Tomado de El Espectador
Carolina Gutiérrez Torres
(...) En toda la Sierra hay unos 50 mil indígenas, 30 mil de ellos arhuacos. Alrededor de 200 familias viven en la parcialidad Yewrwa, en la que nació Aurora. Las casas, que ellos llaman urakus en su lengua, son de barro cubierto de paja y, casi por religión, cada familia tiene una parcela con cultivos de plátano y fríjol y café... todos cultivan café y lo hacían antes de que Aurora llegara de Bogotá con la idea de hacer de su comunidad una productora ordenada de este grano.
“Con mi proyecto lo que quería era organizar a la comunidad y que trabajáramos en equipo”. Y eso fue lo que les explicó a los mamos hasta convencerlos de que aceptaran su proyecto: “No vamos a cambiar nada —les dijo—, vamos a organizar lo que ya tenemos y luego sembramos nuevas plantas”. Cuando los mamos dijeron que sí, un día de 1995, comenzó el proceso que, después de 14 años, terminó con una marca llamada Anei, que además de café, produce panela y té orgánico y artesanías.
En un principio 50 familias se unieron a Aurora, y cada una sembró una hectárea de café en su uraku. Luego se unieron más y más personas y llegaron nuevos líderes. (...)
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