martes, 4 de febrero de 2014

todo por el oro


Editorial
El Espectador
3 de febrero de 2014

En medio de la audicencia que hizo la Corte Constitucional en el Amazonas para resolver la tutela contra la creación del Parque Nacional Yaigojé Apaporis sucedió algo inesperado, algo que se sospechaba pero que nadie había logrado probar

Taraira Gold Belt

Benigno Perilla, líder de la asociación indígena que puso la tutela, confesó que la minera canadiense Cosigo Resources fue la que financió y lo asesoró en todo el proceso legal para demandar al parque.

Las presiones de parte de Cosigo Resources en la región no son noticia nueva. Anteriormente se había denunciado que la minera canadiense trató de sabotear el proceso de consulta previa que precedió a la declaratoria del parque. Mientras se llevaba a cabo la consulta, Cosigo Resources ofrecía jornadas médicas en las que se promovía la minería en la región y en las que se argumentaba que la declaratoria del parque afectaría los derechos de los indígenas sobre el territorio. Aun así, el parque fue declarado y Yaigojé Apaporis se convirtió en la tercera área protegida más grande del país, luego de la ampliación de Chiribiquete.

Sin embargo, Cosigo Resources siguió dando la pelea. Dos días después de la declaratoria, Ingeominas le concedió un título minero dentro del parque. Cosigo Resources intentó demandar la creación del área protegida, pero falló en el intento. Desde la Constitución de 1991, la declaratoria de parque nacional es irreversible. Entonces se acercó a las comunidades y logró encontrar eco en algunos de sus miembros. Se rumoró que la empresa minera invitó a Bogotá a varios indígenas y a sus hijos, e incluso que los convenció de que demandaran la declaración del parque por falta de consulta previa. Pero estos sólo eran rumores. Hasta el viernes pasado, tanto la minera como los demandantes habían negado todo.

La confesión de Benigno Perilla ante la Corte Constitucional es clave (una decisión valiente, por demás) para que ésta decida si reversa o no la declaratoria del Yaigojé Apaporis. Curiosamente, este es el único parque nacional en la historia que se declaró por iniciativa de los indígenas que se vieron amenazados por los proyectos.

Sin embargo, más allá de lo que resuelva la Corte sobre uno de los casos ambientales más polémicos del país, vale la pena preguntarse por la ética de una compañía extranjera que acepta un título minero en un área protegida y que hace todo lo que está a su alcance para poder explotarlo. Inclusive financiar la estrategia legal de un grupo de indígenas para demandar la creación del parque, uno de los lugares más biodiversos de Colombia.

La Agencia Nacional de Minería, la Procuraduría y Parques Nacionales han pedido la revocatoria del título minero de Cosigo Resources, pero esto aún no ha sucedido. La minera canadiense se niega a renunciar voluntariamente a él. El título lo tiene sobre una zona inmensamente rica en oro, que además es uno de los lugares sagrados de las comunidades de la zona y uno de los lugares más biodiversos del mundo. Cosigo Resources tiene otros dos títulos en la zona aledaña al parque con los que ya empezó la fase exploratoria. Entonces, ¿hasta dónde es capaz de llegar una empresa con tal de desarrollar un proyecto minero? ¿Dónde está la responsabilidad empresarial de Cosigo Resources al intentar quitarle la protección a una de las áreas cuya cultura y naturaleza son de las mejores preservadas del Amazonas?

El caso de Cosigo Resources y su lucha por explotar oro en Yaigojé Apaporis sólo ponen en evidencia lo vulnerables que son las comunidades ante la presión de las multinacionales. Esto es peligroso en un país como Colombia, que le está apostando a la minería como uno de sus ejes de desarrollo. ¿Cómo podemos aceptar la falta de transparencia de Cosigo Resources? Muchas empresas tienen la Amazonia en la mira, y si no se tiene un mayor control de su influencia en la región, se pueden perder tesoros naturales que son los que hacen de Colombia uno de los países más biodiversos del mundo.


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