jueves, 13 de junio de 2013

¿una taza de café oliendo a perfume?


Blog: Carlos Múnera - Café Contigo
publicado el 13 de mayo de 2013


Preparación en Chemex. Foto Pergamino
 Con la educación de los sentidos, el acto de tomar café va dejando de ser un mecánico reflejo que  ahuyenta sueños y perezas, para convertirse en una celebración de la tierra y los sentidos, un ritual de reconocimiento a la transformación de la tierra en un grano que, en manos expertas, toma notas más exóticas y exigentes.

A una invitación a tomar buen café, por parte de Pedro Echavarría, de la tienda de café Pergamino, a través de Leonardo Henao, de esta misma casa; le siguió una conversación acerca de esta tienda de café especial en Medellín; pero una charla sin café en un contexto como este sería un desperdicio.

El primer espresso servido era una mezcla de Santa Bárbara y Fredonia, “Con dos atributos diferentes para darle complejidad”, como lo detalla Leonardo Henao, académico de la casa citada. La segunda taza fue de la empresa Alterra, un café que se vende bajo la marca Espresso Toro, una compleja mezcla, secreta, de diferentes orígenes; al respecto, Leonardo Henao, detalla: “Ellos manejan la mezcla bajo llave, puede tener un 50% ó 60% de Sumatra, 10% de Yirgacheffee (Etiopía) y un suave, que puede ser Colombia, Costa Rica o Guatemala ¡Una mezcla increíble!”. Luego, un café filtrado en Chemex, fue servido con una variedad 100% Típica, variedad que en Antioquia le llaman Pajarito y en el sur del país, Común; cultivado a 1.900 msnm en el municipio de Santa Bárbara.

Esta breve entrada va dando luces de qué tan profunda puede ser la inmersión en el mundo del café por parte de consumidores curiosos, formados o exigentes, ya que nuestra cultura del café, hace parte de conocimiento por años descuidado. Somos y hemos sido por mucho tiempo, un público consumidor de productos de baja calidad y sin valores agregados en taza; hemos sido consumidores educados por pautas y campañas publicitarias. El público colombiano deberá guardar temporalmente la frase del “Mejor Café”; para darse a la tarea de probar tazas de otros orígenes que no tienen que ser de países. Hay que darse a la tarea de probar granos de nuestros municipios, variar, saborear, degustar ese sabor residual de cada café y dejarnos sorprender como me tomó por sorpresa el café que, en Chemex, me brindaron en Pergamino: probar una taza y creer que la barista la dejó, quizás, perfumada con el aroma a flores de su loción; pero sabe uno que la niña es una experta en formación continua, que lo más seguro es que no tenga perfume puesto y que la sorpresa no era una indelicadeza de quien lo preparó, sino los sorprendentes sabores que puede darnos un buen café y una taza bien preparada.

Los invito a exigirse más, a buscar nuevas ofertas, a probar nuevos aromas y sabores; eso sí, sin endulzantes y sin confites de menta antes o después de la taza ¡Ni más faltaba!


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