Blog: Carlos Múnera - Café Contigo
publicado el 13 de mayo de 2013
Preparación en Chemex. Foto Pergamino |
A una invitación a tomar buen café, por parte de Pedro Echavarría, de la tienda de café Pergamino,
a través de Leonardo Henao, de esta misma casa; le siguió una
conversación acerca de esta tienda de café especial en Medellín; pero
una charla sin café en un contexto como este sería un desperdicio.
El primer espresso servido era una mezcla de Santa Bárbara y Fredonia,
“Con dos atributos diferentes para darle complejidad”, como lo detalla
Leonardo Henao, académico de la casa citada. La segunda taza fue de la
empresa Alterra, un café que se vende bajo la marca Espresso Toro, una
compleja mezcla, secreta, de diferentes orígenes; al respecto, Leonardo
Henao, detalla: “Ellos manejan la mezcla bajo llave, puede tener un 50% ó
60% de Sumatra, 10% de Yirgacheffee (Etiopía) y un suave, que puede ser Colombia, Costa Rica o Guatemala ¡Una mezcla increíble!”. Luego, un café filtrado en Chemex,
fue servido con una variedad 100% Típica, variedad que en Antioquia le
llaman Pajarito y en el sur del país, Común; cultivado a 1.900 msnm en
el municipio de Santa Bárbara.
Esta breve entrada va dando luces de qué
tan profunda puede ser la inmersión en el mundo del café por parte de
consumidores curiosos, formados o exigentes, ya que nuestra cultura del
café, hace parte de conocimiento por años descuidado. Somos y hemos sido
por mucho tiempo, un público consumidor de productos de baja calidad y
sin valores agregados en taza; hemos sido consumidores educados por
pautas y campañas publicitarias. El público colombiano deberá guardar
temporalmente la frase del “Mejor Café”; para darse a la tarea de probar
tazas de otros orígenes que no tienen que ser de países. Hay que darse a
la tarea de probar granos de nuestros municipios, variar, saborear,
degustar ese sabor residual de cada café y dejarnos sorprender como me
tomó por sorpresa el café que, en Chemex, me brindaron en Pergamino: probar una taza y creer que la barista la dejó, quizás, perfumada con el aroma a flores de
su loción; pero sabe uno que la niña es una experta en formación
continua, que lo más seguro es que no tenga perfume puesto y que la
sorpresa no era una indelicadeza de quien lo preparó, sino los
sorprendentes sabores que puede darnos un buen café y una taza bien
preparada.
Los invito a
exigirse más, a buscar nuevas ofertas, a probar nuevos aromas y
sabores; eso sí, sin endulzantes y sin confites de menta antes o después
de la taza ¡Ni más faltaba!
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