miércoles, 3 de diciembre de 2008
tareas cotidianas
Ya sobre las 6:00am vino Beto, su papá y su hermana a recoger el fríjol que habíamos sembrado en compañía.
Teníamos planeado ir al pueblo a recoger lo que nos traía Pedro Tasco de Bogotá. Al final no viajó ayer, pero si lo hizo esta madrugada, -digo madrugada porque marchó a las 2:00am-, así que hasta hoy pasaba a recoger los encargos.
Los planes no los cambiamos y de todas maneras marchamos, eso sí, Joan y Mauro, las chicas se quedaron en casa.
Llevamos basura -los miércoles pasa la volqueta del pueblo recogiendo calle por calle- Y luego aprovechamos para hacer algunos recados. Ir a la ferretería de Olivo, pasar por correos, ir a devolver a Andrés Arboleda un taladro que nos había prestado hace meses, comprar pan y traer algunas encomiendas más.
Tanto de ida como de vuelta hicimos un camino no acostumbrado. Resulta que a la altura de la vereda El Salitre, están haciendo unas huellas (esto es, cementando trozos de camino, sobre todo subidas, que en época de invierno se vuelven casi intransitables). Así pues que marchamos por las veredas Paramito y San José, por cierto que el paisaje es mucho más bello por esa zona.
El día lo acabamos lavando una alberca, poniendo aceite a unas maderas, acabando un colgador para la ropa, matando un pollo y hasta tiempo de planchar quedó. Eso sí, tan intensa la jornada que ni ganas de la partida de cartas nocturna quedó.
PD: Felicidades a todos los Javieres
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