“Y las flores a la vera del camino, los pájaros del cielo y los lirios del bosque, los niños que juegan gritando en la plaza y las multitudes que se amontonan para escuchar al Profeta, con los cojos, los ciegos y los achacosos, todo tiene a los ojos de los limpios de corazón como María, un deje de inocencia.
Dios al tocarlo todo, deja en cada uno una nueva transparencia"
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