(…) no podemos permitir seguir siendo prisioneros de desacuerdos del pasado. Le agradezco al presidente Ortega que no me haya culpado a mi por cosas que sucedieron cuando yo tenía sólo tres meses de edad. (…)
Fragmentos del texto de la Carta de la Paz dirigida a la ONU:
I.- Los contemporáneos no tenemos ninguna culpa de los males acaecidos en la Historia, por la sencilla razón de que no existíamos.
II.- ¿Por qué, pues, debemos tener y alimentar resentimientos unos contra otros si no tenemos ninguna responsabilidad de lo acontecido en la Historia?
III.- Eliminados estos absurdos resentimientos, ¿por qué no ser amigos y así poder trabajar juntos para construir globalmente un mundo más solidario y gratificante para nuestros hijos y nosotros mismos?
1 comentario:
Gracias a Dios, Existe suficiente trabajo para restablecer relaciones y construir a travès de la cooperaciòn.
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