viernes, 29 de abril de 2011

Viendo llover en Macondo


Por: Catalina Ruiz-Navarro
El Espectador

El invierno se precipitó un domingo a la salida de misa.

«El presidente Juan Manuel Santos se dirigió este lunes en la noche al país para presentar un reporte sobre el modo que está actuando el gobierno en medio de esta ola invernal.» Alguien dijo junto a mí: "Es viento de agua". Y yo lo sabía desde antes. Entonces llovió. «De acuerdo con el mandatario, ha sido un invierno ininterrumpido más no en dos fases, como lo han interpretado la mayoría de los colombianos.» Y el cielo fue una sustancia gelatinosa y gris que aleteó a una cuarta de nuestras cabezas. «El mayor número de emergencias se ha presentado por inundaciones, deslizamientos y vendavales, y en menor proporción por avalanchas. Además, se registró una situación por mar de leva.»

En la intensidad uniforme y apacible se oía caer el agua como cuando se viaja toda la tarde en un tren. «Así las cosas, a estos últimos no les queda más remedio que alistar sus pertenencias y mudarse temporalmente hacia las zonas más altas.» Pero sin que lo advirtiéramos, la lluvia estaba penetrando demasiado hondo en nuestros sentidos. «"Es como si todo nuestro territorio fuera afectado por un huracán que entró a mediados del año pasado y no ha querido salir", aseveró.» Un chorro de agua comenzaba a correr por entre las macetas. "Creo que en toda la noche han tenido agua de sobra", dijo mi madrastra. Y yo noté que había dejado de sonreír y que su regocijo del día anterior se había transformado en una seriedad laxa y tediosa. «Decretamos la emergencia para ver cómo podemos hacer mucho más rápido para evitar en la medida de lo posible el sufrimiento de la gente.» Llovió durante todo el lunes, como el domingo. «Los camioneros se las ingenian para llevar los alimentos a las centrales de abastos del país a través de verdaderas trochas lo cual se suma a altos costos del combustible.» Pero entonces parecía como si estuviera lloviendo de otro modo, porque algo distinto y amargo ocurría en mi corazón. «La vía fluvial, que es un brazo artificial del río Magdalena abierto en el siglo XVI, se rompió a su paso por Santa Lucía, localidad del departamento del Atlántico, y las aguas desbordadas han anegado al menos cuatro centros urbanos y extensas zonas agrícolas y ganaderas.»

Era apenas una voz que me decía: "Por lo visto no piensa escampar nunca", y cuando miré hacia la voz, sólo encontré la silla vacía. «La policía de Tránsito reportó el cierre de 78 pasos viales.» Al atardecer del martes el agua apretaba y dolía como una mortajada en el corazón. «El funcionario también advirtió de la llegada al país del fenómeno climatológico de "La Niña", que en este segundo semestre tendrá incidencia en el aumento de las lluvias.» Estábamos paralizados, narcotizados por la lluvia, entregados al derrumbamiento de la naturaleza en una actitud pacífica y resignada. «Para el dirigente gremial, el actual invierno es el hecho más grave que ha encarado el país en su historia y agregó que si las lluvias se prolongan más de lo proyectado, esto podría traer repercusiones en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.» En la expresión de los hombres, en la misma diligencia con que trabajaban se advertía la crueldad de la frustrada rebeldía, de la forzosa y humillante inferioridad bajo la lluvia. «"Desde el año pasado hasta hoy se han girado a departamentos y municipios cerca de 450 mil millones de pesos exclusivamente para asistencia humanitaria y alojamiento –que es lo más urgente: garantizar la comida y un lugar para dormir a las familias damnificadas", dijo.» Simplemente llegaba, precisas, individualizadas, como conducidas por el barro líquido que corría por las calles y arrastraba objetos domésticos, cosas y cosas, destrozos de una remota catástrofe, escombros y animales muertos. «Explicó que la tragedia "avanza a una velocidad inusitada". Y que "en todos lados vemos cómo los ríos siguen creciendo. Sigue lloviendo en el centro del país. Eso afecta todos los cauces de los ríos.» "¿No lo sientes?", le dije. Y él dijo "¿Qué?" Y yo dije: "El olor. Deben ser los muertos que están flotando por las calles".

«Las consecuencias de las inundaciones son enormes, hay pueblos enteros cubiertos por el agua, avalanchas, que han dejado varias victimas, carreteras destruidas y sembrados destruidos.» "Debe haber escampado en alguna parte", pensé, y una voz a mis espaldas pareció responder a mi pensamiento: "Dónde...", dijo. "¿quién esta ahí?", dije yo, mirando. «Según información entregada por la Dirección de Prevención y Atención de Desastres, las intensas lluvias que se han venido registrando en el país durante las últimas semanas ha dejado como saldo 6 personas muertas, 10 heridas y 8.631 damnificadas.» Permanecí rígida antes de darme cuenta de que me encontraba en posición horizontal. «La Cruz Roja dijo que los damnificados están en 27 departamentos colombianos por lluvias.» Entonces sentí el vacío inmenso, Sentí el trepidante y violento silencio de la casa, la inmovilidad increíble que afectaba a todas las cosas. «El estatal Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) pronosticó que las lluvias se prolongarán hasta mediados de junio próximo».

jueves, 28 de abril de 2011

Más allá del oro de Santurbán


Agroecología y Oro Verde, amigables con el ambiente

Por: Diana Carolina Cantillo E.
Enviada Especial. El Espectador
23 de abril de 2011


Un grupo de campesinos y organizaciones ambientales visitaron el páramo, en Santander, para presentar a las comunidades actividades productivas diferentes a la minería a gran escala.

Una inmensa nube anclada en la cadena montañosa no permite distinguir entre el cielo y el páramo. El viento se impulsa, se abre paso entre la neblina. Quienes van camino a la cumbre del páramo Monsalve, Santander, extrañan que estando a casi 3.000 metros de altura no han sentido frío. Entonces don Pedro, un campesino de la zona, les explica que “es por la noche, cuando las nubes se pegan bien pegaditas al cielo, que se empieza a sentir el frío del páramo”.

La travesía comienza en el Alto de Cachirí rumbo al páramo de Monsalve, el cual hace parte del complejo paramuno de Santurbán y es donde nace el río Suratá, el cual fluye por el estrecho cañón de las cuchillas de Magueyes y del Común, para desembocar en el Río de Oro, en el municipio de Girón.

Hace un mes, la presión social al gobierno impidió que el Proyecto Angostura, de la multinacional aurífera Greystar, se desarrollara en el páramo de Santurbán.

Ahora el objetivo inicial de la misión ecológica, conformada por 30 personas (campesinos, afrocolombianos, indígenas, ambientalistas, investigadores y académicos), era el de alcanzar la cima del complejo, ubicada en los municipios de Vetas y California —pero por razones de seguridad sería imposible llegar hasta allí— y enseñarles a los habitantes de estas regiones actividades económicas diferentes a la minería, que emplea químicos y grandes cantidades de agua.

“Que los campesinos cultivaran alimentos propios de sus regiones, antes era un reto. Ellos no se imaginaban cómo era un caldo con papa orgánica”, afirma Adam Rankin, ingeniero ambiental y director de Fundaexpresión y la Escuela Agroecológica. Rankin asegura que sí se puede pensar en procesos de producción sostenible con semillas criollas, sin pesticidas y químicos, que aseguren la autonomía alimentaria de estas comunidades.

Es el caso de la Escuela Agroecológica de la Provincia de Soto, Santander, la cual surgió en 2001 por iniciativa de Fundaexpresión y con el acompañamiento técnico de la Universidad Industrial de Santander (UIS). Allí, cerca de 50 familias campesinas asociadas de Lebrija, Suratá, Matanza, Floridablanca, Girón, Piedecuesta, Charta y Tona han recuperado más de 180 tipos de papa, además de sembrar cultivos diversificados de habas, maíz, fríjol, hortalizas, apio y quinua, y mantener sistemas pecuarios amigables con el medio ambiente, como criaderos de truchas. Este grupo ha logrado crear casas campesinas para promocionar y vender sus productos. En Santurbán también sería posible.

A lo lejos se alcanza a ver un bosque de pinos y se siente un fresco aroma a eucalipto. Algunos de los que emprendieron este viaje contemplan a estas plantas con admiración por bellas e imponentes, en comparación con las otras que se observan en el camino. Tatiana Rodríguez, investigadora de minería de Censat-Agua Viva —organización ambientalista colombiana—, aclara que ninguna de estas dos plantas son propias del páramo, que fueron plantadas por la Corporación Autónoma Regional por la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) hace más de diez años, como plan de reforestación a causa de la quema del suelo para la creación de potreros. Explica, además, que necesitan de grandes cantidades de agua para crecer, quitándoles la oportunidad de vivir a los arbustos propios de este ecosistema, los cuales tienen por función captar el agua y liberarla poco a poco.

Los páramos son como una esponja. Si usted arranca un pedazo de tierra y la espachurra, le va a salir harta agua. Es por eso que esas empresas grandes van detrás de él”, es la explicación que da Cruz de Lina Landazábal, oriunda de Cachirí, un corregimiento de Suratá, en el departamento de Santander. Ella ha vivido toda su vida en el subpáramo de Monsalve, donde tiene una parcela en la que desarrolla cultivos sin químicos y pesticidas. Recuerda que un hermano suyo murió en una mina ilegal a causa del cianuro y que por eso y la contaminación que le han ocasionado al páramo, ella y la minería no van.

Cruz de Lina es la encargada de dirigir al grupo por la trocha pedregosa y resbaladiza del páramo, hasta el Monsalve, camino que según ella puede andar con los ojos vendados porque lo recorre hace 30 años en bestia o a pie, según el clima.

Antes de subir al páramo, en el corregimiento de Cachirí, el grupo se reunió con campesinos de Suratá y con Marta Patricia Suárez, secretaria de Salud del municipio, con el fin de intercambiar sus experiencias en torno a la preservación del ecosistema de páramo y las alternativas productivas empleadas en otras regiones, como lo son los cultivos agroecológicos y un proyecto llamado Oro Verde.

Oro Verde nació como una iniciativa de organizaciones como la Fundación Amigos del Chocó (Amichocó) y el Consejo Comunitario del Chocó, las cuales buscan que las generaciones jóvenes chocoanas practiquen las técnicas ancestrales de la minería artesanal, las cuales son aplicadas para el oro de aluvión, por ejemplo el mazamorreo, zambullidero y agua corrida.

El oro verde es natural y se comercializa bajo esta premisa alrededor del mundo, desde 2006, lo que le hace tener un valor agregado que se traduce en que se paga más por éste que por el oro extraído con químicos. En la actualidad 194 familias afrocolombianas e indígenas de Alto San Juan (Chocó) se benefician del proyecto. Pero las multinacionales están detrás del otro método, el contaminante.

En el caso de Suratá, de acuerdo con José Ignacio Echeverría, alcalde del municipio, “el 100% del territorio tiene solicitud de explotación minera. Lo único que se salva es los 10 metros de ancho y los 25 kilómetros de largo que tiene el río”. Durante la visita a este municipio, se pudo observar la exploración que realiza Oro Barracuda, empresa minera que está abriendo vía de Cachirí a Arboledas.

De tal reunión surgió la propuesta de crear una reserva campesina no sólo para defensa de la zona de páramo que pertenece a ese corregimiento, sino para la protección de sus formas de vida y fuentes de preservación propias, como los campesinos con vocación netamente agrícola y no minera.

EnlaceÉber Abello Villada, concejal y miembro de la Asociación de Productores del municipio de Caramanta, Antioquia, quien hace parte de la misión ecológica, considera que “la única salida que tenemos las personas que vivimos en zonas en las que hay oro, es la de asociarnos en comunidad para hacerles frente a las multinacionales y al mismo Gobierno, para quienes prima el desarrollo capitalista y no el cuidado del agua”.

Cruz de Lina va a la delantera del trayecto y para darles ánimo a los agotados caminantes les dice que “el páramo virgen está sólo a tabaco y medio”. Por ahora sólo se ven potreros, musgos que la gente de la zona llama colchón de pobres, cepos —unas flores tubulares de color fucsia que sirven de alimento a colibríes—, uvos y moras silvestres. Durante el camino, Cruz de Lina explica a sus pupilos todos los secretos que guardan esas tierras: “Esta es la sanalotodo —dice señalando una planta— y la utilizamos para curar todos los males”. Luego se ríe. Después de una hora de camino, se ve abundante paja y unas plantas de tallo pequeño con hojas de terciopelo: los frailejones. Eso indica que es páramo. Sigue la caminata otros cinco minutos hasta que una estatua del Sagrado Corazón de Jesús les da la bienvenida a sus visitantes. Allí el grupo hace un círculo, las personas se toman de la mano y hacen una oración, que cada quien ofrece a su dios y según su creencia. El grupo promete ser el guardián de la naturaleza de sus regiones, como el oro más preciado que tienen siendo ellos labradores de la tierra.

Lo cierto es que por Santurbán unos se han desnudado en medio del frío montañés defendiendo la causa ambientalista, y otros al borde de propinar linchamientos han tratado de proteger la actividad minera, la cual consideran su sustento. Pareciera que su niebla adherida a las rocas y la multiplicidad de su horizonte embrujaran a todo aquel que pise este paraíso.

El intento fallido de Greystar

El pasado 17 de marzo, cuando se conoció que la minera canadiense Greystar retiraría su solicitud de licencia para la explotación de oro en el páramo de Santurbán, Santander, la multinacional dejó abierta la posibilidad de realizar un nuevo proyecto en esta región: explotación subterránea.

La respuesta del Ministerio de Minas y Energía no se hizo esperar. A través de un comunicado aseguró que “debe quedar suficientemente claro que de ninguna manera es viable un proyecto de explotación subterránea que comprometa el ecosistema integral de páramo y subpáramo”.

A partir de ese momento ha habido silencio en Greystar. La última noticia de la multinacional corrió por cuenta de un remezón en sus puestos directivos. Fue nombrado como presidente al abogado colombiano Rafael Nieto Loaiza, en reemplazo de Steve Kesler, quien estuvo al frente de la fallida licencia en Santurbán.

martes, 26 de abril de 2011

Gonzalo Rojas


In memoriam
Diciembre 20 de 1917 - Abril 25 de 2011

"Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y te quedas como inmóvil, oyendo que te llamo... "



Poeta chileno nacido en Lebú, Arauco, en 1917.

Estudió Derecho y Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Fue profesor de Estética Literaria y Jefe del Departamento de Castellano en la Universidad de Concepción. Ejerció la docencia en Utah, EE.UU., Alemania y Venezuela. Organizó a partir de 1958 los famosos Congresos de Escritores en Concepción, reuniendo lo más selecto de la literatura latinoamericana. Fue diplomático en China y Cuba. Perteneció al grupo surrealista reunido en torno a la Revista Mandrágora, 1938 - 1943.

Recibió numerosos premios internacionales, entre los que se cuentan: Premio Sociedad de Escritores de Chile por «Poesía Inédita» 1946, Premio Reina Sofía de poesía de España, Premio Octavio Paz de México y José Hernández de Argentina, además del Premio Nacional de Literatura de Chile en 1992 y del Premio Cervantes de Literatura 2003.

Luego de una corta enfermedad, falleció el 25 de abril de 2011.

-----

¿Qué se ama cuando se ama?

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

-----

Al silencio

Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.


lunes, 25 de abril de 2011

vamos arando, dijo la mosca sobre el cacho del buey



En días pasados Jairo y su yunta de bueyes, chino y negro, vinieron y nos ayudaron a arar un trozo de tierra para sembrar fríjol. Veremos cómo será la cosecha!

"Cada quien, pues, lleve el fardo que sus energías le permitan, y recuerde que en cualquier caso arar ha sido siempre una tarea que pueden compartir al unísono el buey y la mosca"

De animales y hombres
Cuentos fábulas y lo demás es silencio
Augusto Monterroso


domingo, 24 de abril de 2011

mona de pascua



Para celebrar la pascua de este 2011 hemos preparado una 'mona' de pascua, un regalo que los padrinos de bautizo, tradicionalmente, hacen a sus ahijados; así que esta es virtual para todos nuestros ahijados (que por nuestras cuentas son muchos...) Así pues que feliz pascua de resurección!!


cambio climático y café en Colombia





El sur, la otra historia del café


Federacafé le apuesta a duplicar la renovación de los cafetales

Por: Héctor Sandoval Duarte

El Espectador


Huila, Cauca y Nariño buscan expandirse pese a la roya. La nueva generación de productores preocupa al gremio.


La abundante mano de obra que desde Cauca, Nariño y otros departamentos del sur de Colombia llegó hace años al Eje Cafetero (Quindío, Risaralda y Caldas) para cultivar y recoger café en busca de mejores oportunidades, regresó a su tierra por el mismo camino para sembrar el grano lejos de una región que con el paso de los años fue transformando esa vocación cafetera totalitaria que posicionó a Colombia como país monoexportador.

Por ejemplo, municipios del Cauca como Balboa, Bolívar, La Vega, La Sierra y Almaguer, donde había siembras de cultivos ilícitos, le abrieron paso a la promesa del café, a tal punto que en el departamento el número de hectáreas sembradas ya asciende a 76.000 pese a la lucha constante contra la roya, que en hoy día tiene en la cuerda floja a cerca de 300.000 hectáreas en territorio nacional.


Asimismo en Nariño, poblaciones como La Unión, San Lorenzo, Buesaco y Sandoná siguen creyendo en los buenos precios internacionales del café y expanden sin tregua el área cultivada. Huila tampoco se quedó atrás y municipios como Timaná, Pitalito y San Agustín le apostaron a cafés de alta calidad.

El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, recalcó que el café proveniente de Nariño es en este momento el mejor pago del país, mientras que el proveniente del Huila, de carácter especial, ha logrado posicionarse en el mundo. Explicó que Brasil, país que produce 18 millones de sacos al año, ha intentado copiar el concepto de calidad que tiene el grano nacional.


Mario Gómez Estrada, miembro del Comité Cafetero, aseguró que Huila en la actualidad (el cual forma parte de la región cafetera del sur junto a Nariño y Cauca) “pasó por encima de todos los departamentos y está a un punto de Antioquia, pues produce café todo el año y tiene mano de obra estable”. Además explicó que Nariño sigue siendo foco de atención para la multinacional Starbucks. “La caficultura tiene valores agregados que el mercado reconoce”, agregó.


También indicó que los cafés de baja calidad provenientes de países como Vietnam abren mercados para el grano colombiano en sus diferentes variedades.


Tener la carga de café por encima de $1’050.000 es, para el consultor en desarrollo internacional Hernán Román, un estímulo para ampliar la producción cafetera de Nariño, de la mano de programas para cultivar café en pisos térmicos más altos. Sin embargo, la roya ha hecho de las suyas en este departamento.


Asimismo, el director ejecutivo del Comité Departamental de Cafeteros del Cauca, Gerardo Montenegro Paz, sostuvo que los hijos de los cafeteros que hicieron escuela en el Eje Cafetero —el cual ha cambiado su vocación hacia actividades como el agroturismo— siguen viendo que en la siembra del grano está la oportunidad. “Somos 90.000 familias. De éstas, 13.000 proveen café especial para la firma Nespresso. Hay alta calidad, esto anima a la gente a renovar cafetales envejecidos”, afirmó.


Pese a que los hijos de los cafeteros creen todavía en el negocio de sus padres, el gerente de la Federación de Cafeteros no deja de estar preocupado por el envejecimiento de los productores en las regiones tradicionales donde se cultiva el grano y por las pocas posibilidades que tienen los caficultores de migrar con su viejo oficio hacia otras regiones de la geografía nacional. “Si se abandona el campo, se pierde en dos segundos”.


Hablar de una sustitución del Eje Cafetero por otras zonas que producen mayores cantidades de café es para el representante por Quindío ante el Comité Cafetero, Carlos Alberto Gómez, una apreciación errónea. El directivo también mostró su preocupación porque la gente que viene detrás de los viejos cafeteros y cosecheros de la región es poca para continuar con una labor centenaria.

En concepto del director ejecutivo del Comité Cafetero de Caldas, Alfonso Ángel Uribe, en el departamento se ha hecho un esfuerzo para tecnificar la caficultura y sembrar variedades resistentes. “Nos hemos preocupado por agregarle valor a la caficultura”, aseveró el directivo, quien añadió que el esfuerzo para renovar las generaciones de caficultores ha sido grande.


Cifras de la Federación Nacional de Cafeteros, a septiembre de 2010, indican que Cauca es el segundo departamento del país con mayor número de caficultores (90.967) después de Antioquia, que cuenta con 91.555. Quindío tiene 6.804, Caldas 37.671 y Risaralda 20.050. Huila tiene 69.750 caficultores y Nariño 36.450.


Finalmente, en relación con la renovación cafetera, el gerente de la Federación tiene una apuesta ambiciosa: duplicar la meta para así llegar a sembrar 130.000 hectáreas anuales de variedades resistentes a la roya durante los próximos cinco años.


sábado, 23 de abril de 2011

"Lo que doy me lo doy, y lo que no doy me lo quito"


Alejandro Jodorowsky, artista polivalente, psicomago, tarotista, cineasta, escritor

Por: Ima Sanchís
La Contra. La Vanguardia



Acabo de cumplir 82 años. Pascal es mi mujer desde hace seis años. Tuve cuatro hijos varones y uno murió, por fin tengo una gata. La conciencia al poder, dios interior. Creo profundamente en ti y en la humanidad como un todo. Hay que saltar del yo al tú, y del tú al nosotros.



¿Algún comienzo?

Sí, el de aceptar morir feliz, esa es la finalidad de la vida.

¿Qué se lleva?

He aprendido que la vida es un sueño absolutamente particular, es decir: sales de ti mismo y te buscas hasta llegar a ti mismo.

¿Y durante ese paseo?

He aprendido que tengo dentro de mi cráneo tantas neuronas como estrellas hay en el cielo, y aunque yo crea que no las uso están funcionando todo el tiempo: día y noche. Y que no somos un árbol, somos el bosque: el individuo separado es una ilusión.

¿Y por qué estamos en esa ilusión?

Todo el futuro está en nuestro cerebro, pero a causa de la sociedad, la cultura y la familia entramos en una cárcel psicológica que nos crea una falsa individualidad.

…Un nombre, una nacionalidad.

Sí, una definición. Así ha funcionando la humanidad pero poco a poco la conciencia va ganando terreno. ¿Y qué es la conciencia?

Lo que llamamos inconsciente, todo ese poder en potencia que hay en nuestro interior. Nos debatimos, como una mariposa se debate en su capullo para abrir las alas y ser libre. Pero, ¿qué es ser libre?

Es aceptar y admirar los valores del otro que son mis propios valores. ¿Y cómo los despertamos, a través de qué?

...

Del arte, capaz de sanar a la sociedad. En mi blog, Plano Creativo, he citado a todas las mujeres para que el 7 de mayo vayan al Vaticano vestidas de papisa.

¿Psicomagia social?

Sí, liberadora, para que la Iglesia comprenda que la mujer está muy aplastada por las tradiciones y que Dios es también mujer.

En Buenos Aires hizo un cementerio metafórico para los desaparecidos.

Sí, en el mismo lugar en que fueron torturados pusimos lápidas y fotos. No fue un acto po-lítico sino po-ético.

¿En qué se ha equivocado?

En llamarme Alejandro Jodorowsky. Tengo nombre, cuando alguien dice “Alejandro”, giro la cabeza como un perro. El error es vivirse como un individuo separado. El arte sagrado es anónimo, nadie sabe quién hizo la catedral de Notre Dame. El arte sagrado se recibe, y cuando tú llegas a recibir el verdadero ser que tú eres y lo reconoces, cesa el error.

Recibir es un don, algo que te entregan.

No. Hay que trabajar para ser capaz de recibir y de dar lo que se recibe, porque se puede caer en el error de acumular en un nombre, en premios, en todas esas cosas asquerosas que son los reconocimientos públicos.

No sea tan extremo.

Yo saldría a la calle con una canasta llena de medallas y se la pondría a todo el mundo: cada individuo es genial, un artista.

Cada miércoles desde hace 30 años lee gratis el tarot en un café de París, ¿qué nos pasa?

Los gurús dementes dicen que hay que matar al ego, y son los que más ego tienen. El ego es una parte esencial nuestra, no hay que destruirlo, hay que domarlo.

Intentémoslo.

Imagine un ciego y un perro. El perro es el ego que conduce al ser esencial y está angustiado porque hace una tarea que no le corresponde. Pero si tú conduces a tu perro, tienes un perro feliz, un ego feliz.

Entiendo.

Yo he aprendido a ver mi nivel de conciencia: existe el nivel infantil, el animal, el adolescente, el adulto explotador, el servicial. Todo es comprender que no puedes dar una ayuda a la gente más allá de tu nivel.

Lógico.

Si yo descubro que tengo un talento, descubro que ese talento está dormido en todos. He aprendido a buscar en mí para dar a los otros. Lo que doy me lo doy, y lo que no doy me lo quito.

Deme un consejo para que mi perro no me muerda.

Hay una carta del tarot que es un diablo lleno de ojos, significa que el diablo no tiene miedo de verse, si no uno cae en los binarios: bueno y malo, moral e inmoral..., perdiéndonos toda la gama que hay entre los extremos. Hay que aprender a no tratar de ser perfectos, de agradar al profesor, a los papás, a los otros. Verse tal como uno es.

... Y aceptarse.

Sí, eso es lo primero, y significa afrontar el sufrimiento voluntariamente; ahí empieza el camino, la liberación.

¿Pero uno no debe intentar cambiar?

No se trata de cambiar una cosa por otra, hay que mutar. Yo soy la taza que contiene los garbanzos, pero no soy los garbanzos. Mi mente contiene ideas, pero deben ser fluidas, ir cambiando como cambia la realidad. Y tampoco soy mis deseos. Hay que vivir una vida útil, ¿y qué es útil?

...

Todo lo que permite que la humanidad se desarrolle, todo aquello que te lleva a lo fluido; e inútil todo aquello que te estanca.

Volvamos al inconsciente reprimido.

Si quiere que salga, haga arte: crear una pareja es un arte, saber mirar, saber vivir es arte. Los artesanos son artistas sanos. Hay que ser el artesano de uno mismo y llegar al arte santo. ¿Y qué es la santidad?

Bendecir todo aquello que ves, que oyes, que tocas, que conoces, siendo lo que eres y no lo que los otros quieren que seas.

----

Locura lúcida

Ha hecho de su vida puro arte, no ha parado de inventar: películas, cómics, libros, terapias. Afirma que los deseos y las frustraciones familiares pasan de generación en generación y para librarse de ellas inventó la psicomagia: actos simbólicos que liberan nuestro inconsciente (ya que el cerebro no distingue entre realidad consciente e inconsciente). De sus andanzas con los chamanes aprendió a entrar en los sueños y formar parte del mundo onírico con plena conciencia (sueños lúcidos), y de eso habló en Caixa- Forum en el ciclo de conferencias Sobre los sueños y la fantasía. Me dejó dos consejo: Interprete la realidad como un sueño y sólo viva con personas que le alegren la vida.


Sant Jordi 2011



Felicidades a todos los Jorges, Jordis y muchas rosas y buenas lecturas!!

viernes, 22 de abril de 2011

Cruz: amor y vida



“Cuando yo sea levantado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí” (Jn 12, 32)


La cruz no oprime a quien la lleva, sino que levanta el mundo.
Cuando se me impone silencio, me comunico con todos.
En mi soledad, me siento en comunión con todos los hermanos.
Cuando no puedo hacer nada, soy capaz de hacer todo.
Cristo, en la cruz, tiene los pies clavados. Y, sin embargo, aquel es el momento en que va por todos los caminos del mundo para llevar a los hombres la salvación.
Cristo, en la cruz, tiene las manos clavadas. Y, sin embargo, aquella tremenda limitación es el gesto sin fronteras con que abraza el mundo entero.
Ahí está la paradoja de la cruz. El árbol de la muerte se transforma en árbol de la vida.
El fin se hace principio.

Alessandro Pronzato. El hombre reconciliado

miércoles, 13 de abril de 2011

'Creí Estar' vs Greystar



"El oro no vale nada": Esta es la consigna de dos artistas que mediante la exposición de su obra “Creí estar”, en Bucaramanga, protestan para evitar que la minera Greystar llegue con sus máquinas al páramo santandereano.

Son 1.500 lingotes de “oro” regados por el piso de la sala principal de La Casa del Libro Total, una casona-galería en el corazón histórico de Bucaramanga.

No hay cámaras de seguridad y hasta el momento no ha desaparecido ninguna barra. No se trata tampoco de un botín abandonado por unos asaltantes despistados. Es la obra de Luis Duarte y Francisco Blanco Creí Estar, elaborada a manera de protesta contra una eventual explotación minera a cielo abierto en el Páramo de Santurbán.

Los lingotes dorados realmente no son de oro. Fueron termoformados, fundidos en yeso para darles contextura y recubiertos en poliestireno. En una de sus caras tienen grabado un esqueleto, y en la otra, en alto relieve, el nombre de ‘Creí Estar’, parafraseando el nombre de la multinacional canadiense que tiene como accionista a la Corporación Financiera Internacional (adscrita al Banco Mundial).

Las barras pueden no sólo ser observadas sino tocadas y reacomodadas por los asistentes. La instalación, un mural al óleo y fotográfico de 3,50 metros, empieza con imágenes de frailejones y las 80 lagunas sagradas, luego muestra cómo la vida se va extinguiendo y llega a un agujero negro como la noche que simboliza el cráter que dejan las excavaciones de la gran minería. Finalmente se observan las barras esparcidas en el piso, como si en realidad fueran lo menos importante a la hora de comparar la riqueza del agua con el valor de un metal que hoy se cotiza a por lo menos US$1.374 (más de $2,5 millones) la onza, cuando hace diez años apenas superaba los US$200.

Señalando la calavera, Francisco Blanco dice que “la gente adora el oro, pero esto es lo que nos va a dejar la minería si permiten que las multinacionales se metan a Santurbán”.

“Los artistas debemos actuar frente a lo que le está pasando a la comunidad. La gente tiene que despertar y hay que presionar para que no vayan a cometer ese error”, manifestó Luis Duarte, quien aunque sabe que su obra le incomodará a Greystar, espera que no lo tilden de subversivo.

“El oro genera codicia y egoísmo, pero para nosotros es mucho más importante un vaso de agua que un gramo de oro”, concluyó Duarte.



lunes, 11 de abril de 2011

Vivir y recordar con Aquellos maravillosos años

Por Fernando Navarro
blog: Quinta Temporada de El País

Lo confieso: todavía, hoy, se me ponen los pelos de punta cuando veo el arranque de The wonder years (Aquellos maravillosos años, título en España). Tanto tiempo después, me emociono igual cuando escucho la voz rota de Joe Cocker, cantando el tema original de los Beatles, With a little help with my friends, mientras pasan esas imágenes de cámara casera a modo de carrusel de época.

Han pasado unos cuantos años, aunque tal y como corre la dichosa vida me parece una eternidad, de cuando me encontré con esa serie en La 2. No sé a qué hora de la noche la ponían pero, con la sensación extraña y aventurera del niño que le gana horas a la cama, el chaval que entonces era sentía un temblor inocente y maravilloso cuando se adentraba en la vida de Kevin Arnold. Como él, me sentaba frente al televisor para conocer los deseos, las frustraciones o las anécdotas que sucedían en el interior de la pequeña pantalla, donde su vida se me hacía tan cercana que, más de una vez, creí que mi colegio y barrio de Madrid escondía los mismos entresijos existenciales que aquel vecindario estadounidense. Que yo recuerde, nunca se supo en qué ciudad vivía Kevin, aunque su chaqueta de los New York Jets sugería que andaba por algún lugar del Estado de Nueva York.

Cuando hoy, bastante más mayor, veo la buenísima y aplaudida Mad Men, reflejando la sociedad estadounidense de los sesenta, no puedo por menos que acordarme de esta serie de la cadena ABC que estuvo en antena de 1988 a 1993 (en España, de 1990 a 1994). The wonder years reflejaba también esa época de cambios y conflictos sociales que alumbró muchas conquistas y unos cuantos desengaños en Estados Unidos. Como en Mad Men, se trataron la muerte de John F. Kennedy, la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, la carrera por llegar a la luna o el desarrollo de la cultura juvenil y la contracultura.

Kevin Arnold Con maestría, sus creadores ensamblaban cotidianidad con historicismo. Los hechos existenciales en la vida de Kevin transcurrían perfectamente asociados a los acontecimientos históricos de EE UU. Solo que, si en Mad Men se ve todo bajo el prisma adulto de Don Draper, en The wonder years era la mirada fascinada de un niño la que nos mostraba esos años. A su modo, Kevin, como Don, también sobrevivía en su mundo, se enamoraba, triunfaba o fracasaba e, incluso, se sentía solo.

Creo que lo difícil era no identificarse con la vida de Kevin. Tan corriente como extraordinario, el transcurrir de sus días estaba plagado de momentos inolvidables. ¿Quién no hacía suyo ese primer beso, aquel gol que daba la victoria de tu equipo, aquel suspenso trágico, la primera pelea, el primer adiós para siempre, el primer grano, la cena de Navidad con todos juntos, la complicidad de una madre o la soledad de un paseo nocturno?

The wonder years nos hacía cómplices con esa entrañable voz en off de un Kevin mucho más mayor, recordando y, sobre todo, reflexionando sobre lo que se fue, lo que quedó y lo que nunca llegó (Mario Castañeda hizo el doblaje en España). Era un magnífico relato nostálgico sobre la infancia y la adolescencia. También la crónica de una época dorada en todos los aspectos. Un formato con estilo, ritmo y buenas reflexiones, y en el que se inspiraron los creadores de la española Cuéntame cómo pasó.

En mi caso, además, la serie me marcó para siempre por su gran selección musical. Qué canciones, qué esplendor, qué época. Visto con la perspectiva que da el tiempo, gracias a The wonder years, empecé a interesarme por la música como una banda sonora para ilustrar mi vida. Buena parte de los gustos musicales que hoy tengo se los debo a la estupenda música que en sus capítulos sonaba mientras Kevin, su amigo Paul o su querida Winnie crecían. With a little help with my friends de Joe Cocker, en formato soul diferente al pop de los Beatles, lo considero una especie de himno personal al que acudo a menudo. Tengo que decir también que me compré uno de mis primeros cassettes al escuchar Good Vibrations de los Beach Boys en uno de sus capítulos. Mi primo mayor me dijo quienes eran y los Beach Boys más mágicos me llegaron de niño y gracias a esta serie.

The-wonder-years Pero había muchísimo más, siempre con composiciones de aquellos años tan esenciales de la música pop: Bob Dylan, Simon & Garfunkel, Carole King, The Byrds, Neil Sedaka, Joni Mitchell, The Temptations, The Beatles, The Doors, Marvin Gaye… Todavía conservo, como la primera moneda de oro para un pirata, el recopilatorio con la música de la serie que me regalaron por un cumpleaños. Kevin y Paul aparecen en la portada, tirados en el césped, y en el interior hay canciones tales como When A Man Loves A Woman de Percy Sledge, Smoke Gets In Your Eyes de The Platters, I'm A Believer de The Monkees, Sitting on the dock of the bay de Otis Redding, Wild Thing de The Troggs o Happy Together de The Turtles.

Con su música, sus reflexiones, su temática y su nostalgia, los 115 capítulos de The wonder years fueron una tierna y cautivadora crónica humana y social. Hoy la siento como mía. Como hoy siento como mías las últimas palabras pronunciadas por esa voz en off de un Kevin Arnold más mayor, incapaz de olvidar lo que significa crecer, vivir, recordar. "Crecer sucede en un latido. Un día estás en pañales, al siguiente ya no estás aquí. Pero los recuerdos de la niñez permanecen contigo todo el camino. Recuerdo un lugar, un pueblo, una casa como muchas casas, un patio como muchos patios, una calle como muchas otras calles. Y el asunto es que, después de todos estos años, sigo mirando hacia atrás, maravillado"

domingo, 10 de abril de 2011

a los cien años del nacimiento del rumano Emil Cioran y una colombiana


El 8 de abril se cumplieron 100 años del natalicio del filósofo

La cómplice de Cioran en Pereira

Juan Miguel Álvarez

El Espectador


Liliana Herrera, profesora de la Universidad Tecnológica, es la máxima experta colombiana en el rumano y se cruzó cartas con él.



UNO: El “filósofo del suicidio” o el “profeta del suicidio” son las dos maneras más comunes para tildar al rumano Emil Michel Cioran. Han corrido rumores que narran suicidios de gente del común —universitarios, profesionales, transeúntes— luego de haberlo leído obsesivamente. La profesora Liliana Herrera, quizá la colombiana que más ha estudiado a este autor, desdice los rumores: “Cualquier cosa es posible luego de leer a Cioran menos suicidarse; su escritura está llena de humor, de un gran sentido del humor. Para él, el suicidio es una opción, es una idea que ayuda a vivir. No es más. Sus preguntas tienen más hondura filosófica que las interpretaciones sensacionalistas que se han hecho sobre su idea del suicidio”.

Nacido hace cien años en Rasinari, diminuto pueblo al pie de los Cárpatos en la provincia de Transilvania, a cinco horas y media en carro desde Bucarest, estudió filosofía y publicó su primer libro titulado En las cumbres de la desesperación a los 23 años. Hijo de un sacerdote ortodoxo y una ama de casa, tuvo una hermana y un hermano. A finales de la década del 30 intercaló su vida entre París y Bucarest hasta que terminó exiliándose definitivamente en Francia desde 1945. A finales de la década del 40, adoptó el francés como su lengua de escritura. Con su primer libro en el idioma de Rabelais, Breviario de podredumbre, 1949, comenzó a ser leído en el resto de Europa.

A partir de la década del 50, experimentó la escritura fragmentada como técnica directa para concretar sus preocupaciones. Vinieron los libros de aforismos: Silogismos de amargura, Desgarradura, La tentación de existir, Del inconveniente de haber nacido, La caída en el tiempo, entre varios más. Y con ellos, el reconocimiento de la comunidad filosófica, de la academia, de los lectores de andén. Defendió con ahínco el derecho a su privacidad y al ocio, a una vida estoica, primero en hoteles del barrio Latino en París y después en un sexto piso en la Rue de l’Odéon. Rechazó premios y murió en 1995. Su tumba, como la de Baudelaire y Sartre, está en Montparnasse.

DOS: La primera vez que la profesora Liliana Herrera leyó a Emil Cioran tenía 20 años. Era 1982 y llevaba la mitad de la carrera de filosofía cuando un amigo le prestó La tentación de existir. “Cioran es uno de esos autores que enamora o produce rechazo inmediatamente se lo lee”, dice. “Yo encontré muchas resonancias internas. Y así como uno no tiene explicaciones para el amor, no puedo explicar por qué me sedujo Cioran”. Sin dudarlo, escribió su monografía de grado sobre el rumano. “Fue un texto ingenuo por la inmediatez, pero tuvo el valor de ser uno de los primeros sino el primero que se hizo sobre Cioran en Colombia”.

Durante la elaboración, la profesora le envió una carta a través de Gallimard, su editorial. “Yo le conté que estaba haciendo mi monografía sobre él y me respondió inmediatamente un carta muy cordial dejándome saber que se sentía contento porque lo estuviéramos estudiando en esta parte del mundo. Y aunque me dijo que él ya no estaba para sostener correspondencia con nadie, me permitió seguirle escribiendo. Tenía casi 70 años”.

La correspondencia fue larga —durante poco menos de una década— pero no fue continua —una carta al año o cada dos—. Paulatinamente, la profesora comenzó a leer cuanto libro de Cioran llegara al país en español y en francés. Para finales de la década del noventa había leído toda su obra, salvo los libros que expresamente por petición del autor no habían sido traducidos del rumano —La transformación de Rumania, por ejemplo—.

“La mirada crítica, aguda, ácida sobre el mundo, el humor para contarlo, fueron los elementos que a mí me impactaron en principio”, dice Herrera. “Sus libros fueron moldeando mi formación intelectual y mi formación interior. No mi carácter, creo como Schopenhauer que el carácter es inmodificable. En Cioran encontré un lenguaje, una forma de expresar muchas cosas que sólo han estado en los sentimientos. Cioran me dio a mí un horizonte teórico para expresar mi malestar y para alejarme de cualquier dogmatismo”.

En 2003, la profesora publicó el libro Cioran: lo voluptuoso, lo insoluble, resultado de su tesis de doctorado en filosofía. “¿Cuál es el problema de la interpretación que se hace de Cioran aquí?”, se pregunta. “Pareciera que Cioran fuera un crítico de todo, que no se relacionara con nada. Que simplemente fue un tipo genial, neurótico, escéptico, como si fuera un anarquista, pero gran parte de su posición tiene raíz en la cultura rumana, en todo lo que vivió antes de llegar a París. Y Rumania es un país casi desconocido para el mundo. En Europa, sobre todo en Francia, lo han cuestionado mucho por haber simpatizado con un movimiento de ultra derecha llamado La Guardia de Hierro. Sin embargo, los rumanos tienen otra perspectiva que en este momento estamos tratando de entender. Un ejemplo de lecturas parcializadas: hace un tiempo un profesor en Bogotá llegó a decir que era absurdo pensar que Cioran tuviera espíritu religioso, cuando si hay un tema fundamental en su obra es el problema de Dios, los místicos, el mal en el mundo, la concepción de hombre y de naturaleza, la utopía, todos surgidos del problema religioso. Esto puede entenderse cuando uno entiende que Rumania es un país creyente y practicante del cristianismo ortodoxo, y se vive con mucho fervor la religiosidad; entonces, si bien Cioran no es creyente, su desencuentro con la divinidad cruza toda la obra. Sobre esto, Cioran tiene un aforismo que para mí ha sido muy revelador: ‘Lástima que para llegar a Dios haya que pasar por la fe’. Sin hacer a un lado que el padre de Cioran era un pope ortodoxo y frente a su casa de infancia en Rasinari hay un templo de hace siglos”.

TRES: En 2004, Liliana Herrera fue a Rasinari. Aprovechó la invitación a dar dos conferencias sobre Cioran en Barcelona para atravesar toda Europa central en busca de la casa del filósofo. “Rasinari es un pueblo que se recorre a pie en diez minutos. Calles en piedra y tierra. No ha cambiado nada en 300 años”, dice. “La casa donde nació Cioran y vivió hasta los 10 años es de arquitectura alemana en el periodo del Imperio Austrohúngaro. Sus actuales dueños la conservan tal cual la habitó Cioran, aunque está descuidada”. Sobre una pared exterior y a la vista de la gente que entra o sale de la iglesia hay una placa que dice: “En esta casa nació el escritor Emil Cioran” y en la calle, un busto del autor. “Es lo único que queda allá del filósofo”. Simone Boué, esposa de Cioran quien le sobrevivió dos años, dijo en una entrevista a la pintora catalana Maite Grau, que al único lugar al que le hubiera gustado regresar al escritor tras la caída de la dictadura de Ceaucescu era a su pueblo natal.

En Sibiu, capital de Transilvania, donde Cioran cursó la secundaria, queda la Universidad Lucian Blaga. Cada año, en mayo, celebran el Coloquio Internacional Emil Cioran. Al de 2005 fue invitada la profesora Liliana Herrera. “Dura tres días. Aunque hay participantes alemanes, rumanos, holandeses, el coloquio se hace en francés”, explica. “Se reúnen unos 20 ó 30 investigadores y presentan sus avances. Pocos estudiantes asisten. Más bien, es un encuentro entre especialistas en Cioran”.

En 2005, Herrera y Alfredo Abad, uno de sus pupilos, conformaron un grupo de investigación en filosofía contemporánea. Su primer proyecto fue “Cioran y la cultura rumana”. Este trabajo arrojó la publicación de dos libros Cioran, ensayos críticos, 2008, y Cioran en perspectivas, 2009. “Uno de nuestros objetivos era que el país pudiera tener acceso a bibliografía en español sobre Cioran. El primer libro, esencialmente, es una recopilación de textos de especialistas traducidos por nosotros. El segundo es una reunión de ensayos míos y de Alfredo”. Otro objetivo del grupo fue organizar un encuentro anual para discutir la obra de Cioran en la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP). Han hecho tres y han contado con participación de académicos europeos.

Ahora y por solicitud de su autor, el filósofo rumano Ciprian Valcan, la profesora adelanta la traducción de un nuevo libro. “Es un texto sobre las influencias alemanas y francesas en Cioran, que han estado presentes en Rumania desde fines del siglo XVIII”.

Herrera está casada y es docente de la licenciatura en filosofía de la UTP hace 18 años. En filosofía contemporánea imparte cátedra de Cioran y Karl Jaspers, y en filosofía moderna, cátedra de Hegel.

Vive con su marido en una casa de condominio campestre situado en la vía Pereira-Armenia. Su biblioteca está regada por toda la casa y es famosa su vasta colección de música clásica en acetato. En un rincón de su estudio tiene ampliadas fotografías de Rasinari y de Cioran, de su tumba en Montparnasse, no menos de sesenta títulos sobre él, además de su obra completa. Encima de estos anaqueles, una bandera de Rumania junto a la de Colombia.

Bebe
Ţuică —un aguardiente rumano de 57 grados de alcohol hecho de ciruela silvestre— y cada tanto escucha música folclórica balcánica. Guarda las cartas que Cioran le envió en una bolsa de plástico dentro del cajón de su escritorio. “La última carta que recibí de él, en 1990, fue una respuesta a una que le había enviado a propósito de una entrevista en la que él decía que amaba el tango. Para mí fue una sorpresa muy grata y se lo dije. Me respondió en una carta muy corta que el tango era pura melancolía, y que si había un sentimiento fundamental en la vida era la melancolía. ‘Quien ame el tango es mi cómplice’, me dijo”.

-----

TORMENTOS (Cioran)


La soledad es insoportable, a solas conmigo mismo, a solas con mis pensamientos.

No sé cómo distraerlos, como atontarlos para que no me atormenten. Surge entonces la rabia ante la impotencia, y la agresividad es un pequeño paso que doy en ese estado.

Sentirse solo y estar solo no es lo mismo, pero en mi caso, sí, me siento solo aun cuando no estoy solo, pero lo siento mucho más cuando esa soledad es también física.

¿Soy demasiado consciente de la realidad, y los demás viven en un sueño de idiotas del que no quieren despertar (cosa que no les reprocho), o soy yo el estúpido que cree ver demasiado, sin ver nada?

Sea cual sea la respuesta, puedo decir que nunca he pedido estar aquí y aun estando aquí, sólo pienso en cómo salir, sin hacer ruido, sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esa manera, sentir la ilusión de no haber existido nunca.


sábado, 2 de abril de 2011

¡Así éramos los guanes!


El Espectador
Por: Pastor Viviescas Gómez


El rostro de los orígenes santandereanos


Tras el hallazgo de la tumba del cacique Guanentá, investigadores reconstruyen la fisonomía de los aborígenes que se extinguieron por las enfermedades, la explotación y el genocidio a manos de los españoles.

“Dame una calavera y te diré cómo eras”. Este es el principio que al Indiana Jones criollo llamado Alejandro Navas Corona lo llevó a adentrarse en las penumbras de la historia y revelar el aspecto facial que tenían los primeros habitantes de Santander, los guanes.

Una misión al estilo Harrison Ford, pero esta vez no rodada en los estudios de Hollywood sino en la agreste topografía de la cordillera oriental, la cual le permitió a este abogado e historiador mostrar por primera vez, echando mano a herramientas científicas, la cara de esos bravíos aborígenes que habitaron estas breñas.

Aventurero por naturaleza, Navas Corona tiene como pretexto la dirección de la Casa del Libro Total, aunque en realidad su padre ignora que su verdadera ocupación es rescatar el pasado, sin importarle arriesgar su vida o sufrir una maldición. Dedicarse a esas “descabelladas” tareas es lo que le permitió no solamente hallar la tumba del cacique Guanentá en la vereda El Pozo, sino tener en sus manos la calavera del guerrero que lo desvelaría.

La calavera se pudo rescatar a principios del año 2010 sobre los farallones que miran hacia el río Chicamocha desde la mesa de Xerira (Los Santos). El acceso fue sumamente complicado al tener que emplear no sólo cuerdas para el descenso sobre la pared rocosa, sino también porque se debe hacer una travesía imposible de apuntalar, por un sendero de poco más de 80 centímetros (abajo, decenas de metros de caída). El cráneo se encontró con restos óseos de otros cuatro guerreros de la etnia Guane, muy cerca de la tumba del cacique, en una grieta natural de la roca, de escasos cinco metros de profundidad por un metro de ancho y un metro de alto. Los indígenas taponaron la entrada con piedras y con barro”, relata el sobrino del nadaísta Pablus Gallinazo.

Luego, con la complicidad de su amigo Martín David Acevedo, la antropóloga forense Francia Viviana Soto Montes, la odontóloga forense María Inés Ramírez Corzo (ambas con la pericia de la Fiscalía General) y el apoyo logístico en proceso de vaciado y trabajo en fibra de vidrio de Javier, se pusieron manos a la obra.

La labor de reconstrucción tomó dos meses, en la medida que implicó un proceso de restauración dental y ósea, hasta llegar al “arte” mismo necesario para darle luz al rostro y al torso de un individuo de aproximadamente 25 años de edad, de patrón racial mongoloide, contextura robusta, deformación intencional craneal en frontal y occipital.

“El costo promedio de una reconstrucción de estas características hasta obtener el objeto exhibido es de aproximadamente $20 millones, pero definitivamente vale la pena hacer cosas como esta por el fortalecimiento de nuestra identidad”, subraya Navas Corona.

Toda esta experiencia está recopilada en una edición de lujo, a todo color, con caja y pastas en madera pirograbas, del libro Entre rostros y tumbas y los recursos recaudados por su venta, explica Alejandro, “entran a la Fundación El Libro Total, que a su vez los reinvierte en actividades culturales e investigaciones etnohistóricas”.

Alejandro no teme una retaliación de los espíritus guanes hacia él y sus colaboradores. “Quizás estén molestos con quienes de muchas maneras han agredido el patrimonio indígena, o los que los pusieron a comer, vivir y hacer lo que nunca hicieron, donde nunca vivieron y lo que nunca comieron; o de pronto estarán ‘arrechos’ al estilo regional, con quienes no los han valorado haciendo museos guanes sin piezas guanes, o los que venden sus objetos al mejor postor extranjero. Nunca estaré temeroso de los espíritus guanes porque aquéllos contemplan con orgullo el reconocimiento y la puesta en valor de su memoria desde los libros y las bellas artes”, asevera.

Crónica de un pueblo

Los guanes —pertenecientes al grupo lingüístico Chibcha, junto a los Muiscas y Laches— habitaron la región de la Mesa de los Santos, el actual municipio de Jordán Sube, Guane y Cabrera, es decir, toda la región baja que linda con el río Chicamocha desde Pescadero hasta las juntas con el Suárez, e igualmente desde la parte baja de Barichara hacia el río Suárez hasta que entra el río Fonce en aquél.

“No habitaron Piedecuesta, Floridablanca, Bucaramanga, San Gil, Socorro, Oiba, etc., sino un territorio relativamente pequeño, contrario a lo que se venía diciendo por algunas personas.

“Dedujimos ello de las costumbres funerarias, la pictografía, los vestidos, costumbres gastronómicas, material cerámico, instrumentos de guerra, deformaciones craneales y corporales, adornos y otros aspectos que con anterioridad no se habían estudiado. La confusión existía por la ausencia de investigación de campo, ya que se hacía en su mayoría desde el escritorio”, asevera Alejandro Navas Corona.

La noticia más reciente que se tiene de un guane vivo data de 1560, año en que llegó un visitador a averiguar por qué en la Provincia de Guanentá (cuya actual capital es San Gil) quedaba menos del 10% de la población indígena, con apenas 20 años de haber incursionado Martín Galeano y sus hordas españolas.

Los pocos aborígenes que quedaban fueron trasladados a resguardos en donde se mezclaron con otras etnias como los Chalalaes, Yariguíes, Poimas y Chitareros. Hay referencias “orales” de que existieron hasta principios del siglo XX algunos descendientes, pero hoy no existe ninguno conocido. “Habría que realizar pruebas de ADN en el territorio ‘propiamente guane’ para poder establecer posibles descendientes directos”, señala Navas Corona.

¿Pero los santandereanos de hoy se sienten guanes? Navas responde: “A medida que hemos venido realizando las investigaciones y conforme las hemos lanzado al público, el tema identitario ha resultado interesante, en la medida en que al quedar despoblado casi totalmente el territorio santandereano por el genocidio, la mita minera (repartición por sorteo de los indios que se destinaban a esos oficios) y las enfermedades, aquél fue ocupado por extranjeros (blancos); sin embargo, muchas personas se sienten indígenas, y algunas guanes, y cuando escuchan nuestras constataciones históricas, antropológicas y arqueológicas sufren una especie de colapso identitario que luego irán resolviendo en el entendido que la identidad no es un tema que trate únicamente de la sangre o el linaje. La identidad es un asunto de impermanencia y de dinámica espacial, personal, social, histórica y circunstancial”.

Muchas de las costumbres de los guanes siguen manteniéndose, como el consumo de chicha, arepas de maíz, hormigas culonas y tejidos.

“La reconstrucción de la figura de un guane, el hallazgo de la tumba, el arte rupestre documentado y todo lo que estamos haciendo desde El Libro Total sirve para crear, recrear y proyectar los parámetros identitarios que tanto nos están haciendo falta en estos tiempos de iniquidades y desafueros regionales”, concluye Navas Corona.

Tras los indígenas de “buen parecer”

Son escasas las referencias que se tienen acerca del aspecto morfológico de los Guanes. Fray Pedro Simón afirmaba que eran indios de buenas caras, más blancos que colorados, de nariz aguileña, distintos a los Muiscas, que tenían la nariz bastante achatada, y los ojos un tanto oblicuos.

Más adelante fueron definidos por investigadores como un grupo caucasoide, con nariz angosta y prominente, rostro perfilado y de órbitas altas.

Sin embargo, hasta ahora no se tenía un retrato materializado que ilustrara su fisonomía tan dispersa por la imaginación y tan limitada por las descripciones históricas.

El rostro escondido en el cráneo del cacique

En el libro Entre rostros y tumbas los investigadores describen cómo fue que a partir de la restauración de cráneo del cacique desarrollaron su retrato escultórico.

En el caso del cráneo del cacique Guanentá fue necesario implantar dientes sintéticos, que fueron claves para recuperar los detalles de la boca y el rostro que permitieron la elaboración de la escultura.

Lo primero fue obtener una copia del cráneo en yeso, para después reconstruir los principales músculos faciales , luego se aplican capas para recubrir la bóveda craneana y el rostro y partiendo del tamaño, la profundidad y la forma de las órbitas oculares se develan cómo fueron los ojos y pómulos del cacique. Así se determinó que sus rasgos eran mongoloides. Sus orejas pequeñas y sus lóbulos adheridos son una característica presente en el 65% de la población indígena masculina de Colombia.