domingo, 30 de noviembre de 2008

adviento


SILENCIOSO el Adviento,

con el mismo silencio que se hace ante la nieve,
camina por el bosque
bajo ramas de místicos abetos.

¡Oh, si nuestra ansiedad pudiera detenerse
y caer todo el peso de los cuerpos cansados!

Por los arcos triunfales
que levantó nuestra pobreza,
quisiéramos entrar, grandes como los héroes
que, derramando sangre, no mancharon sus manos.

Quisiéramos soñar la Navidad
en una casa campesina,
y sentir el encanto de las misas de alba,
de su música.

Vinko Kos (1914-1945)

1 comentario:

mgomezt dijo...

El placer de vivir la vida primaria de campo que envidia, son pocos los afortunados pero pocos lo entienden