jueves, 26 de enero de 2012

¿Debe un juez ganar en un mes lo que un maestro de escuela en doce años?


Blog: Vientos del Brasil
Por: |
26 de enero de 2012
El País

En Brasil un juez puede ganar en un mes lo que un maestro de primaria en una escuela pública en doce años, y lo que un trabajador con sueldo base, en 20 años. La noticia la dan hoy los grandes diarios y ha creado perplejidad. Enseguida ha habido quien ha afirmado que se explica así el que Brasil sea quizás el país del mundo con mayor carga tributaria (36%), que se come cuatro meses de salario de un trabajador, y con tanta deuda pública.

Una de las asignaturas pendientes en Brasil es , sin duda, el de los sueldos de los funcionarios públicos de ciertas categorías. No es posible, por ejemplo, que un juez llegue a ganar cifras tan astronómicas, como describe hoy la prensa nacional, con datos oficiales del Consejo Nacional de Justicia (CNJ)

Sobretodo si comparamos esos sueldos a los de los otros trabajadores, incluso públicos, como los maestros. Según esos datos, por ejemplo, en Rio, un juez puede llegar a ganar en un mes 150.000 reales ( 65.000 euros). La mayoría consigue ganar 50.000 reales , cuando el sueldo oficial debería ser de 24.117 reales. Más aún, hay jueces que además de esos sueldos astronómicos, reciben de repente en su cuenta cantidades de 400.000 reales (180.000 euros) extras en un año. Hubo algún juez que recibió hasta 1,600.000 reales (730.000 euros)

En 2010, en Rio, 112 jueces recibieron más de 100.000 reales por mes y nueve más de 150.000. Y lo mismo en Brasilia donde hasta un técnico judicial, sin estudios universitarios, recibe 39.000 reales (17.000 euros).

En el Consejo Nacional Judicial justifican esos súper sueldos de los jueces y funcionarios de justicia porque, por ejemplo el Tribunal de Rio, cuenta con un fondo propio para administrar y que muchos jueces “venden parte de sus vacaciones” o acumulan varios cargos.

Según la ley, ningún funcionario del Estado podría superar el techo del sueldo oficial de un magistrado del Supremo que es de 27.000 reales (12.000 euros). Sin embargo, en la práctica eso no se cumple. Los mismos diputados y senadores, acaban costando al Estado, por mes, 120.000 reales (50.000 euros) cuando sus sueldos no deberían superar el techo del sueldo mayor de un funcionario público. Un diputado puede tener hasta 20 asesores pagados por el Estado mas innumerables otros privilegios que ellos mismos se van regalando.

Siempre tuve un gran respeto por la justicia, desde que mi padre, maestro rural en Galicia, al igual que mi madre, nos infundía el respeto por dicha institución, sin la cual, nos decía, un país nunca será libre y equitativo. Y nos ponía el ejemplo de la balanza, símbolo de equilibrio y de la justicia. Y viviamos, entonces, tiempos de dictadura.

Sin duda, que un juez o un magistrado deben ganar bien pues su responsabilidad es fundamental en el marco de una democracia. Es, por hacer una redundancia, una tema de “justicia”. Y no me parece mal que un juez pueda ganar hasta diez veces más que un maestro de primaria en una escuela del Estado. En España creo que ni ganan en esa proporción.

Ahora, lo que sí parece “injusto”, es que un maestro, cuya responsabilidad social, sin ser como la de un juez, es también muy importante ya que está formando con su trabajo y dedicación a las nuevas generaciones, y que es un suplemento esencial de la educación que los niños reciben en la familia, necesite, como aquí en Brasil, trabajar veinte años, para ganar lo que un juez de Rio en un mes. Es totalmente desorbitado.

O que un juez pueda llegar a ganar en un mes doscientas veces más que un trabajador con un sueldo base, que para comprarse, por ejemplo un piso del valor de lo que gana un juez en un año, necesita pagar la mitad de todo lo que gana en una hipoteca durante treinta años.

Brasil ha mejorado mucho en estos últimos veinte años. Antes, el 80% de la gente vivía en la pobreza o en la miseria. Hoy, de diez brasileños, seis son considerados como de clase media, aunque muchos de esa esa clase media ganen hoy 140 veces menos al mes que un juez o un magistrado. Sin contar que un maestro se jubila con poco más de mil reales (400 euros), mientras que un juez o un alto funcionario del estado lo hace con el sueldo completo de 10.000 euros, al mismo tiempo que puede acumular varias jubilaciones, algo que se está ahora debatiendo. Por ejemplo, un diputado puede usufruir a veces hasta de tres jubilaciones: la de diputado, la que le queda si fue también gobernador o la que le pertenece por algún otro cargo que haya podido tener en una empresa pública pudiendo llegar hasta a 30.000 euros.

Hay quienes se preguntan por qué entonces los brasileños no salen a la calle para protestar por esas injusticias tan patentes. La respuesta es que de alguna forma todos han mejorado un poco en relación a años atrás, que todos o casi todos tienen trabajo aunque ganen en él doscientas veces menos que un alto funcionario público, sobretodo porque es un país, al igual que en muchos de América Latina, en el que los ciudadanos están acostumbrados desde antaño, a que unos, los privilegiados, puedan ganar infinitamente más que los otros, los de a pie, los sin privilegios. “Siempre fue así”, dicen entre resignados e impotentes.

Hay también quien recuerda que en la empresa privada hay ejecutivos que ganan también en esa proporción . La diferencia sin embargo es que los sueldos de los jueces o diputados o gobernadores no los paga la empresa privada, los pagan los impuestos de todos los trabajadores brasileños, lo que es totalmente diferente y claramente injusto.


( Fue un error.Cambiaron el cheque del diputado por uno de maestro. Y no resistió)

Pd: Yo diría que en Colombia no estamos muy lejos de esta realidad brasileña, por no decir que en toda América Latina...


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