que se pueden gestionar de otras formas (autopolinización y polinización por pájaros, entre ellas), pero todas las fuentes coinciden en que la pérdida de diversidad y de calidad alimentaria sería tremenda.
Además, los mismos factores que atacan a las colmenas dañan también a los polinizadores silvestres como el abejón, el abejorro y las avispas, de modo que las pérdidas no solo afectarían a la producción agrícola, sino también —y quizá más crucialmente aún— a los ecosistemas naturales y al medio ambiente en general. Las abejas, las flores y los frutos evolucionaron juntos hace decenas de millones de años, y no se puede destruir uno sin destrozar a los demás.
El Laboratorio de Referencia de la UE para la Salud de las Abejas (EURL, en sus siglas inglesas), con sede en Anses, Francia, publicó en abril los resultados del primer programa de vigilancia sobre el despoblamiento de las colmenas en 17 países europeos. Los datos, que se tomaron en más de 30.000 colmenas durante 2012 y 2013 y examinaron las prácticas agrícolas y los agentes patógenos más dañinos, muestran unos índices de mortalidad invernal muy variables entre países (la horquilla cubre del 3,5% al 33,6%). En general, la situación es más leve en España y otros países mediterráneos (por debajo del 10%) que en el norte del continente (por encima del 20%). Las cifras contradicen a las del sector apícola español, que denuncia mortandades entre el 20% y el 40%, en un ejemplo más de lo dificultoso que resulta acordar los criterios y las metodologías en este campo.
La contribución de los posibles factores de riesgo, como el manejo de las colonias, el uso de pesticidas y los agentes patógenos, es variable y compleja. Tanto este informe europeo como las demás fuentes coinciden en que las causas de la mortalidad de las abejas son múltiples. También señalan, sin embargo, que ciertos factores pueden ser más fáciles de abordar que otros. Los pesticidas más dañinos, por ejemplo, pueden prohibirse o restringirse, como ya ha hecho Bruselas con cuatro de ellos. Por otro lado, y como es natural, los principales productores de plaguicidas —Bayer, Syngenta y Basf— no aceptan que haya evidencias sólidas de que sus productos sean la causa del problema. Y, de forma más significativa, algunas fuentes científicas coinciden con ellos.
“Los pesticidas neonicotinoides, como los prohibidos por la UE, no son los más prevalentes en las colmenas, al menos de forma crónica”, asegura Mariano Higes, del Centro Regional Apícola de Marchamalo, en Guadalajara. “Pueden ser un problema en amplísimos monocultivos, pero afectan sobre todo a los polinizadores silvestres, como los abejorros, no a las colmenas de abejas”. Higes acepta, sin embargo, que restringir estos productos puede ser útil para los ecosistemas, aunque no para la agricultura.
Para colmo, y según una investigación dirigida por Tom Breeze, del Centro de Investigación Agroambiental de la Universidad de Reading, y publicada este año en PLoS ONE, son las propias políticas agrícolas europeas las que están exacerbando el problema: al promover los grandes monocultivos se está produciendo un creciente desajuste entre las necesidades de polinización y la disponibilidad de colmenas en todas las regiones del continente. Todos esos cultivos necesitan abejas, pero los apicultores no logran reproducir tanto las colmenas, con lo que al final el cultivo rinde menos. El resultado de esta investigación es más llamativo si se tiene en cuenta que el trabajo ha sido financiado por la misma UE que es objeto de sus críticas.
“Las políticas agrícolas y sobre biocombustibles europeas han estimulado un gran crecimiento de las áreas cultivadas que precisan polinización por insectos”, explican Breeze y sus colegas, que han extendido su estudio a todo el continente. Entre 2005 y 2010, por ejemplo, el número requerido de abejas melíferas creció cinco veces más deprisa que las existencias de esos insectos y, en consecuencia, más del 90% de la demanda ha quedado insatisfecha en 22 países de la Unión. “Nuestros datos”, concluye Breeze, “alertan sobre la capacidad de muchos países para soportar pérdidas importantes de insectos polinizadores silvestres”.
Esos polinizadores silvestres —las 250 especies de abejorros existentes, principalmente— son la otra mitad de la historia. Podría pensarse que, en un mundo sin abejas, la tarea de polinizar los cultivos podría ser asumida por estos otros insectos, que, de hecho, son ya ahora quienes polinizan la mayor parte de los cultivos básicos para la alimentación mundial: la acción de los abejorros (del género Bombus) produce el doble de fruto que la debida a la apicultura convencional con abejas (del género Apis).
Sin embargo, una reciente investigación de Matthias Fürst y sus colegas de la Royal Holloway University de Londres, publicado en Nature, ha desinflado esa expectativa al mostrar que dos de los grandes patógenos de las colmenas, el virus de las alas deformes (deformed wing virus, DWV) y el hongo Nosema ceranae, se han extendido ya a los polinizadores naturales. Estos agentes infecciosos no solo se han mostrado capaces de transmitirse de Apis a Bombus en experimentos controlados de laboratorio, sino que ya han contagiado a los abejorros en la naturaleza, según los estudios de campo de estos científicos en Gran Bretaña y la Isla de Man. Cabe temer, por tanto, que los polinizadores silvestres estarán pronto tan amenazados como sus colegas domésticas.
La identificación del microsporidio Nosema como una de las grandes causas del despoblamiento de las colmenas se debe a Higes, el principal investigador español en este campo, “El papel de los patógenos y, sobre todo, de Nosema ceranae, sigue sin comprenderse”, reconoce Higes, cuyo laboratorio lleva 10 años investigando en el microsporidio. “Muchos de mis colegas diseñan experimentos erróneos y extraen conclusiones que no son enteramente correctas; es una pena, pero 10 años después sigue existiendo una nebulosa en el conocimiento”. Como se ve, la investigación sobre la muerte de las abejas está trufada de conflictos.
Esta es una de las razones de que grupos ecologistas como Greenpeace no solo elogien las restricciones europeas a cuatro pesticidas neonicotinoides, sino que propongan extender la prohibición a otros 319 compuestos que consideran dañinos. “No cabe duda de que la mortalidad de las colmenas es un problema multifactorial”, dice Luis Ferreirim, de Greenpeace, “pero si hubiera que establecer una jerarquía, el primer factor serían los insecticidas, que están diseñados precisamente para matar insectos, como las abejas”. El ecologista recuerda asimismo que los herbicidas también resultan dañinos, pues acaban con las flores que aportan el principal alimento a las abejas. “Además, contra los pesticidas se puede actuar con más eficacia y rapidez”, prosigue Ferreirim, “mientras que atacar a virus, bacterias, hongos y otros parásitos resulta muy difícil; y no hay que olvidar que los parásitos están más restringidos a las abejas, mientras que los pesticidas dañan también a los abejorros y otros polinizadores naturales, a los que también hay que proteger”.
Un mundo sin abejas sería también un mundo sin abejorros, y tal vez sin flores, pues las abejas y las flores evolucionaron juntas, y son las dos caras de la misma moneda desde un punto de vista ecosistémico. Un mundo triste y monótono como una ciudad fantasma, una pesadilla estéril a solo un paso de la nada. La ciencia está movilizada. La inteligencia política debe seguir en su estela.
Entretanto, el fenómeno no ha hecho más que agravarse —los apicultores denuncian pérdidas más graves un año tras otro—, y la única buena noticia en este terreno se ha producido solo en tiempos muy recientes. Con característica lentitud pero loable preocupación, las Administraciones, incluidas las de Bruselas —que el pasado año prohibió varios pesticidas— y Washington —que ha aprobado un presupuesto extraordinario para investigar el fenómeno—, han tomado conciencia del problema y se han puesto manos a la obra.
La gravedad de la situación y la dilación e ineficacia de las medidas paliativas plantean una pregunta que ya no puede considerarse descabellada: ¿cómo sería un mundo sin abejas? “Si tuviéramos que depender de una agricultura sin polinizadores, estaríamos listos”, expone el subdirector general de Sanidad e Higiene Animal del Ministerio de Agricultura, Lucio Carbajo. No todos los cultivos desaparecerían, porque los hay que se pueden gestionar de otras formas (autopolinización y polinización por pájaros, entre ellas), pero todas las fuentes coinciden en que la pérdida de diversidad y de calidad alimentaria sería tremenda.
Además, los mismos factores que atacan a las colmenas dañan también a los polinizadores silvestres como el abejón, el abejorro y las avispas, de modo que las pérdidas no solo afectarían a la producción agrícola, sino también —y quizá más crucialmente aún— a los ecosistemas naturales y al medio ambiente en general. Las abejas, las flores y los frutos evolucionaron juntos hace decenas de millones de años, y no se puede destruir uno sin destrozar a los demás.
El Laboratorio de Referencia de la UE para la Salud de las Abejas (EURL, en sus siglas inglesas), con sede en Anses, Francia, publicó en abril los resultados del primer programa de vigilancia sobre el despoblamiento de las colmenas en 17 países europeos. Los datos, que se tomaron en más de 30.000 colmenas durante 2012 y 2013 y examinaron las prácticas agrícolas y los agentes patógenos más dañinos, muestran unos índices de mortalidad invernal muy variables entre países (la horquilla cubre del 3,5% al 33,6%). En general, la situación es más leve en España y otros países mediterráneos (por debajo del 10%) que en el norte del continente (por encima del 20%). Las cifras contradicen a las del sector apícola español, que denuncia mortandades entre el 20% y el 40%, en un ejemplo más de lo dificultoso que resulta acordar los criterios y las metodologías en este campo.
La contribución de los posibles factores de riesgo, como el manejo de las colonias, el uso de pesticidas y los agentes patógenos, es variable y compleja. Tanto este informe europeo como las demás fuentes coinciden en que las causas de la mortalidad de las abejas son múltiples. También señalan, sin embargo, que ciertos factores pueden ser más fáciles de abordar que otros. Los pesticidas más dañinos, por ejemplo, pueden prohibirse o restringirse, como ya ha hecho Bruselas con cuatro de ellos. Por otro lado, y como es natural, los principales productores de plaguicidas —Bayer, Syngenta y Basf— no aceptan que haya evidencias sólidas de que sus productos sean la causa del problema. Y, de forma más significativa, algunas fuentes científicas coinciden con ellos.
“Los pesticidas neonicotinoides, como los prohibidos por la UE, no son los más prevalentes en las colmenas, al menos de forma crónica”, asegura Mariano Higes, del Centro Regional Apícola de Marchamalo, en Guadalajara. “Pueden ser un problema en amplísimos monocultivos, pero afectan sobre todo a los polinizadores silvestres, como los abejorros, no a las colmenas de abejas”. Higes acepta, sin embargo, que restringir estos productos puede ser útil para los ecosistemas, aunque no para la agricultura.
Para colmo, y según una investigación dirigida por Tom Breeze, del Centro de Investigación Agroambiental de la Universidad de Reading, y publicada este año en PLoS ONE, son las propias políticas agrícolas europeas las que están exacerbando el problema: al promover los grandes monocultivos se está produciendo un creciente desajuste entre las necesidades de polinización y la disponibilidad de colmenas en todas las regiones del continente. Todos esos cultivos necesitan abejas, pero los apicultores no logran reproducir tanto las colmenas, con lo que al final el cultivo rinde menos. El resultado de esta investigación es más llamativo si se tiene en cuenta que el trabajo ha sido financiado por la misma UE que es objeto de sus críticas.
“Las políticas agrícolas y sobre biocombustibles europeas han estimulado un gran crecimiento de las áreas cultivadas que precisan polinización por insectos”, explican Breeze y sus colegas, que han extendido su estudio a todo el continente. Entre 2005 y 2010, por ejemplo, el número requerido de abejas melíferas creció cinco veces más deprisa que las existencias de esos insectos y, en consecuencia, más del 90% de la demanda ha quedado insatisfecha en 22 países de la Unión. “Nuestros datos”, concluye Breeze, “alertan sobre la capacidad de muchos países para soportar pérdidas importantes de insectos polinizadores silvestres”.
Esos polinizadores silvestres —las 250 especies de abejorros existentes, principalmente— son la otra mitad de la historia. Podría pensarse que, en un mundo sin abejas, la tarea de polinizar los cultivos podría ser asumida por estos otros insectos, que, de hecho, son ya ahora quienes polinizan la mayor parte de los cultivos básicos para la alimentación mundial: la acción de los abejorros (del género Bombus) produce el doble de fruto que la debida a la apicultura convencional con abejas (del género Apis).
Sin embargo, una reciente investigación de Matthias Fürst y sus colegas de la Royal Holloway University de Londres, publicado en Nature, ha desinflado esa expectativa al mostrar que dos de los grandes patógenos de las colmenas, el virus de las alas deformes (deformed wing virus, DWV) y el hongo Nosema ceranae, se han extendido ya a los polinizadores naturales. Estos agentes infecciosos no solo se han mostrado capaces de transmitirse de Apis a Bombus en experimentos controlados de laboratorio, sino que ya han contagiado a los abejorros en la naturaleza, según los estudios de campo de estos científicos en Gran Bretaña y la Isla de Man. Cabe temer, por tanto, que los polinizadores silvestres estarán pronto tan amenazados como sus colegas domésticas.
La identificación del microsporidio Nosema como una de las grandes causas del despoblamiento de las colmenas se debe a Higes, el principal investigador español en este campo, “El papel de los patógenos y, sobre todo, de Nosema ceranae, sigue sin comprenderse”, reconoce Higes, cuyo laboratorio lleva 10 años investigando en el microsporidio. “Muchos de mis colegas diseñan experimentos erróneos y extraen conclusiones que no son enteramente correctas; es una pena, pero 10 años después sigue existiendo una nebulosa en el conocimiento”. Como se ve, la investigación sobre la muerte de las abejas está trufada de conflictos.
Esta es una de las razones de que grupos ecologistas como Greenpeace no solo elogien las restricciones europeas a cuatro pesticidas neonicotinoides, sino que propongan extender la prohibición a otros 319 compuestos que consideran dañinos. “No cabe duda de que la mortalidad de las colmenas es un problema multifactorial”, dice Luis Ferreirim, de Greenpeace, “pero si hubiera que establecer una jerarquía, el primer factor serían los insecticidas, que están diseñados precisamente para matar insectos, como las abejas”. El ecologista recuerda asimismo que los herbicidas también resultan dañinos, pues acaban con las flores que aportan el principal alimento a las abejas. “Además, contra los pesticidas se puede actuar con más eficacia y rapidez”, prosigue Ferreirim, “mientras que atacar a virus, bacterias, hongos y otros parásitos resulta muy difícil; y no hay que olvidar que los parásitos están más restringidos a las abejas, mientras que los pesticidas dañan también a los abejorros y otros polinizadores naturales, a los que también hay que proteger”.
Un mundo sin abejas sería también un mundo sin abejorros, y tal vez sin flores, pues las abejas y las flores evolucionaron juntas, y son las dos caras de la misma moneda desde un punto de vista ecosistémico. Un mundo triste y monótono como una ciudad fantasma, una pesadilla estéril a solo un paso de la nada. La ciencia está movilizada. La inteligencia política debe seguir en su estela.
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sábado, 28 de junio de 2014
viernes, 27 de junio de 2014
día nacional del café en Colombia
El Día Nacional del Café es una fecha que nos recuerda
que el café es nuestra bebida nacional y nuestra carta de presentación
en el mundo. Recuerda que cuando disfrutamos un buen café, estamos
degustando el fruto del cuidadoso trabajo, el conocimiento y la pasión
de cada uno de los cientos de miles de personas que, a lo largo de la
cadena cafetera, contribuyen para cultivarlo, cuidarlo, prepararlo y
destacar sus atributos
En Colombia el café es una locomotora que recorre el país: es el principal generador de ocupación en el campo pues su cultivo genera el sustento de 553.000 familias en 20 departamentos. En nuestras ciudades, la industria tostadora genera más de 7.000 empleos directos y su cadena de distribución lega a 300.000 establecimeintos comerciales a lo largo y ancho de nuestra geografía, estimulando la demanda y jalonando la economía para llegar al 93% de los hogares colombianos.
Somos un país tomador de café tostado y molido
El
café nos ofrece su mágico aroma y sabor para momentos excepcionales y
placenteros: un buen café al comienzo del día, o nuestro tradicional
café con leche al desayuno
De cada 100 kilos
que se venden de Café en Colombia, 86 son de café tostado y molido y los
restantes 14 de Café instantáneo. Esta mezcla difiere en Antioquia,
donde el café instantáneo gana importancia y representa cerca del 40%
del volumen. En la Zona centro somos también tomadores de café tostado y
molido. Este representa el 84% de café consumido.
En
Colombia, Cundinamarca y la Zona Pacífica suman casi el 50% del consumo
de café del país. La zona Centro, que venía de dos años de
decrecimiento, muestra una rápida recuperación de volumen de consumo,
marcado por el crecimiento en las ventas de café soluble en el último
año.
El
consumo de la zona Centro actualmente representa casi el 10% del
consumo de café en el país, cuando su población equivale al 11,4% del
total del país. Frío o caliente, cuando degustamos un buen café, estamos
disfrutando el cuidado de los cientos de miles de personas que cuidan
sus atributos para que llegue con ese aroma intenso y ese suave sabor a
nuestra mesa.
Café, para las diferentes ocasiones
El Café es la bebida por excelencia para 1 de cada 2 personas en las diferentes ocasiones de la vida diaria.
Un estudio realizado en las principales ciudades y también en zonas rurales del país, por Synovate,
multinacional que estudia cómo satisfacen los productos las necesidades
del consumidor y cuáles son sus motivaciones, encontró que para los
colombianos nuestro colombianísimo tinto significa vitalidad, nos invita
a compartir, nos hace sentir muy colombianos. El Café con leche, que
empezamos tomar en la infancia, nos evoca la seguridad del hogar y el
calor de la familia, nos produce confianza.
El
Café es la bebida por excelencia para 1 de cada 2 personas en las
diferentes ocasiones de la vida diaria. El consumo del café con leche es
estable a lo largo de nuestras vidas. Está principalmente en el
desayuno y en la tarde, en particular en los Santanderes, Tolima y
Huila. En cambio, el consumo de café se incrementa a medida que la
persona va aumentando su edad. El principal lugar de consumo esencial es
el hogar pero son las tiendas especializadas de Café las que marcan las
tendencias y, por ejemplo, han puesto de moda el capuccino, una bebida
que, según este estudio, nos hace sentir especiales, sofisticados y
diferentes.
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jueves, 26 de junio de 2014
pequeña obra
Intentanto eliminar barreras arquitectónicas, -escalones y pisos lisos de cemento- colocaremos tableta en este patio.
Materiales:
700 tabletas
6 bultos de cemento
1 mt de arena amarilla
1/2 mt de arena negra
2 rollos de malla electrosoldada
y unas cuantas piedras labradas.
domingo, 22 de junio de 2014
sábado, 21 de junio de 2014
coplas y venenos
Ironías de la vida... los hijos de los labriegos participan en concursos de coplas con temas dedicados a la defensa del medio ambiente... mientras tanto, algunos de sus padres no dejan fumigar los orillos de las carreteras, pero en cambio si utilizan venenos 'extremadamente peligrosos' en sus cultivos... y como si fuera poco, dejan los recipietes tirados en la mitad de las labranzas...
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viernes, 20 de junio de 2014
el compadre Pedro Hernández
A raíz de una alergia que adquirí, ayudando a abonar un cafetal
El Tiempo
Profesor Yarumo
3 de noviembre de 1991
manzanillo, caspi, hinchador, (rhus striata) |
Recuerdo que de niño, mi padre, al pasar cerca de cierto árbol, se quitaba el sombrero, hacía una venia y lo saludaba: Buenos días, compadre Pedro Hernández , con su permiso . Luego me advertía: No se te ocurra ser descortés y dejar de saludarlo. Porque él tiene una forma muy desagradable de manifestar su enojo, produciéndote escozor, fiebre y brotes en todo el cuerpo. Claro que si usted se encuentra un homónimo, pero este sí, con pies y cabezas, y no como el anterior con tronco, ramas y hojas no necesita saludarlo porque no es tóxico como el Toxicodendron striata,o Rhus striata conocido también como Manzanillo , Hinchador, aluvilla y Caspicaracho .
Este árbol es una especie más, de nuestros bosques, sobre el cual se han tejido muchas historias por esa característica que lo hace particular, como es la de producir emanaciones gaseosas de un ácido volátil de naturaleza clucósida, especialmente cuando florece.
En el campo le temen, por ello han tratado de extinguirlo. Pero sobrevive porque la mayoría de aserradores se niegan a cortarlo. Lo que ha faltado es quien lo estudie y descubra sus utilidades. Si del curare se extrae un elemento medicinal tan importante, por qué del Pedro Hernández no puede salir algo parecido? Este árbol es de la familia de las anacardiáceas, por eso es tan parecido al mango o al hobo. Pero, ay del agricultor que los confunda y le de por subirse y buscar frutas! Claro que el fenómeno de las fiebres, los brotes y el escalofrío solo le sucede a las personas alérgicas de piel muy sensible. Dicen también que a los tocayos no les hace nada.
Cuando lo conocí, desafortunadamente descubrí que yo pertenecía al grupo de personas alérgicas. Para esto, en el campo hacen una recomendación muy importante: dicen que cuando comience la piquiña, toca orinarlo y darle fuete con una correa. Lógicamente, a mí también me tocó proceder y hacer lo propio.
Para curar la hinchazón se recomienda usar ungentos a base de cortisona. Los agricultores utilizan remedios muy prácticos como la espuma de la leche recién ordeñada, hojas de yuca asadas, o la infusión de las hojas de un árbol llamado espadero.
Como nuestra malicia indígena da para todo, en Caldas la Corporación Regional Cramsa, ya se ideó la manera más adecuada para evitar la extinción del Pedro Hernández . Consiste en sembrar al lado, el contra o árbol espadero. De esta forma, ponen el remedio al lado de la enfermedad.
Mi compadre Pedro Hernández espera que el hombre descubra el secreto de sus bondades; al fin y al cabo, no hay plantas malas. Malo es el hombre que le da usos indebidos a la naturaleza.
A propósito, si alguien sabe del origen del nombre Pedro Hernández , por favor, dénoslo a conocer.
domingo, 15 de junio de 2014
inauguran estación de policía de Barichara
1200 millones de pesos invertidos para la recien inaugurada estación de policía de Barichara... y no alcanzó la plata... ya pide MÁS dinero el alcalde para acabarla y propone proyectos para segunda fase...
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Iván López,
Richard Aguilar
sábado, 14 de junio de 2014
jueves, 12 de junio de 2014
y el campeón mundial de barismo es...
En hora buena a William Hernández, el único latinoamericano, de El Salvador, en el grupo de finalistas en el mundial de barismo de Rímini, Italia 2014...
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William Hernández
martes, 10 de junio de 2014
naox:miel y harina de café
Ubicados en Salgar, Antioquia, dos colombianos crean la primera planta de miel y harina de café en el mundo... NAOX.
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lunes, 9 de junio de 2014
domingo, 8 de junio de 2014
Nuestro café 'dará la pelea' en Italia
El Tiempo
8 de junio de 2014
Liliana Martínez Polo
El Barista colombiano Nicolás Rico, representará a Colombia en el mundial de Barismo que se llevará a cabo en Rimini, Italia. |
El Campeón Mundial de Baristas no es solo
quien consigue la perfección en un expreso y un capuchino, sino el que
diseña una bebida de café de propuesta novedosa, calidad y sabor en un
mundo donde todo parece estar inventado.
Y la bebida diseñada por Nicolás Rico, que desde mañana buscará por Colombia el título mundial, tiene una propuesta innovadora:
emplea el 100 por ciento del fruto del café, al sumar el expreso
clásico hecho de la semilla tostada y otro hecho con las cáscaras y el
mucílago que suelen perderse en el proceso cafetero. (Vea en imágenes: La bebida de café que representará a Colombia en el Mundial de Baristas).
Colombia es famosa por la suavidad y dulzura
de sus cafés lavados (esos en los que el fruto del café pierde mucílago y
cáscara tras un lavado y luego se ponen a secar). Pero ya en el mundo
–por ejemplo, en Brasil– existen cafés naturales que secan la cereza de
café entera antes de sacar la semilla.
Pero no había un proceso –o al menos
Rico no tiene noticia de él– que tostara la cereza completa para extraer
la semilla después. Quizás Rico, que además de barista es
tostador de café, era el indicado para desarrollarlo, de la mano de Luis
Fernando Vélez, de la firma de cafés especiales Amor Perfecto.
El campeón nacional, de 28 años, se hizo
barista cuando estudiaba ingeniería química y necesitaba un trabajo para
cubrir sus gastos. Preparando café fue más consciente de la eterna
contradicción de que en el país que produce mejor café se lo toma en
bebidas de mala calidad. Por eso buscó entrenamiento y llegó a Amor
Perfecto. Desde el comienzo compitió por el título nacional. “La primera
vez casi quedo de último –recuerda–. Pero me propuse ganar algún día.
Tardé ocho años”.
Al ganar se metió de cabeza –todavía más– en
el laboratorio de la Casa Amor Perfecto; no solo tenía que continuar su
labor de tostador, sino buscar el grano que lo llevaría a la justa
mundial en Rímini (Italia). Y eligió el de la Finca El Mirador, en el
Huila, donde el caficultor Elkin Guzmán produce un grano suave de notas a
miel.
Su preparación pasó entonces por el desarrollo de un nuevo proceso.
Trabajó con el entrenador internacional que llevó al título al
salvadoreño Alejandro Méndez cuando el mundial se hizo en Bogotá (2011).
De la mano del caficultor, se desarrolló un café natural, cuya cereza
se secara en frío (para evitar que diera notas a vino consideradas
defecto en nuestro café) y se tostara entero. Y bautizó a esta cereza
tostada con el nombre de ‘supernatural’. Lo demás fue crear la bebida
diseñada que Rico les presentará mañana a los jurados del mundial.
En 15 minutos cruciales, Rico preparará ante
el jurado un expreso y un capuchino hechos con el café supernatural,
mientras explica su nueva tostión, que ha sido su obsesión durante meses
en el laboratorio. Seguirá su bebida diseñada que parte de hacer un
expreso ‘normal’ con el grano de café tostado. Este va a un recipiente
con unas gotas de miel de abejas que también se produce en El Mirador.
“La miel y el café vienen de la misma finca, al unirlos se potencia el
sabor”, explica Rico.
Después, hará una bebida similar en una
máquina de expreso modificada para extraer lo mejor de las cáscaras
tostadas. “Suelen perderse, pero no las quiero botar”, explicará el
competidor. El jurado podrá probar la nueva bebida –que resulta
semejante al té– antes de sumarla, pasada por hielo, al expreso y la
miel, y compararla con el sabor final.
Detrás está la propuesta de desarrollar cafés naturales en el país.
“Puede haber zonas donde es difícil conseguir agua para los beneficios
–dice Luis Fernando Vélez–. Si se desarrollan los secados naturales, el
ahorro de agua será gigante, y se genera este subproducto (cáscaras de
café) con la posibilidad de tener un café exótico, distinto”.
Barismo para aficionados
Con la idea de que todo colombiano puede ser
embajador de nuestro café, Amor Perfecto da cursos de barismo para
aficionados en su sede. Uno de los nuevos aprendices de barismo es Óscar
Correa, vocalista de ‘The Hall Effect’. Lleva cuatro meses aprendiendo
del tema. “Ya puedo probar y ver notas cítricas o avellana y con mis
pocos conocimientos he podido incluso darle ‘tips’ a otros”, dice.
Informes: 2486955
La infusión de cáscara de Amor Perfecto
El trabajo de Nicolás Rico con el café natural
y la tostión que lo hace ‘supernatural’ no para en la competencia. En
la casa-café Amor Perfecto se ofrece la infusión de cáscaras. “La
sacamos como un producto nuestro -dice Luis Fernando Vélez-. Nos
emociona el café natural, tiene mayor dulzura, equilibrio y notas
frutales que no se encuentran en un café lavado”.
Carrera 4.ª n.° 66-46
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jueves, 5 de junio de 2014
Disfrutar y lograr más haciendo menos
El País
Miriam Subirana
1 de junio de 2014
Querer controlarlo todo nos agota. Concentrarse en lo fundamental nos hace más efectivos
Ilustración de João Fazenda |
A menudo nos pasa que con la mente queremos controlar y dirigir tanto
lo que deseamos conseguir, que generamos agotamiento y nos
desconectamos de nuestras capacidades naturales. Con lo cual trabajamos
mucho, con la mente agitada y el cuerpo pesado, lo que provoca pérdida
de vitalidad. Hacemos más y más, con listas interminables y, a pesar de
nuestros mejores esfuerzos, queda por hacer. Siempre hay nuevas
fronteras que conquistar, y los desvelos interminables y la agitación
mental no cesan. Además, con la fatiga, perdemos inspiración. “No puedo
más, estoy agotado de pelear las batallas de la vida en cada frente, en
un duro intento de tirar para adelante”, me decía una persona durante
una sesión de coaching. Sea por correr tras el éxito, por luchar por
mantener los logros que ha conseguido o por prevenir el fracaso…, todo
es bastante estresante.
Ponemos un tremendo ahínco en intentar que los acontecimientos ocurran de la manera que tenemos previsto, y el resultado es que a menudo la vida no se somete a nuestro tesón. Si somos capaces de no forzar las cosas, dejamos que se desarrolle con mayor armonía. Al soltar y soltarnos nuestro potencial se expresa mejor. Si estamos ansiosos y forzamos, hay resistencia. En cambio relajando, nos abrimos de manera natural. Con menos esfuerzo logramos más.
Los invitados de María querían té e infusiones. Así que puso el agua sobre el fuego, y a cada poco levantaba la tapa del cazo para ver si ya hervía. Con la ansiedad de querer lograrlo lo más rápido posible, retrasaba la ebullición. Éste es un ejemplo sencillo de lo que a menudo hacemos con la mente. Queremos que las cosas ocurran más rápido, y nos esforzamos para ello, con lo cual pensamos demasiado, hacemos más y logramos menos o retrasamos los logros.
No se trata de bajar los brazos, sino de ser capaces de revertir la tendencia a pensar demasiado, a realizar las cosas con ansiedad y a estar cansados antes de iniciar el trabajo. Uno quiere relajarse, pero no sabe cómo soltar sus autoexigencias en los miles de detalles que considera debería haber hecho ayer. Y cuando se fuerza a ralentizar, se siente culpable.
El objetivo está en equilibrar. Disfrutar de lo que realizamos y mantener la mente contenta nos permite esforzarnos sin estrés. Para ello hemos de vivir conectados con lo que nos proporciona vitalidad, lo que nos apasiona y motiva. La ansiedad y las tensiones nos apagan. Con lo cual hacemos más y logramos menos. Si trabajamos contentos, cada día nos aporta nuevas perspectivas sobre cómo afrontar sus proyectos. Uno se mantiene abierto, con espacio mental para ser intuitivo. Gran parte de la realidad que vive está en su propia mente. Por esto Buda preguntaba a sus discípulos: ¿está seguro de sus percepciones? Muchas de las percepciones, según Buda, son falsas. Deberíamos formularnos a menudo la pregunta que planteaba el sabio.
Cultive una mente agradecida que no permita que las percepciones negativas nublen su mirada. En vez de enfocarse en lo que le falta, en lo que va mal, empiece a agradecer porque esa actitud abre la mente y amplía nuestra capacidad para lograr más haciendo menos. Gastamos menos energía vital que de otra manera se perdería por la ansiedad, el estrés y la resistencia a lo que es.
Si su mente complica y retuerce las cosas creando una realidad pesada, sentiría angustia aunque estuviera en el paraíso. Si su mente no es su amiga y sigue quejándose en una actitud crítica saboteadora, boicoteará sus logros positivos. La mente puede convertirse en su amiga o en su peor enemiga, creando paraísos o infiernos internos. Siendo rehén de ella, no importa lo bien que actúe, nunca se sentirá satisfecho. Vivirá en un estado de masoquismo en el cual se maltrata a sí mismo en vez de cuidarse y velar por su propia vitalidad.
Debemos encontrar “el ojo del huracán”, ese espacio en el cual hay quietud en nuestro interior. Puede visualizar un mar tranquilo con un horizonte amplio, y en ese espacio inmenso deje que su mente descanse.
Priorizar y concentrarse en una sola idea ayuda a calmarse y a centrarse en lo esencial. Si su cerebro corre como un caballo salvaje, escriba sus ideas y vaya centrándose en las que merecen la pena ahora. Escribir ayuda a aclararse. Si no se enfoca internamente, permite todo tipo de distracciones. No son las circunstancias y las personas las que vienen a distraerle, sino que es usted quien permite que lo hagan.
¿Está tan preocupado por el futuro que el presente lo vive como un mero medio para llegar hasta allí? Enfóquese en lo que tiene entre manos y no en el tiempo. Simplifique. Tener claro lo prioritario y centrarse en ello le ayudará a lograr más ahorrando esfuerzos.
Incluya en su agenda tiempos para imprevistos. Si finalmente no surge ninguno, dispondrá de un espacio para respirar conscientemente y relajarse, para llamar a un amigo… Si finalmente aparece algo inesperado, no tendrá que correr ni estresarse.
También permítase ir a las reuniones, dirigirse a coger aviones o trenes de una forma relajada. Lo que aparentemente puede parecer una pérdida de tiempo, nos ahorra el estrés de no llegar o de tener que dar explicaciones por nuestra tardanza.
Patricia siempre llega tarde a las reuniones, y cuando lo hace está estresada. Da justificaciones de sus retrasos. Por querer apurar hasta el último minuto, acaba desgastándose, cansándose, y quedando mal. Hace más y logra menos. Comprender el tiempo es vital para hacer menos y lograr más. Hacer las paces con él es hacer las paces con uno mismo. No se trata de gestionarlo, el tiempo está siempre lleno de abundancia y potencial, y el reloj hace tic tac sin pedirnos que lo hagamos. Lo que debemos administrar es nuestra mente y nuestra acción. Estemos presentes en lo que hacemos y pensamos. Si está lavándose los dientes, hágalo conscientemente y no pensando en muchas otras cosas. Si camina, dé un paso tras otro conscientemente y con atención. Así no tropezará. Y conseguirá revitalizarse.
Por temor a no tener suficiente, hacemos mucho más innecesariamente, hasta el punto de rompernos. Muchos de nuestros miedos surgen del pánico a morir: el miedo a asumir riesgos, al compromiso, a tomar decisiones, a equivocarse, al fracaso, a la confrontación, a ser rechazado, a la soledad, a la vida, al propio miedo. Contemplar la muerte nos mantiene centrados en lo que es esencial. Nos ayuda a poner los problemas en una perspectiva adecuada. Disminuye nuestro nivel de estrés, nos ayuda a estar desapegados de las pérdidas y las ganancias. El cómo vivimos cada instante nos importa y gozamos más de cada momento.
Sin duda la vida en la que estamos inmersos se hace cada vez más compleja, con bombardeo de datos e información, con lo cual la lógica simple no suele ser suficiente para ayudarnos a tomar decisiones complejas. La consultora y escritora Chin-Ning Chu compartió a finales del siglo pasado que “la Universidad de Harvard y la escuela de negocios INSEAD en París realizaron investigaciones que dieron como resultado que las dos herramientas más efectivas para el siglo XXI son la meditación y la intuición”. Temas que se han tratado en artículos publicados en esta misma revista.
Con la práctica de la meditación calmamos, aclaramos y nos conectamos con la fuente de vitalidad. Ahorramos tiempo. Con lo cual la excusa de “no encuentro momentos para meditar” es infundada. Medite y tendrá más espacio para vivir lo que es esencial, para disfrutar y hacer bien lo que quiere hacer. Ábrase a la intuición, la voz de la sabiduría interior, la mentora que en momentos complicados nos guía para tomar decisiones estratégicas.
Si lo que realizamos es de calidad y actuamos con atención, en consciencia plena, aunque aparentemente hagamos menos, viviremos una vida más digna, más saludable y con mejores resultados.
Ponemos un tremendo ahínco en intentar que los acontecimientos ocurran de la manera que tenemos previsto, y el resultado es que a menudo la vida no se somete a nuestro tesón. Si somos capaces de no forzar las cosas, dejamos que se desarrolle con mayor armonía. Al soltar y soltarnos nuestro potencial se expresa mejor. Si estamos ansiosos y forzamos, hay resistencia. En cambio relajando, nos abrimos de manera natural. Con menos esfuerzo logramos más.
Los invitados de María querían té e infusiones. Así que puso el agua sobre el fuego, y a cada poco levantaba la tapa del cazo para ver si ya hervía. Con la ansiedad de querer lograrlo lo más rápido posible, retrasaba la ebullición. Éste es un ejemplo sencillo de lo que a menudo hacemos con la mente. Queremos que las cosas ocurran más rápido, y nos esforzamos para ello, con lo cual pensamos demasiado, hacemos más y logramos menos o retrasamos los logros.
No se trata de bajar los brazos, sino de ser capaces de revertir la tendencia a pensar demasiado, a realizar las cosas con ansiedad y a estar cansados antes de iniciar el trabajo. Uno quiere relajarse, pero no sabe cómo soltar sus autoexigencias en los miles de detalles que considera debería haber hecho ayer. Y cuando se fuerza a ralentizar, se siente culpable.
El objetivo está en equilibrar. Disfrutar de lo que realizamos y mantener la mente contenta nos permite esforzarnos sin estrés. Para ello hemos de vivir conectados con lo que nos proporciona vitalidad, lo que nos apasiona y motiva. La ansiedad y las tensiones nos apagan. Con lo cual hacemos más y logramos menos. Si trabajamos contentos, cada día nos aporta nuevas perspectivas sobre cómo afrontar sus proyectos. Uno se mantiene abierto, con espacio mental para ser intuitivo. Gran parte de la realidad que vive está en su propia mente. Por esto Buda preguntaba a sus discípulos: ¿está seguro de sus percepciones? Muchas de las percepciones, según Buda, son falsas. Deberíamos formularnos a menudo la pregunta que planteaba el sabio.
Cultive una mente agradecida que no permita que las percepciones negativas nublen su mirada. En vez de enfocarse en lo que le falta, en lo que va mal, empiece a agradecer porque esa actitud abre la mente y amplía nuestra capacidad para lograr más haciendo menos. Gastamos menos energía vital que de otra manera se perdería por la ansiedad, el estrés y la resistencia a lo que es.
Si su mente complica y retuerce las cosas creando una realidad pesada, sentiría angustia aunque estuviera en el paraíso. Si su mente no es su amiga y sigue quejándose en una actitud crítica saboteadora, boicoteará sus logros positivos. La mente puede convertirse en su amiga o en su peor enemiga, creando paraísos o infiernos internos. Siendo rehén de ella, no importa lo bien que actúe, nunca se sentirá satisfecho. Vivirá en un estado de masoquismo en el cual se maltrata a sí mismo en vez de cuidarse y velar por su propia vitalidad.
Debemos encontrar “el ojo del huracán”, ese espacio en el cual hay quietud en nuestro interior. Puede visualizar un mar tranquilo con un horizonte amplio, y en ese espacio inmenso deje que su mente descanse.
Priorizar y concentrarse en una sola idea ayuda a calmarse y a centrarse en lo esencial. Si su cerebro corre como un caballo salvaje, escriba sus ideas y vaya centrándose en las que merecen la pena ahora. Escribir ayuda a aclararse. Si no se enfoca internamente, permite todo tipo de distracciones. No son las circunstancias y las personas las que vienen a distraerle, sino que es usted quien permite que lo hagan.
¿Está tan preocupado por el futuro que el presente lo vive como un mero medio para llegar hasta allí? Enfóquese en lo que tiene entre manos y no en el tiempo. Simplifique. Tener claro lo prioritario y centrarse en ello le ayudará a lograr más ahorrando esfuerzos.
Incluya en su agenda tiempos para imprevistos. Si finalmente no surge ninguno, dispondrá de un espacio para respirar conscientemente y relajarse, para llamar a un amigo… Si finalmente aparece algo inesperado, no tendrá que correr ni estresarse.
También permítase ir a las reuniones, dirigirse a coger aviones o trenes de una forma relajada. Lo que aparentemente puede parecer una pérdida de tiempo, nos ahorra el estrés de no llegar o de tener que dar explicaciones por nuestra tardanza.
Patricia siempre llega tarde a las reuniones, y cuando lo hace está estresada. Da justificaciones de sus retrasos. Por querer apurar hasta el último minuto, acaba desgastándose, cansándose, y quedando mal. Hace más y logra menos. Comprender el tiempo es vital para hacer menos y lograr más. Hacer las paces con él es hacer las paces con uno mismo. No se trata de gestionarlo, el tiempo está siempre lleno de abundancia y potencial, y el reloj hace tic tac sin pedirnos que lo hagamos. Lo que debemos administrar es nuestra mente y nuestra acción. Estemos presentes en lo que hacemos y pensamos. Si está lavándose los dientes, hágalo conscientemente y no pensando en muchas otras cosas. Si camina, dé un paso tras otro conscientemente y con atención. Así no tropezará. Y conseguirá revitalizarse.
Por temor a no tener suficiente, hacemos mucho más innecesariamente, hasta el punto de rompernos. Muchos de nuestros miedos surgen del pánico a morir: el miedo a asumir riesgos, al compromiso, a tomar decisiones, a equivocarse, al fracaso, a la confrontación, a ser rechazado, a la soledad, a la vida, al propio miedo. Contemplar la muerte nos mantiene centrados en lo que es esencial. Nos ayuda a poner los problemas en una perspectiva adecuada. Disminuye nuestro nivel de estrés, nos ayuda a estar desapegados de las pérdidas y las ganancias. El cómo vivimos cada instante nos importa y gozamos más de cada momento.
Sin duda la vida en la que estamos inmersos se hace cada vez más compleja, con bombardeo de datos e información, con lo cual la lógica simple no suele ser suficiente para ayudarnos a tomar decisiones complejas. La consultora y escritora Chin-Ning Chu compartió a finales del siglo pasado que “la Universidad de Harvard y la escuela de negocios INSEAD en París realizaron investigaciones que dieron como resultado que las dos herramientas más efectivas para el siglo XXI son la meditación y la intuición”. Temas que se han tratado en artículos publicados en esta misma revista.
Con la práctica de la meditación calmamos, aclaramos y nos conectamos con la fuente de vitalidad. Ahorramos tiempo. Con lo cual la excusa de “no encuentro momentos para meditar” es infundada. Medite y tendrá más espacio para vivir lo que es esencial, para disfrutar y hacer bien lo que quiere hacer. Ábrase a la intuición, la voz de la sabiduría interior, la mentora que en momentos complicados nos guía para tomar decisiones estratégicas.
No se trata de cantidad
Nuestra sociedad alaba estar ocupados. Lo asociamos con el éxito. En chino la palabra ocupado consiste en dos partes, una simboliza el corazón humano, otra la muerte. Si uno está extremadamente atareado es como si su corazón estuviera muerto. No tiene tiempo de sentir ni de sentirse. No se asombra de las maravillas de la vida, ni goza el instante presente. No escucha ni se escucha. Uno está muy agobiado, no para de hacer, pero si no está contento y su mente no está satisfecha ¿adónde va?, ¿qué busca?, ¿qué hará para estar contento?Si lo que realizamos es de calidad y actuamos con atención, en consciencia plena, aunque aparentemente hagamos menos, viviremos una vida más digna, más saludable y con mejores resultados.
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