III Asamblea General de la Asociación Acueducto Rural 'Aguas Cristalinas', vereda Santa Elena, bajo, Barichara, Santander. |
Mientras la cobertura en las ciudades es del 96%, en las zonas rurales es del 56%
El olvido de los acueductos rurales
Viviana Londoño Calle
21 de marzo de 2013
La Defensoría del Pueblo advierte sobre las
dificultades que afrontan los acueductos comunitarios en todo el país
debido a la baja calidad del líquido y al poco apoyo del Estado.
Que cerca de doce millones de colombianos puedan tener acceso al agua
en zonas rurales se debe en buena parte a la labor de los acueductos
comunitarios. De lo contrario todavía estarían esperando que los
acueductos municipales extendieran sus redes para prestarles el
servicio, pues, según cifras del DANE, mientras la cobertura del
servicio de acueducto en la zona urbana es del 96%, para la zona rural
es apenas del 56,3%. Aunque poco se ha hablado del tema, se estima que
en las zonas en las que el Estado tiene limitaciones para garantizar el
derecho al agua, vive el 24% de la población.
Sin embargo, un
reciente informe de la Defensoría del Pueblo, que conoció El Espectador,
revela que las dificultades para potabilizar el agua debido a la falta
de infraestructura y de recursos, además de las dificultades
administrativas y operativas y la falta de una legislación propia para
estos sistemas, son sólo algunas de las limitaciones que tienen los
cerca de 11.200 acueductos comunitarios en el país (sólo en las áreas
rurales de Bogotá hay 38). La cifra, sin embargo, podría ser mucho mayor
debido a que los datos no se actualizan constantemente.
En cuanto
a la calidad, un informe del Instituto Nacional de Salud (INS) señala
que es evidente la diferencia en la calidad del agua que se suministra
en las zonas urbanas y las rurales del país. Mientras en el resto del
país el riesgo de contraer alguna enfermedad relacionada con el consumo
de agua es medio, en las zonas rurales es alto. Es más,
según Gerardo Nava, director del grupo de Salud Ambiental del INS, en
algunas zonas la calidad del agua es tan baja que es inviable
sanitariamente.
Sumado a esto, según el DANE, mientras en las
zonas urbanas la cobertura es del 90%, en la zona rural no supera el
15%. Sin embargo, el informe de la Defensoría reconoce “la capacidad
de las comunidades para prestar el servicio y su organización a través
de los años para construir alternativas para abastecer de agua a la
población”.
Aunque a primera vista la llegada de acueductos
privados podría ser la solución, los asociados a este tipo de sistemas
le apuestan a seguir prestando el servicio. Así lo resume Javier
Márquez, investigador de la Corporación Penca de Sábila, que apoya el
proceso de la Red Nacional de Acueductos Comunitarios: “En la ruralidad
los acueductos comunitarios están garantizando el derecho al agua.
Fortalecer ese esquema descentralizado es la mejor manera de garantizar
agua de calidad para todos”. Además subraya la importancia de que sean
las propias comunidades las que continúen con el servicio.
“No nos
interesa que sean organizaciones rentables, no hay intereses
económicos. Buscamos llevar agua a todos los pobladores”, señala Janio
Zúñiga, miembro de uno de los acueductos comunitarios de Cauca. Por
ejemplo, actualmente en Nariño una familia puede pagar menos de $50.000
al año por el agua, y los recursos se invierten en el mantenimiento.
Otro
de los desafíos, explica Márquez, es que el Gobierno reconozca una
nueva legislación para este servicio: “No es lo mismo potabilizar el
agua en La Guajira que en Nariño, por lo que no se puede trabajar con
los mismos patrones. El Gobierno debería poner atención a este tema
porque los acueductos comunitarios no son empresas, son instituciones de
economía solidaria, gestores comunitarios”.
Al respecto, la
Defensoría es enfática: “Es necesaria una legislación construida
conjuntamente, que se ajuste a las particularidades, necesidades y
fortalezas de estos prestadores”. Además recomienda al Estado apoyar el
mejoramiento de la infraestructura y que se estudie la posibilidad de
incluir incentivos para que las comunidades sigan prestando el servicio
con mejor calidad. La respuesta del viceministro de Agua, Iván Mustafá,
es que este año se invertirán $100.000 millones en el programa de
acueductos rurales y que la idea es aumentar el acompañamiento.
Danilo
Urrea, investigador de la corporación Censat Agua Viva, asegura que los
acueductos comunitarios tienen una alto potencial: “Han trabajado
históricamente con la inasistencia del Estado y han logrado mantener
condiciones de vida en zonas de muchas dificultades. Además realizan un
ejercicio de protección territorial y del ciclo hidrológico”.
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